martes, marzo 16, 2010

Le Pen, amigo del socialismo

Le Pen, amigo del socialismo

Martes , 16-03-10

PRIMERA conclusión del escrutinio regional francés del pasado domingo: venció abrumadoramente la abstención. En un país en el que el poder está mayoritariamente centralizado en manos del Gobierno y de los ayuntamientos, las regiones tienen un interés muy limitado. Más de la mitad de los franceses con derecho a voto ignoraron la convocatoria del pasado domingo. Y considerando que los socialistas están en posición de retener el poder que ya tenían, lo más que puede decirse es que el partido del presidente, Nicolas Sarkozy, no ha motivado al electorado para conquistar el último bastión del socialismo francés, la sede menos significativa del poder político.
Sentadas esas bases, hay otras lecciones en los resultados de esta primera vuelta. Algo falla en el modelo político francés cuando tres décadas después de que François Mitterrand amamantara el monstruo de la extrema derecha para debilitar al centro derecha, los efectos de aquella operación de ingeniería política se sigan manteniendo con similar efectividad. El partido de la familia Le Pen logró el pasado domingo un notable resultado: un 11,49 por ciento. Esto le sitúa en cuarta posición, a algo más de seis décimas porcentuales de Europe Ecologie, seguro aliado del Partido Socialista. En al menos 12 de las 22 regiones metropolitanas los socialistas han logrado superar la barrera del 10 por ciento, lo que permite concurrir a la segunda vuelta. El sentido de las dos vueltas es precisamente dejar que las dos fuerzas más votadas capten el voto de electores más o menos afines cuya primera opción no tiene posibilidades de triunfo. No obstante, el peculiar sistema francés permite que candidatos sin opción de victoria sigan concurriendo y distorsionando el sentido de la segunda vuelta. Así, el partido de los Le Pen, padre e hija, ha obtenido espectaculares resultados en extremos opuestos del país: Nord-Pas de Calais -19 por ciento- y Provence-Alpes-Côte d´Azur- 14,7 por ciento. Las posibilidades de que permitan que el Partido Socialista se alce con el triunfo son altísimas. Y así, una vez más, como en su día quiso Mitterrand que fuera, la extrema derecha francesa se convertirá en la llave del poder del socialismo.

http://www.abc.es/20100316/opinion-editorial/amigo-socialismo-20100316.html

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