viernes 6 de marzo de 2009
El fondo de armario de Camps y compañía
Marcello
Muerto de risa debe andar Eduardo Zaplana con el calvario y el frondoso y hortera fondo de armario de su sucesor Francisco Camps, con el que el telefónico se lleva a matar ("cría cuervos y te sacarán los ojos", pensará el cartagenero desde su despacho de la Gran Vía madrileña). Y eso que la primera vez que oímos en Madrid lo de comprar trajes de sastre a porrillo fue en relación con Zaplana, que presume de pimpollo elegante, o "fifí". Y del que un viajero contó que el hoy presidente del Madrid, Boluda, se dejó tiesa la tarjeta Visa Oro en Hermés de París porque Eduardo Zaplana se encaprichó de más de una docena de corbatas, y el hombre no llevaba suelto, como suele llevar su amigo y compañero de burladero en Madrid, Ignacio González, el chino de la coleta blanca, cuando se pagó el viaje a Sudáfrica en compañía del inefable Pedro Antonio Martín Marín.
Malvados hay en la capital del Reino, y en la sede de Génova del PP, que ven la larga mano de Zaplana, o de sus acólitos, moviendo los hilos de las marionetas que actúan en esta representación tan novedosa de La Barraca. Pero, de momento, el director de la escena no es otro que Garzón, con o sin la escopeta y de momento sin Bermejo, al que le han puesto una multa de 2.000 euros de vellón por lo de la licencia, y vamos a ver si un día de estos descubrimos que el ex ministro lleva coche sin carnet de conducir.
Y vamos a ver como acaba lo de los trajes, el chaleco papal, el esmoquin, la chaqueta de fantasía, el cinturón de serpiente, y el barbour de Francisco Camps, todo a medida, con telas preciosas y blancas plumas traídas del oriente, mas blancas que las espumas de los mares de Levante. Pero sería dramático, y cómico a la vez, que un político del empaque de Camps se derrumbara por causa de su vestuario. Cosas más sorprendentes vimos en todos los niveles de la sociedad. A Al Capone, con perdón por la cita, se lo llevaron los Intocables de Eliot Ness por no pagar los impuestos.
Nunca se sabe, pero estas cosas suelen empezar así: "con este miserable sueldo de la política, en casa no llegamos a final de mes. No tengo ni para los trajes, la política me cuesta dinero", y una frase así perdida, en medio de un grupo de amigos, da pie a que un espontáneo te diga: "presidente no te preocupes, deja que te ayudemos..." Y, a partir de ahí, comenzaría una operación de ayudas mutuas hasta nadie sabe donde. Y no estamos diciendo que esto haya ocurrido así, o de manera parecida. Porque a lo mejor el Bigotes y el tal Tomás estaban dedicados a obras de caridad, y la cosa no tiene mas importancia que la de un regalo, o las facturas son para otro cliente, o vaya usted a saber.
Pero ya el hecho de que te imputen, como han imputado a Camps y a R. Costa por una presunta "apropiación indebida" (por decirlo así, de alguna manera) de trajes de sastre de medio pelo en Madrid, con la de sastres tan buenos y tan baratos que hay en Valencia -¿no es verdad Eduardo?- es un poco cutre, pesetero y trinconcete si se llega a confirmar. Ahí esta nuestra querida alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, con su traje sastre rojo como el pimentón de la tierra y sin venir de compras a Madrid. Y ahora resulta, o puede resultar, que a Camps lo vayan a pillar en un vestidor de Milano, que no es ni Brioni, ni Loro Piana, ni Armani, ni Denís, ni Hackett, etc.
Y todo porque Camps se ha juntado con unas amistades muy peligrosas y de medio pelo, empezando por los Correa, y siguiendo, y mucho ojito al Cristo que es de planta, por el constructor y editor Ulibarri, otro como el tal San José de Galicia -pronto veremos al ratón Pérez, amigo de Zaplana, tocando la cítara bajo el balcón de Feijoo, y que se cuide bien el presidente electo de Galicia-, que mezcla ladrillos y medios de comunicación de la tierra donde logra obra privada, pública y licencias de radio y televisión.
Lo de los trajes de Camps es demasiado fuerte y demasiado hortera como para ser verdad. Aunque nunca se sabe, estamos a la espera de que él, en persona, hoy mismo nos lo pueda explicar, y si no lo hace: a sospechar.
http://www.estrelladigital.es/ED/diario/99650.asp
viernes, marzo 06, 2009
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