viernes, agosto 11, 2006

Los culpables

viernes 11 de agosto de 2006
Los culpables
Ignacio San Miguel
E N una de sus últimas manifestaciones, Santiago Carrillo advirtió de que si el PP seguía denigrando al presidente Rodríguez, podría incitar a alguien a asesinarlo. Carrillo tiene mucha experiencia en estas cuestiones, y quizás hable así por deformación profesional. Sin embargo, su especial idiosincrasia no es ninguna excusa para manifestaciones viles que coinciden plenamente con las de José Blanco cuando dijo que si el “proceso de paz” se frustraba, la culpa sería del PP. Este expediente de echarle la culpa al PP de cualquier fracaso, cualquier obstáculo, cualquier inconveniente, está resultando tan socorrido que acaba por estomagar. El problema estriba en que la gente poco avisada se deja engañar, y en este país hay mucha gente poco avisada. Tanta, que la izquierda se muestra cada vez más desvergonzada con sus infundios, exhibiendo una falta extraordinaria de respeto hacia la verdad; o, por mejor decir, su afición congénita (e ideológica) a la mentira. Existe, sin duda, el delito de inducción al asesinato. Pero, en este caso, se incita claramente a cometer el acto, o se lleva al futuro ejecutor a la creencia de que con ese crimen tremendos males podrán ser evitados. No es cierto que el Partido Popular esté haciendo ninguna de las dos cosas. Su obligación, como partido de la oposición, es señalar los errores del Gobierno. Si ocurre que estos son muchos (como en el caso presente), su deber es señalarlos todos. Y aquí entra en función la gente poco avisada, que, al observar las continuas denuncias del partido de oposición, puede pensar que se está extralimitando. No. Quien se está extralimitando una y otra vez es el Gobierno, al frente del cual se halla una persona de psicología anormal. Sin embargo, no lo entiende así esta gente de que hablo, de la cual ha de sacar buen provecho el partido en el Poder, pues no le será difícil conseguir su voto. Pero, si, en el otro extremo, hay alguien que, quizás abrumado por los desafueros continuados del Gobierno, deriva a ideas aberrantes, será su problema. Pues nadie le está incitando a nada, sino que simplemente se están exponiendo errores reales. No tiene más que esperar a las próximas elecciones y obrar entonces en consecuencia. Eso de echar las culpas a los adversarios de todos los males habidos y por haber es táctica común de la izquierda. Hasta hace poco, y aún ahora mismo, Aznar tenía la culpa de todo. Ha circulado la broma de que él fue el culpable de la muerte de Manolete. Esta cuchufleta no se le habría ocurrido a nadie si no fuese por la cantidad abrumadora de culpas, algunas merecidas, muchas inmerecidas, que se le han echado sobre sus espaldas. Por no decir nada de Bush y Estados Unidos. Estos izquierdistas se presentan como los redentores de la Humanidad, pero lo mentiroso de esta pretensión se demuestra cuando revelan un pro-islamismo decidido y generalizado. Algo totalmente absurdo. Todo izquierdista de hoy ha de ser “progresista” y, por tanto, feminista. ¿Y no saben acaso estos izquierdistas cómo tratan los musulmanes a las mujeres? ¡Ah, claro! Se trata de otra cultura y tienen otras costumbres. ¿Y qué? Se trata de una cultura que trata a las mujeres como seres inferiores. Se trata, por tanto, de una cultura despreciable. ¿Desconocen acaso las estructuras sociopolíticas de esos países? ¿No saben que se trata de dictaduras? Claro que a esta izquierda esto puede no importarle, dadas sus tendencias totalitarias; pero ¿y la pena de muerte? Bueno, eso puede que cambie con el tiempo, y en Estados Unidos también existe. Por tanto, hay que ser tolerantes. Pero ¿y el capitalismo? Sí, porque esta izquierda parece que sólo se entera del capitalismo americano y europeo, pero ¿y el árabe? Aquí es donde se muestra a las claras el embrutecimiento y malignidad del pro-islamismo de la izquierda. Porque el capitalismo europeo y americano es democrático, y por tanto está repartido. Está mal repartido, de acuerdo, y puede que siempre lo esté, pero está repartido. Pero el capitalismo árabe no está repartido. Está en manos de los jeques, de los reyezuelos, y a buen recaudo en sus cuentas de Suiza. ¿Quiénes son los culpables de la pobreza de los pueblos árabes? ¿Acaso los americanos? ¿Acaso los europeos? ¿Acaso Occidente? De ninguna forma. Son ellos mismos. Son sus tiranos, son sus estructuras, y su incapacidad para cambiar y rebelarse debido al fanatismo inculcado desde niños. Pero la izquierda europea, y sobre todo la española, está con ellos, porque es una izquierda abyecta, compuesta de miserables masoquistas, que vive muy bien en Occidente, pero lo odia con odio perverso, degenerado. Se trata de una maldita quinta columna que nos está llevando al desastre. Al “héroe de Paracuellos” se le achacan 5.000 asesinatos. Y ahora nos viene diciendo que si el PP sigue así… pueden ocurrir cosas. Es para reírse un buen rato. Porque si de algo peca la derecha española es de apocada, de cuitada, de medrosa. Si alguna vez actúa, suele ser generalmente arrastrada por las circunstancias. Ahora ha efectuado varias gestiones acertadas ante el Constitucional, pero se trataba de algo obligado, y lo ha hecho después de muchas dudas. Y nos viene el “héroe” clamando que si el PP sigue así… Por supuesto que este señor no se preocupa lo más mínimo por el contenido de la predicación de los imanes en las mezquitas. Sin duda, serán palabras más estridentes que las de los discursos del Partido Popular. Pero eso a Carrillo le parece bien, porque cree que el islamismo está cumpliendo en la actualidad para la izquierda la función que cumplió el comunismo antaño, según sus propias declaraciones. A él no le importan, en consecuencia, las víctimas posibles y futuras del fanatismo islamista. Sin embargo, considera que la oposición política del PP es peligrosa, inmoderada, inductora del asesinato. Resulta definitoria de la situación sociopolítica de la España actual la circunstancia de que a este siniestro personaje se le haya nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma de Madrid. Recordando a Paracuellos, al PP se le podría haber ocurrido elevar alguna protesta. Por ejemplo, el alcalde de Madrid, Ruiz Gallardón, podría haber dicho algo al respecto. Pero a eso no está dispuesto este señor. Por el contrario, está muy bien dispuesto a casar sodomitas del PP, a pesar de que su partido tiene interpuesto recurso de inconstitucionalidad contra estos “matrimonios”. Y el PP no está nada dispuesto a expulsarlo, que es lo que debería hacer. Si buscamos culpables al tremendo deterioro político y social de España, los encontraremos en primer lugar en la izquierda, por su degeneración ideológica, pero también en la derecha. Sí, una vez más, pero por motivos muy distintos a los que se le achacan. Por su falta de vigor, por su escasa firmeza en la defensa de los valores tradicionales.

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