Gotzone Mora al telefono

Gotzone Mora al teléfono
Juan Urrutia
G OTZONE MORA sufrió el domingo 30 de Julio un vergonzoso agravio en el pueblo donde representa como edil a gran parte de los constitucionalistas de la zona. Grabé sus palabras por vía telefónica y las transcribí al ordenador para que ustedes puedan ser testigos de unos hechos, ocultados al público, que dan idea de a donde nos lleva el “proceso de paz” promovido por el gobierno. VISTAZOALAPRENSA— Hoy, domingo 30 de julio, de no ser por sus escoltas, hubiera sido agredida en Guecho, donde es concejal por el PSOE. GOTZONE MORA —Esto no es nuevo, llevamos desde antes de que comenzaran las fiestas temiendo que ocurriera. Tenemos los precedentes de años anteriores y sobre todo del último año. Nosotros, en la comisión de cultura del ayuntamiento pedimos que se controlaran las cosas para evitar el caos dentro del pueblo. Nos respondieron que todavía no había pasado nada y que ellos no podían decir nada antes de que hubiera incidentes. Esto sucedió la semana pasada. Salió el programa de fiestas, que se ha repartido por todo el municipio, y nos dimos cuenta de que incluía una comida para pedir la amnistía para los presos de ETA. Después había una especie de “poteo” por los bares del municipio en recuerdo a los presos y así constantemente. Ya mostramos nuestra disconformidad con respecto al programa en un pleno. En aquel momento el alcalde nos dijo que ya había tomado una serie de medidas al respecto. Ayer noche comenzó una pelea entre dos chavales. A esos dos se unieron cien y otros cien y empezaron a calentarse. Cuando llegó la policía municipal se resguardaron en el metro, les quitaron las porras a los guardas de seguridad para intimidar a la gente que tenían cerca y rompieron las escaleras del metro, la cristalería de la bóveda, etc. Esta mañana llevaba veinticinco minutos recorriendo el lugar cuando comenzaron a acercarse varias personas de distintas edades. Empezaron a increparme insultándome muy duramente: que si yo me estaba enriqueciendo a costa de los medios, que aprovechaba la menor ocasión para posicionarme en contra de Euskal Herria, que me marchara de este pueblo, que estaban hartos de mi. Se me acercó una mujer, me dio miedo porque se puso muy violenta, y alrededor de la mujer se acercaron una serie de personas apoyándola. En ese momento, los escoltas, viendo que me podían agredir, se pusieron delante de mí para poder defenderme en caso de que pasara algo. Aquello iba a más. Me pidieron que nos marcháramos, pero yo no quise, porque si te ven irte saben que ancha es Castilla y a por todas. Hubo un momento muy duro, me llamaron carroñera, me dijeron que no había ido más que para buscar problemas, y para ver que podía sacar, a lo cual les contesté que sólo estaba allí para comprobar los hechos. Siguieron insultándome, descalificándome como profesora. Entonces la hermana de Marisa Arrue me cogió del brazo y me pidió por favor que me fuera porque aquello se estaba poniendo tensísimo, y al rato llegó Marisa. Entonces me retiré. Yo no he ido con ánimo ni de provocar ni nada que se le parezca, he ido con la intención de recoger la información suficiente para poder ejercer mi labor como concejal. Ahora, así como ellos dicen que es su pueblo, también es el mío porque a mi me han votado tantas personas como le han podido votar al alcalde o a cualquier nacionalista de los que se sientan a mi lado. Me han hablado con tanto desprecio que he sentido la muerte civil. Además, estaba presente una furgoneta con las cámaras de ETB y no se dignó ni a acercarse. V—A propósito de esto último, parece ser que los medios no se han hecho eco ni de su caso ni del de un concejal del PP, Javier Moreno, que ha sufrido un episodio similar al suyo en Astigarraga (Guipúzcoa). G—Esto no es casual, obedece a una estrategia del gobierno. Cuanta menos información de todos estos sucesos, mejor para la gente que les presiona para seguir adelante con el proceso de paz. En este momento el nacionalismo esta a ocultar, por ejemplo, el rector de la UPV —lo puedes poner en esta entrevista— se encargó, muy rápidamente, de borrar las pintadas que decían Gotzone Mora PIM, PAM, PUM, que habían perpetrado miembros del entorno de ETA-batasuna. Curiosamente el parte de aquel día donde figuraba el caso ha desaparecido. No tenemos ni el derecho a quejarnos, esto es demoledor. Clarísimamente se esta cayendo en el juego de cumplir las exigencias del nacionalismo en su conjunto, desde el PNV hasta ETA-Batasuna y el primero que esta cayendo es el Gobierno de la nación y el Partido Socialista. Lo triste de todo esto, es que en vez de buscar la unión de los dos grandes partidos, lo que se consigue es que la grieta sea cada vez más amplia y que la gente que está sufriendo, las víctimas, los amenazados etc. cada vez estemos más solos, porque no tenemos ni el derecho a réplica. V-Ante estos hechos y otros similares que ha sufrido, ¿encuentra algún tipo de apoyo? G—De los ciudadanos mucho, pero te puedo decir que he notado que el miedo se ha incrementado. Durante algún tiempo la gente se me acercaba, me daba un abrazo, estamos contigo Gotzone… últimamente, no sé si porque la desconfianza se empieza a acrecentar entre la ciudadanía, encuentro miradas de complicidad, pero ya no es lo de hace un año. Los movimientos cívicos no me prestan demasiada atención, salvo el que hemos creado recientemente, Ciudadanía Democrática. En todos los ataques que he sufrido, que ha sufrido mi familia, he tenido muy pocas llamadas de los que están en las alturas echándome una mano solidariamente. El estar en lo políticamente incorrecto supone un precio. V—Dentro de su ayuntamiento ¿cuál es la reacción ante estos ataques? G— El PP calla, porque no eres de ellos, mis compañeros del Partido Socialista han salido en los medios de comunicación exigiéndome que entregue el acta de concejal, diciendo que me vaya porque no quieren estar conmigo en el ayuntamiento debido a las críticas que estoy haciendo a Rodríguez Zapatero y a su ejecutivo, y el nacionalismo que ve ese comportamiento, se dedica al acoso y derribo a ver si logran que me vaya. V-¡Vaya panorama! G- El panorama es de llorar. A mi hijo, el pequeño, lo echan del trabajo, a trabajar fuera de aquí. El mayor, es profesor de universidad, pero en cuanto se enteran de que es mi hijo lo expulsan. Me han venido vecinos diciendo que cómo tengo la caradura de meter mi coche en el garaje, porque les puedo poner en peligro el suyo. En momentos en los que he estado muy sola, cuando han aparecido pintadas amenazándome, ni el Foro Ermua, ni Basta ya, ni ningún otro ha venido a darme el mínimo apoyo. Hay gente que lo está pasando muy mal, con tratamientos psicológicos y psiquiátricos, críos de ocho y diez años que son totalmente aislados en sus pueblos por tener padres constitucionalistas, profesores a los que han echado del ámbito universitario. Hay que seguir luchando por toda esa gente que ha peleado contra el nacionalismo hasta que no ha podido más. Los que tenemos fuerzas tenemos que seguir por los que han dado lo mejor de sus vidas contra el terror. Me despedí de ella, no sin antes mostrarle mi respeto y apoyo, con la amarga sensación de que el triunfo nacionalista se fundamenta en la negligencia de los demócratas, si es que queda alguno.