viernes, marzo 05, 2010

Ismael Medina, Fundación Confianza, o salvemos a Rodríguez para salvarnos también nosotros

viernes 5 de marzo de 2010

Fundación Confianza, o salvemos a Rodríguez para salvarnos también nosotros

Ismael Medina

¿ QUÉ persiguen realmente los promotores de la Fundación Confianza y el grupo de poderosos empresarios que financian la operación, alguno de ellos con un millón de euros? El comunicado, más bien un manifiesto, pendula sobre dos ideas básicas: la existencia de una inquietante situación económica y social, la cual ha desembocado en una generalizada desconfianza de los españoles; y la necesidad de recuperar la confianza perdida mediante un esfuerzo colectivo que abarque a toda la sociedad bajo el lema de “esto lo arreglamos entre todos”. Se invita a los españoles, en definitiva, a un “pacto de la sociedad” equivalente al “pacto de Estado” solicitado por el monarca a los partidos políticos para sacar al gobierno Rodríguez y al P(SOE) del profundo pozo en que se han metido y también a la generalidad de los españoles. Uno y otro pactos parecen más encaminados a la salvación de Rodríguez como supuesto necesario para la recuperación material de un Estado en quiebra. Lo demás, España como tal, parece importar poco.

Firman el manifiesto Javier Gómez-Navarro, presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio en cuyo seno se urdió la iniciativa; Guillermo de la Dehesa, International Advisor de Goldman Sachs, consejero independiente y miembro de la Comisión Ejecutiva del Banco de Santander; Antonio Garrigues Walker, miembro del grupo español de la Comisión Trilateral; y Miguel Roca Junyent, al frente de un próspero despacho de abogados en Barcelona y profesor invitado de la Universidad Pompeu Fabra. Personas todas ellas influyentes que, además de los cargos enunciados, acumulan otros muchos en los ámbitos financieros y empresariales, tanto nacionales como internacionales. Pero más sugestivo en orden a esta propuesta e inmediata campaña de promoción es recordar trayectorias políticas anteriores de los implicados. Y en particular, la que se conoció como “Operación Roca”. Me refiero a la creación del Partido Reformista Democrático con vistas a las elecciones generales de 1986, cuyo fracaso en las urnas fue espectacular. Conviene rememorar.

LA “OPERACIÓN ROCA” COMO ANTECEDENTE

LA situación económica, social y política de España era muy grave en aquel momento, aunque no tan profunda como la actual. Para describirla me valgo de unas declaraciones de Roca Junyet en “ABC” (26.07.1983) que lo presentaba como “artífice” del nuevo partido. Decía, por ejemplo:

- “La situación es muy grave y un drama el que la plantee un partido de la oposición” (Se refería a Alianza Popular).

- “España tiene, fundamentalmente, una grave crisis económica y una grave amenaza a la libertad. Estos son los dos grandes ingredientes que caracterizan la situación actual. En el terreno de la economía las cosas no funcionan. La herencia ya no vale como argumento Los mecanismos arbitrados por el Gobierno para hacer frente a la crisis no han solucionado nada, por el contrario, en algunos puntos, han empeorado sensiblemente”.

- “Y no funciona (nuestra competitividad) porque no se han tomado, desde el gobierno socialista, las medidas oportunas para crear una política crediticia que estimule nuestra presencia en el exterior, como tampoco se han adoptado los criterios necesarios para aligerarla presión fiscal”.

- “Hay en estos momentos una mala gestión socialista”.

- “Se pone de manifiesto la necesidad de definir un espacio entre lo que representa la derecha conservadora de Alianza Popular”

- “Si el bipartidismo se hace en base a un fuerte partido de centro y otro socialista, por ejemplo, eso no es bipolarización”.

- “Yo represento a Convergencia Democrática que se encuentra precisamente en el origen de esta decisión”.

- “El catalanismo que nosotros podemos representar es indisociable de la voluntad de participar en la política española (…) donde podamos contribuir entre todos a un proyecto colectivo global”.

Críticas y ofertas más o menos encubiertas de gobierno de coalición, o “pacto de Estado”, sin la odiosa derecha, que cuadrarían perfectamente con la realidad actual, cuando la expectativas electorales de los socialistas están a la baja y es muy probable que en el futuro pueden precisar de un acuerdo estable con CiU, al menos, para evitar un gobierno del PP. No es ociosa a este respecto la muy calculada y oferente actitud de Durán i Lleida, quien asume la representación que entonces ostentaba Roca. Pero volvamos a los recordatorios.

PRD, UNA COALICIÓN DE PARTIDOS NACIONALISTAS Y GRUPOS DE PRESIÓN

LOS coaligados en el Partido Reformista Democrático eran: Miguel Roca, por Convergencia Democrática de Cataluña; Antonio Garrigues Walker, por el Partido Democrático Liberal; Jerónimo Alberti, por Unión Mallorquina; Gregorio Toledo, por Convergencia Canaria; Ramón Ponce, por el Grupo Independiente de Almería; José Rodríguez Peña y Manuel Caballero, por Coalición Gallega; y Florentino Pérez, por la comisión gestora de Madrid.

Se trataba en realidad de una coalición de partidos nacionalistas, algunos de ellos con notoria impregnación masónica, a los que servían de soporte integrador Antonio Garrigues, el hombre del poder mundialista, y Florentino Pérez, ya poderoso en el ámbito empresarial, aunque mucho menos que ahora. Los entrecomillados de las declaraciones de Roca que he recogido ponen de manifiesto para quienes sepan leer entre líneas que la operación no iba dirigida contra el PSOE y Felipe González, pese a las duras críticas, sino contra la derecha, equivalente a lo que ahora es el PP.

¿Existió realmente en aquella operación una ideología política, o se trataba de un potente grupo de presión en el que detrás de Roca estaba Pujol y que, mediante una encubierta coalición de partidos nacionalistas, buscaba aprovechar la debilidad coyuntural del gobierno socialista para cobrarse parcelas de poder, avanzar en el proceso dispersivo del Estado de las Autonomías y salvar los muebles a la alta burguesía financiera y empresarial en serios apuros a causa de la crisis? Un dato hoy olvidado revela la verdadera identidad de aquellos jóvenes de la generación del rey, recuelo del mayo del 68, de la que formaba parte Roca Junyent.

CUATRO ESCLARECEDORAS BIOGRAFÍAS

MIGUEL ROCA compartía despacho de abogados con el ex seminarista Narciso Serra, sobrino de un rico empresario catalán apellidado Carreras. Ambos entraron en el tardo franquismo a formar parte del Frente Nacional de Liberación a cuyos miembros se les conocía como los “felipes”. Julio Cerón, comunista, era dirigente del FLP y años más tarde apareció como columnista en “ABC”. Relató en una de sus colaboraciones que al disolverse los “felipes” tras la muerte de Franco y en marcha el transaccionismo democratizador, Roca y Serra se jugaron a los chinos quien se afiliaría al PSC y quien a Convergencia Democrática de Cataluña. Roca lograría acta de diputado y formaría parte del apaño constitucional. Pero el turbio maniobrerismo de Pujol y el fracaso del PRD cercenarían sus ambiciones políticas, aunque lo intentara de nuevo por otros caminos. El doblemente ambiguo Serra llegaría con Felipe González a ministro de Defensa de triste memoria. Hoy uno y otro están sólidamente instalados en la red de intereses de la alta burguesía catalana.

Javier Gómez-Navarro inició su carrera empresarial como gerente de la Editorial Cuadernos para el Diálogo y promovió la reaparición del semanario de este nombre que fundara Joaquín Ruiz Jiménez con los llamados “cristianos para el socialismo”, en buena parte de la alta clase media y burguesa procedentes de dos cursos del Colegio del Pilar. Desde la presidencia de Viajes Marsans dio el salto a la política como secretario de Estado de Deportes entre 1987 y 1993 y ministro de Comercio y Turismo entre 1993 y 1996. El gobierno Rodríguez lo nombró presidente de Aldeasa y forzó su elección de presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio con la ayuda de los dirigentes de las grandes empresas que hoy financian la Fundación Confianza, entre los que descuella Florentino Pérez, de nuevo al frente del Real Madrid.

La biografía profesional de Guillermo de la Dehesa es apabullante, igual durante el franquismo que con la democracia, y lo mismo en el sector público que en el privado. Pero interesa sobre todo su dimensión internacional de la que, además de las dos vinculaciones ya señaladas, considero oportuno subrayar: miembro del Consejo de Ministros de ECOFIN, miembro del Consejo de Ministros de la OCDE, vicegobernador del FMI y del Banco Mundial, gobernador del Banco Interamericano de Desarrollo, del Banco Asiático de Desarrollo y del Banco Africano de Desarrollo. También es miembro del Consejo Científico del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos, vinculado a un red de otros similares centros internacionales de los que merece especial mención el IISS (The International Institute for Strategic Studies), uno de los instrumentos integrados en el círculo exterior de la Orden. Al igual que Roca está ligado a la Universidad Pompeu Fabra. Y entre los varios patronatos a los que pertenece anoto el Círculo de Bellas Artes. También es presidente de honor del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Industria y Navegación. Guillermo de la Dehesa puede clasificarse en términos políticos como un liberalista y progresista muy ligado a los centros mundialistas de poder y estrechamente relacionado de antiguo con quienes han promovido la Fundación Confianza y la financian.

Antonio Garrigues Walker es vástago de una rica familia, originaria de la Garrucha, en el norte de Almería, uno de cuyos antepasados, se cuenta por allí, practicaba el préstamo con usura y se adueñó de grandes extensiones. Una familia que ha demostrado una indudable capacidad de adaptación a los cambios políticos como evidencia la biografía de Antonio Garrigues y Díaz-Cañabate, actual cabeza de la saga, quien contrajo matrimonio con una norteamericana, Helen Anne Walker, emparentada con los Rockefeller. Los Garrigues, de otra parte, mantuvieron estrechas relaciones con el clan Kennedy cuyo catolicismo era más una careta que una convicción, según han demostrado hasta la saciedad. La posición ideológica de Antonio Garrigues Walter es un fiel reflejo del partido demócrata norteamericano. De ahí su pertenencia al grupo español de la Comisión Trilateral cuya composición y renovaciones a lo largo los años resultan asaz expresivas respecto de la deriva política desde la muerte de Franco hasta hoy. Su bufete de abogados tiene como clientes a lo más granado de las altas finanzas y el gran empresariado, amén de multinacionales que operan en España. Al margen de otras actividades, cabe reseñar: patrono vitalicio de la Fundación José Ortega y Gasset, en la que también figura otro de los firmantes; comisionado de la ONU para los Refugiados; patrono de honor de la Fundación Consejo España-Estados Unidos; Abogado Mundial por el Centro de la Paz Mundial; presidente del Centro Internacional de Toledo por la Paz; fundador del Capítulo Español de Transparencia Internacional.

LA OPERACIÓN ROSA DÍEZ DESACONSEJÓ COMPARECER COMO PARTIDO POLÍTICO

CONSIDERO que los anteriores apuntes biográficos son lo bastante expresivos respecto de la entidad de la Fundación Confianza, de la dimensión de los intereses que la mueven y del teñido liberalista-progresista de su trasfondo ideológico. Una irrupción en el ámbito partitocrático como la fracasada del Partido Reformista Democrático es irrepetible en la actualidad para romper la bipolaridad como entonces se pretendía. La experiencia de UPyD (Unión Progreso y Democrática) de Rosa Díez tampoco lo aconseja. Se perseguía con su creación sustraer al PP la bandera de la unidad de España y del patriotismo frente al confederalismo en marcha, cuestión esencial en que los populares evidencian debilidad dialéctica, no sólo al estar condicionados por los intereses fragmentarios de sus barones autonómicos. También por infiltraciones desnaturalizadoras al socaire de un centrismo progresista con el que redimirse torpemente de su natural condición de partido de la derecha.

Rosa Díez y su partido no pudieron ocultar dos de sus genes originarios: totalitarismo interno y laicismo a ultranza. Si al comienzo parecía que UPyD conseguiría robar votos a la derecha, objetivo para el que nació desde el seno socialista, las circunstancias han hecho que su banco de pesca electoral sea el de la izquierda, según apuntan algunos sondeos. Y el lógico. El elector socialista defraudado por Rodríguez y sus pandilleros diíícilmente emigrará al PP. Atrapado por el mito de la izquierda lo hará por UPyD si se siente traicionado en su españolidad. O por IU si le indigna que el P(SOE) haga cama redonda con el capitalismo.

Podría reproducirse en Cataluña tras las elecciones próximas la que se daba en 1984, vísperas de que Pujol fuera reelegido presidente de la taifa. La Fiscalía Anticorrupción, de la que era titular Jiménez Villarejo, presentó en mayo una querella contra 25 ex altos cargos de Banca Catalana, entre ellos Jorge Pujol, fundador junto a su padre de la entidad. Banca Catalana fue intervenida el 3 de diciembre de 1982 por el Banco de España, seis meses después de que Felipe González accediera al poder, tras confirmar que su deuda superaba los 130.000 millones de pesetas. Banca Catalana ya había pasado a manos del Banco de Vizcaya y su saneamiento había costado 83.027 millones de pesetas al Fondo de Garantía y de Depósito. La querella de la Fiscalía en vísperas electorales tenía un marcado carácter político y perseguía condicionar el anunciado triunfo electoral de Pujol. Pero cambiaron las circunstancias políticas, Pujol quedó libre de cargos en 1986 y el sobreseimiento alcanzó a los restantes imputados en 1990. La consolidación CIU en el gobierno de la taifa catalana convertía a Pujo el árbitro ante la eventualidad de que González precisara de apoyos para paliar los efectos de la crisis y sortear los escándalos que comenzaban comparecer. Recojo estos antecedentes para enmarcar la “operación Roca” antes descrita.

SE REITERA CON SUPERIOR GRAVEDAD LA SITUACIÓN DE LOS OCHENTA

LA actual recesión económica y sus repercusiones sociales adquieren muy superior gravedad que en los años ochenta. La incapacidad de Rodríguez y sus huestes para afrontarla con medidas adecuadas imposibilita el “pacto de Estado” solicitado por el monarca, salvo que Rajoy y sus pretorianos se vean forzados desde poderosas instancias a pasar por un aro que supondría su descalabro. El gobierno Rodríguez se ve precisado a comprar a cada vez más alto precio para España los votos parlamentarios de las minorías. Las encuestas electorales en Cataluña dibujan un fuerte desgaste del tripartido y un triunfo de CiU en los próximos comicios, recrecido a causa de su radicalización nacionalista. Se ha intentado una operación judicial similar en términos políticos a la de Banca Catalana con los escándalos del Liceo y losprocesamientos de Prenafeta y Alavedra, los muñidores de los turbios manejos financieros del pujolismo, antes y ahora, aunque a medida que pasa el tiempo se aligera la presión judicial y mediática de manera a mi parecer significativa.

Los efectos de la recesión son en Cataluña más demoledores que en otras taifas. La alta burguesía del dinero necesita ayudas. Es consecuente que Durán i Lleida, mascarón de proa de CiU en el Congreso de los Diputados, se haga valer y respalde en sus iniciativas al gobierno Rodríguez, a despecho de que algunas de ellas choquen rudamente con la pretendida ideología democristiana de sus partido. De nuevo, e igual que en 1936, importan más el poder, el nacionalismo y el dinero que las convicciones.

La coyuntura actual de la gran banca no es hoy mejor, pese a su concentración, que aquella que, para salvarla, y para enriquecer de paso a su clientela, impulsó al gobierno González al expolio de Rumasa, con la consecuencia añadida de cargarse para en adelante la presunción de independencia del Tribunal Constitucional, hoy enfangado en la ciénaga del Estatuto de Cataluña, tan beneficioso para el tripartito, todavía en la Generalidad, como para CiU, si logra desbancarlo.

Son ya de dominio público los generosos créditos bancarios y de las Cajas, también la Caixa, al partido socialista y a sus ramas taifales, amén de reiteradas condonaciones, incluidos intereses impagados. También los favores de la gran empresa al gobierno Rodríguez y sus contrapartidas. La llamada “ingeniería contable”, en realidad contabilidad fraudulenta, trata de ocultar situaciones críticas o serias dificultades de tesorería. Entre bancos y gobierno se ha generado una suerte de pescadilla que se muerde la cola y bloquea la posibilidad de mantener abierta la línea de créditos para las PYME e hipotecas a particulares. Los fondos públicos otorgados para la salvación del sistema financiero, han servido a la banca para amortizar créditos del Banco Central Europeo, muy bajo interés y para la compra masiva de deuda del Estado con más altos réditos. El Banco de España, que vendió parte de la reservas de oro cuando sus cotizaciones eran bajas, oculta su condescendencia mediante advertencias retóricas.

Ahora el gobierno pretende liberar los topes para la participación del accionariado en los consejos de Administración, lo que permitirá a Florentino Pérez satisfacer su ambición de entrar en el blocao de Iberdrola. Y a del Pino, el de Sacyr, acceder a la barbacana de Repsol. Tras la operación de Blanco contra los controladores se esconde la privatización de AENA y la adquisición de los grandes aeropuertos españoles por la poderosa multinacional SERCO Goup. Y no son éstos los únicos oscuros manejos entre el gobierno Rodríguez y el gran capitalismo nacional e internacional.

¡Y A ESPAÑA, QUIÉN LA SALVA?

ACASO haya abusado con los anteriores y aburridos elementos de juicio, pasados y presentes. Pero consideraba indispensable su conocimiento para mejor entender el parlalelismo económico y político de la lejana “operación Roca” y la actual de la Fundación Confianza, en la que se repiten los promotores y en cuya suculenta financiación participa lo más granado de la banca y del gran empresariado. El lema de “esto lo arreglamos entre todos” podría traducirse con rigor por “ayudadnos a salvar de la quema al gobierno Rodríguez para salvarnos también a nosotros”.

¿Y a España, quién la salva? Son gravísimos los efectos de la recesión económica. Pero sería ingenuo, por no decir suicida, atribuirlo solo a los efectos de este nuevo ciclo de crisis internacional y a la huida hacia adelante de Rodríguez, cuya estulticia parece insuperable. La entidad de la crisis española es mucho más profunda y la económica es sólo parte y consecuencia. Reproduzco, por su indiscutible validez el diagnóstico de monseñor Francisco Gil Hellín, arzobispo de Burgos, en su más reciente colaboración semanal en “El Correo de Burgos”, bajo el título de “Una sociedad enferma”:

“Una sociedad con varios millones de parados, que mata impune y sistemáticamente a sus hijos más inocentes, que administra la justicia según los colores políticos, que miente con descaro y desde las más altas instancias, que viola los pactos más sagrados, que fomenta el odio y el enfrentamiento entre sus miembros, que impide el ejercicio libre de la religión, que destruye la inocencia de los niños desde su más tierna edad, que azuza las pasiones de los jóvenes, que niega que haya acciones buenas y malas con independencia de tiempo y circunstancias, que convierte la escuela en un instrumento ideológico y el poder político en trampolín para el enriquecimiento personal y el medro de los suyos, que se empeña en no tener hijos, en una palabra, una sociedad cuarteada en sus estructuras básicas y removida en sus cimientos éticos es una sociedad decadente y enferma de extrema gravedad”.

Esa España real, también descuartizada como Patria común y como Nación, igual que un no nacido en las clínica convertidas en campos de exterminio, importa muy poco a los promotores y financiadores del Fundación Confianza, al parecer persuadidos de que nuestra sociedad está ya lo bastante alienada y animalizada como para comulgar con sus egoístas y tramposas ruedas de molino. Puro y duro materialismo de corte iluminista.

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5597

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