viernes 5 de marzo de 2010
Cuando la Tierra se enfurece, el hombre tiembla
Félix Arbolí
S E ha ido febrerillo el loco, -loco y con muy mala leche-, y nos ha dejado una España inundada, unos campos nevados y asolados, cosechas perdidas, viviendas destruidas y familias en una pobreza extrema, ya que el agua caída, los ríos desbordados y los vientos moviéndose a velocidades vertiginosas les han arrebatado todo cuanto tenían y se han quedado única y exclusivamente con lo puesto, en el más estricto sentido de esta frase. Todo esto ocurre cuando en España vemos al presente y pensamos en el futuro con más miedo que optimismo. En una época en la que no sólo hemos perdido el trabajo y la oportunidad de recuperarlo, sino la esperanza en un arreglo positivo de los males que afligen al pueblo español. Que me perdonen los que aún creen que tenemos a unos magos del ingenio y la sabiduría política dirigiendo nuestros destinos. Deben ser los que cobran a dedo o moviendo las cejas, yo aún sigo esperando los cheques de Rajoy que al decir de algunos es el que guía mis artículos. No, esta vez no voy a hablar del señor Rodríguez Zapatero y su eficaz gobierno para evitar herir susceptibilidades, entre otras cosas porque de esta catástrofe natural no tiene culpa alguna. Seamos sinceros. Aunque ello no quiera decir que esté de acuerdo con esa ley del aborto, que considero un infanticidio; de congelar el salario de los maltratados funcionarios que lleva más años helado que los osos en la época de su hibernación, pero no así los sueldos de políticos y altos cargos y sus cuantiosos dispendios en asuntos baladíes; ni justifique y crea acertada esa campaña que se han sacado de la manga en un período de emergencia los que viven a lo grande y en la que nos dicen que la crisis debemos arreglarla nosotros y que no es tan alarmista, ni hay motivos para el pesimismo. Ahora resulta que los que deben resolver la crisis que el mal gobierno no sabe solucionar, son los que han quedado en el paro, los que han sido desahuciados de sus casas por no poder hacer frente a sus hipotecas o viven en condiciones extremas haciendo continuos milagros para sobrevivir. ¿Qué pretenden estos genios del papanatismo?. ¡Que la arreglen ellos que viven tan bien y son tan optimistas!. Antes de lanzar esa absurda campaña, deberían realizar una encuesta popular en calles y mercados y verían lo que opina el pueblo sencillo y llano de sus políticos y de esa ridícula consigna. Dichosos los necios que no advierten el peligro que les rodea y viven engañados y felices con un simple “chupa-chups” que le ofrecen, que por cierto ya es propiedad de los chinos. Perdonen los que puedan sentirse ofendidos, ya que no es ésa mi intención, pero estimo que junto a los banqueros y grandes empresarios que viven a su sombra y negocian entre manteles de cinco tenedores, son los dirigentes los que deben estrechar sus gastos, apretarse el cinturón y eliminar cargos y ministerios inútiles para dar ejemplo al resto de los españoles de austeridad y medidas eficaces. No se qué más le pueden pedir a un pueblo que se ha quedado casi con lo puesto antes de que llegaran las lluvias e inundaciones, mientras sus dirigentes viven como en los cuentos de las mil y una noches. Pero no deseo continuar con esta letanía de calamidades políticas y económicas que se han convertido ya en rutina, porque al parecer molesta a algunos señores que deben vivir muy bien y a gusto en esta época en la que los demás estamos asfixiados. No aceptan las críticas a los suyos, pero sí se esfuerzan en pregonar, aumentar y darle la mayor publicidad a los errores del adversario y a torcer la Historia para que los malos y depravados ocupen un solo bando de nuestra pasada y siniestra guerra. !Vamos, que siguen a rajatabla la ley del embudo!. Mea culpa por escribir lo que siento y hacer uso de mi libertad de expresión.
Ignoro y me preocupa hasta cuando va a durar este mal tiempo climatológico. Al parecer, continua en Marzo y no sabemos si lo de “en abril, aguas mil”, se hará vigente una vez y más y continuaremos sufriendo esta pesadilla que se ha convertido en amarga realidad. Lo más sorprendente y preocupante es que se ha extendido de manera general por todo el planeta. Pocos lugares de la geografía universal se han visto libres de tormentas, lluvias torrenciales, inundaciones ruinosas y terremotos de los más altos niveles. Es como una especie de plaga que recorre el mundo destruyendo todo cuanto se encuentra a su paso y ensañándose como siempre sobre los débiles, los pobres y los que viven en míseras condiciones, como si el hecho de pertenecer a una comunidad desahogada fuera una especie de parapeto que impida la tragedia. Lo de Chile una vez más ha sido horroroso, al igual que antes lo de Perú y los países asiáticos en los que han desparecido ciudades completas con sus habitantes incluidos. Hasta mi Andalucía se ha convertido en una especie de océano y ese sol deslumbrante y maravilloso cielo azul que han sido siempre su mayor reclamo y les han dado fama y vida no se advierten por ninguna parte. La llamada costa del sol se ha convertido en la costa de la tragedia y mi gaditana costa de la luz, en la de la oscuridad y la desgracia. ¿La ira de Dios ante tanta indiferencia y apostasía o desgracias debidas a una Naturaleza gastada y cansada de soportar tantas barbaridades?. Que cada cual haga sus propias reflexiones y saque sus conclusiones.
He visto con desaliento y amargura como varios pueblos de la provincia de Cádiz se hallaban inundados, sus edificios destrozados, las cosechas perdidas y las calles convertidas en una réplica de la Venecia italiana, aunque el gondolero y los turistas estuvieran reemplazados por el bombero y un grupo de personas asustadas y llorosas, que no habían tenido ni siquiera la oportunidad de llevarse consigo lo indispensable y más querido. Las máscaras del pasado Carnaval han quedado entre los muebles tragados por el agua y en los rostros de mis paisanos advierto la tristeza y resignación ante un panorama desconocido en la llamada “tierra de la alegría”. El mar siempre presente en su historia ha vuelto a protagonizar una desafortunada aventura en su vida, pero esta vez en mayor proporción. Mi “tacita de plata” ha quedado enlodada. He presenciado emocionado y triste como esos escenarios de mi niñez y primera juventud quedaban inundados y campos, playas y edificios presentaban un aspecto y unas circunstancias irreparables en su mayoría. La playa de la Victoria, cuya limpieza es legendaria, la rica y fértil campiña jerezana, mi tierra natal Chiclana de la Frontera de permanente actualidad en estos días por ser una de las más perjudicadas, etc, etc. Los recuerdos de mi infancia convertidos en una visión dantesca y sobrecogedora. .
He sufrido con ellos y me he sentido solidario más que nunca con su tremendo drama y sus inevitables y posteriores consecuencias. Mi tierra ha perdido su alegría y los que estamos lejos de ella, pero nos sentimos siempre cercanos a sus latidos maternos, nos hallamos dolidos y angustiados con sus problemas, como si fueran nuestros. No entiendo mucho de climatología, ni de asuntos siderales, pero no comprendo este ensañamiento generalizado de la Naturaleza contra la Humanidad, como si hubiera dicho hasta aquí hemos llegado y ya no voy a seguir tolerando más insensateces y desmanes. Y menos mal que la temida “tormenta perfecta” no le ha afectado, pues hubiese sido el colmo de las desdichas. Lo que no me explico es como pueden llamar “perfecta” a un vendaval asesino y destructivo que hace todo lo contrario, destruir la belleza y perfección de lo edificado y conseguido. Paradojas de la vida o ironías de un científico con un extraño sentido del humor y la nomenclatura.. .
Hablan de que algo así no ocurría en muchas décadas, que se está produciendo una subida en la temperatura atmosférica que dará lugar al deshielo de los casquetes polares y a la subida del nivel del mar que inundará y hará desaparecer algunas ciudades costeras. He leído en alguna parte que todas estas calamidades se hallan descritas en la Biblia, incluso lo de las Torres Gemelas neoyorquinas y que vamos directos a la implantación de un nuevo orden mundial bajo un solo gobierno universal y un único ejército, moneda y religión. Yo me lo creo y ya atisbo algunos detalles Más difíciles fueron las fantasías de Julio Verne y todas se cumplieron e incluso superaron por la realidad. Yo ya no estaré para verlo y padecerlo, algo bueno debe tener ser ya mayor y mortal.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5590
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