Cómplices
Aborto y ético
09:56 | 04 de marzo, 2010
Esos fetos no eran material desechable por la autonomía de la propietaria del útero
La realidad es tan determinante que, confrontado con ella, las ideologías se tambalean, se derrumban.
Años atrás creía que el aborto era un derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo. Participaba de lo que ahora se entiende como “políticamente correcto”, que entonces, y aún hoy, es acervo común de la llamada “ideología progresista”. Pero un día me encontré en una sala de partos con dos “seres vivos” (Bibiana Aído dixit). Cada uno medía poco más de 10 centímetros. Sus piernas, sus brazos, su tronco, su cabeza, estaban perfectamente formados. La madre había sufrido un aborto espontáneo. Y, en ese momento, algo se quebró dentro de mí y establecí que esos fetos no eran material desechable, decidible y expulsable por la autonomía de la propietaria del útero. Deberían todos los senadores y diputados favorables al aborto y que han votado desde la metafísica de las ideas, bajar a la física de la realidad. Que acudieran a una clínica abortista y vieran qué es lo que sale entre las piernas de una mujer. Y si eso merece protección o si eso tiene como único destino la trituradora de carne y las bolsas de basura. La sexualidad es parte integrante de nuestra esencia humana. Y no necesariamente unida a la afectividad sino, al menos, al sentido común y a la responsabilidad: para evitar contagio sexual… y los embarazos.
Las invocaciones a una mejor educación sexual no dejan de ser brindis al sol. No hace falta un curso avanzado en sexología para saber que a los niños no los trae la cigüeña, sino los coitos a la brava… con cabeza de chorlito. Así que sobran sexólogos, educadores y programas subvencionados, y falta algo básico: responsabilidad. Nuestro antiguo Código Penal resolvía con absoluta armonía y aceptación social los casos extremos (violación, riesgo para la madre, malformación), a los que nadie se oponía. Y en mi pensamiento no hay otra valoración que la propia. Sin determinaciones sobrenaturales.
No creo en Dios. Pero sí en la ética.
http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/opinion/aborto-y-etico
viernes, marzo 05, 2010
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