lunes 21 de agosto de 2006
El 'Proceso'
Yolanda Salanova
L A banda terrorista ETA amenaza (otra vez) y el gobierno socialista nos viene con un comunicado de tres puntos, donde repite una de las muchas mentiras adobadas con la corrección política y la frase hecha: “no habrá precio político”, como si ya no se estuviera pagando y lo que nos falta por ver. El PSE y el inefable don Odón, salen diciéndonos que, hombre, no exageremos… qué alarmismo el nuestro y no digamos el del PP, quien, según todos los cómplices de la puesta en venta del Estado de Derecho, pretende dinamitar “el proceso” kafkiano, que no de paz ni de rendición de la mafia criminal. Pues faltaría más. Según los negociantes de nuestras libertades, a los comunicados de ETA no hay que hacerles caso; es un pataleo, vamos, el nene que chilla porque no le dan un caramelo antes de comer. Pues no señor. ETA advierte, amaga… en román paladino, amenaza con volver a asesinar. Y aquí no pasa nada, para eso nos han atropellado con la ley del silencio, eso que ahora califican “apagón informativo” y que se llama censurar lo que no interesa a los mercachifles que salga a la luz pública. Se llama ocultar información a la que tenemos derecho, con el propósito de encapuchar las oscuras promesas, las transacciones previas (“¿qué hay de lo mío?”) y los espurios intereses de las partes contratantes de la primera parte de un proceso de claudicación, poniendo la Justicia al servicio de intereses politiqueros. Los brindis al sol de Madrazo —"representa un acto de intolerancia incompatible con el proceso de paz y normalización política"—, del gobierno vasco —"ETA no es nadie para negar el derecho de este pueblo a decidir en paz y libertad"—, de ERC que por boca de Puigcercós, dice que ETA y el gobierno “tienen que mover ficha”… sólo de cara a sus respectivos electores, resultan ofensivos. Hacen votos para que “el proceso” siga vivo aunque eso suponga que algunos resultemos muertos, bien totalmente bien en su mayoría, es decir, civilmente muertos. Al fin y a la postre, se tratará sencillamente de ‘daños colaterales’, a lo que deberemos acostumbrarnos si no queremos ser acusados de “echar leña al fuego”, como según don Odón hace el PP. Como no se paga precio político, según ZP y sus voceros, el juez Pedraz acaba de dejar en libertad a tres terroristas, contradiciendo al juez Garzón, que le había enmendado la plana, y claro, cómo iba Pedraz a consentirlo. Parece una pugna entre jueces involucrados por las consignas del nada cándido Pumpido, consignas dictadas por el presidente Rodríguez Zapatero y su goebbelsiano ministro de Interior. Garzón descalifica a Marlaska, a Pedraz; éste a su vez le devuelve el golpe; Garzón da ahora la razón a Marlaska… Ya no sé ni de qué. Grande-Marlaska, cosa que le honra, permanece en su puesto sin entrar al trapo de jueces-estrella o aspirantes a ello. Y como se reitera una y otra vez que no habrá precio político, Otegui dará una conferencia en Barcelona sin que le tiren huevos ni sufrir agresiones — ¿será por su gran intelecto?—, y continúa dando ruedas de prensa, paseándose junto a los permachs y barrenas en las manifas “de ciudadanos anónimos”. Las noches de cristales rotos continúan sin que haya ni un solo detenido, como de costumbre. Para más inri, resulta que el tal Blázquez, que decía Arzallus, pide a los matarifes la valentía de pedir perdón. Pues verán: si quieren o no confesarse, sea con Blázquez o con Satán Setién, me trae al pairo. A los demócratas no nos importa si están o no arrepentidos, y menos a las víctimas. No necesitamos que pidan perdón (aunque no estaría mal, a buenas horas mangas verdes) ni que digan públicamente que rechazan la violencia “venga de donde venga” y palabras, palabras, palabras… que diría Hamlet; lo que EXIGIMOS es que se aplique la LEY, sea a quienes sean. Que los jueces juzguen sin presiones ni ateniéndose a “situaciones políticas coyunturales”, que ZP nos explique, a nosotros y a la oposición, qué demonios de acuerdos no cumplidos reclama la bestia parda —aunque nos lo maliciamos— y por qué diablos se sigue negociando de tapadillo, antes de estar en el gobierno, con cadáveres de víctimas aún calientes y durante estos dos onerosos años de des-gobierno, en los que la denominación de terrorista se sustituye por ‘activista’, etasuna por ‘abertzale’ y los atentados terroristas por ‘incidentes’ o ‘sucesos’. Ítem más, se nos anuncia que “el proceso” seguirá, a pesar de atentados terroristas, agresiones a representantes de la ciudadanía, —Gotzone Mora y María San Gil entre otros— y amenazas de “responder”, es decir, asesinar. Claro que para todo habrá una coartada: la culpa, por descontado, la tendrá el PP y los constitucionalistas, los demócratas, sea de ser asesinados por ETA, del fin de “el proceso” o del próximo tsunami; y qué duda cabe, seremos culpados por oponernos a la mascarada del comercio de trueque. Pues bien: yo apoyo un proceso justo para quienes no muy tarde, esperemos, sean acusados de alta traición, puestos ante el juez, y de resultar culpables, que cumplan íntegramente las penas. Igual que sus compadres etarras.
lunes, agosto 21, 2006
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