viernes, marzo 05, 2010

Roures toma La Moncloa

Roures toma La Moncloa
21:35 | 04 de marzo, 2010

La política informativa del Gobierno, en manos del rourismo.

España en manos de los brujos visitadores. Ésta sería la conclusión de la batalla mediático-política que se acaba de librar en La Moncloa. Desbordado por la realidad, el zapaterismo no busca dar respuestas de Gobierno, sino que limita sus reformas a la comunicación, en una operación con un significado de la mayor trascendencia: la sustitución de Nieves Goicoechea por Félix Monteira, hasta la fecha director de Público, en la Secretaría de Comunicación. Consecuencias: en primer lugar, el abordaje de La Moncloa por parte del alfil mediático del zapaterismo, Jaume Roures, con la consiguiente caída en desgracia de Prisa; en segundo lugar, un adelgazamiento sustancial del poder de la vice Fernández en favor de un José Blanco que ha aumentado extraordinariamente el suyo durante las últimas semanas.

La Secretaría de Estado de Comunicación ha cobrado un papel de importancia extraordinaria en el zapaterismo desde el primer ocupante del puesto, Miguel Barroso, factótum de Zapatero ante los medios, impulsor de la figura de su mujer, Carmen Chacón y trujimán de los citizen Kane del nuevo régimen: José Miguel Contreras y el omnipresente Roures. Tras el paréntesis de Fernando Moraleda, con Goicoechea –cercana a Prisa– culmina ahora el desembarco del rourismo.

El zar de La Sexta, trostkista en política y gramsciano en comunicación, ha colocado en La Moncloa a Félix Monteira, director de su cañón Bertha ideológico, el diario Público, encargado entre otras cosas de repartir con su periódico libros de Marx. Monteira, que trabajó durante décadas para El País, guarda el mayor resentimiento contra Prisa. Y ésa es otra clave de este movimiento: el zapaterismo rompe definitivamente todo vínculo con el grupo de Polanco-Cebrián y se entrega a una izquierda radical que ni siquiera finge el intelectualismo prisaico. Al romper con el Imperio Polanco, Zapatero también corta con la vieja guardia del PSOE, en un camino sin vuelta atrás. El olor a corrupción de este cambalache político-mediático es evidente, porque la relación de Zapatero y Roures ha sido un perverso do ut des: el catalán garantiza el apoyo informativo, en tanto que el Maquiavelo de León le otorga concesiones de televisión, copiosas subvenciones para su cine y, como ha informado LA GACETA, no pocos trabajos en exclusiva para RTVE, de tal modo que Mediapro pasa a hacer las veces de Ente público.

La pata mediática de la operación se confunde con la política. Las maniobras en la sombra de José Enrique Serrano, fontanero mayor del zapaterismo, han terminado con la defenestración de Goicoechea, tocada por su alineamiento con De la Vega. Quien cobra fuerza, en detrimento de la señora Fernández –la cual, por cierto, no ha dado la cara para defender a Goicoechea–, es un José Blanco a quien no le hacen falta vicepresidencias para mandar: quizá eso llegará, pero de momento tiene lo más relevante, el apoyo incondicional del presidente. Con todo, lo más preocupante es que Roures pasa a controlar la política informativa del Gobierno, es decir, a mandar en España. Y en segundo lugar, que esto implica la sincronía de intereses entre el radicalismo rourista y el radicalismo de Zapatero y Blanco: si habrá que estar atentos a los movimientos de una Prisa en bancarrota de finanzas y descrédito, ahora que Roures planta sus reales en La Moncloa, sólo cabe esperar más sectarismo… y, claro está, más prebendas, aún más prebendas, para el dueño de Mediapro.

http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/opinion/roures-toma-moncloa

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