viernes, octubre 14, 2011

Villacañas, Tres apuntaciones sobre el 12 de octubre

viernes 14 de octubre de 2011

Tres apuntaciones sobre el 12 de octubre

Antonio Castro Villacañas

1 . FIESTA NACIONAL

PREGUNTO a mis lectores: ¿Conocen Vds. alguna nación civilizada en la que el Día de la Fiesta Nacional no se celebre del modo más solemne, popular y educado posible en todos los territorios, las ciudades y las poblaciones que integran esa nación?


2. ESPAÑA EN LA HISTORIA

¿CUÁNDO empieza a contar España en la historia del mundo? Para la práctica totalidad de los historiadores serios, cuando Roma integra una pluralidad de tribus en la unidad de convivencia política que bautiza como Hispania. Años después, esta Hispania provincia romana ha evolucionado tanto que es capaz de darle a Roma césares y gobernantes, generales y santos. Para quienes se sientan cristianos, en esa Hispania romana fue donde predicó el apóstol Pablo y en la que se apareció en carne mortal la Virgen María para alentar la misión de Santiago. De ella salieron las legiones que llegado el momento acentuaron la decadencia de Roma. Esa Hispania romana y cristiana frenó y asimiló la invasión de los bárbaros suevos, vándalos y alanos hasta el punto de con ellos transformarse en un Reino visigodo capaz de hablar de igual a igual con los otros reinos de Europa y de aventurarse a explorar las vecinas tierras africanas.

El mismo reino visigodo hispánico y cristiano que siglos después, debilitado por querellas internas de las familias reinantes, abrió de par en par las puertas sureñas de la península ibérica a los revolucionarios árabes y no puso inconvenientes a que se asentaran en todo lo ancho y lo profundo de su interior hasta que consideró oportuno decirles basta en Covadonga... Mientras de norte a sur y de oeste a este recuperaba la Hispania romana, visigótica y cristiana, esa misma Hispania transformaba la ruda cultura árabe procedente de África en otra mucho más profunda, sugestiva y bella como demuestran Sevilla, Córdoba y Granada, amén de Toledo y demás centros esparcidos por toda la península. Mientras se iba bajando lentamente hacia el sur, los hispanos del este, una vez librados de la presencia agarena y convertidos en catalanes y aragoneses, comenzaron a explorar el mar Mediterráneo desde Baleares a Grecia, pasando por Córcega, Cerdeña, Sicilia y Malta, y desde la costa de Marsella a la de Mauritania, Argelia, Túnez y Libia dejando en todas partes huellas positivas de su presencia... Casi al mismo tiempo que terminaba la reconquista de la unidad hispánica, Dios le concedía a los hispanos el don de convertirse en nuevos romanos por medio del descubrimiento y el dominio de un mundo nuevo, en el que alcanzar poder y gloria mediante el asiento de la cultura y la civilización europea y cristiana... Y casi al mismo tiempo que comenzábamos a hacer América Dios nos concedía la gloria y el poder de hacer Europa, trabajo interrumpido por la escisión del cristianismo en los dos grandes sectores que junto con el ortodoxo y sus pequeñas variantes se reparten desde entonces las almas de los creyentes en el Dios que se hizo Hombre. España, fiel a su creencia y a su historia, eligió el sector romano y en buena parte ello le hizo perder poder y crédito en Europa y en cierto modo el tener que distinguirse de ella y el "aislarse" en Iberia. Que este "aislamiento" no fue ni total ni estéril lo demuestra el hecho de que antes, durante y después de él siguió España "ensanchando" el mundo viejo y nuevo e incorporándoles otros pueblos y más amplios horizontes. Así lo demuestran hechos tan trascendentales como son los de la primera circunvalación y los descubrimientos de Australia y Filipinas, amén de las descubiertas de la parte sur y oeste de la actual USA. Como es lógico, este inmenso imperio exigía un tremendo esfuerzo cotidiano y una organización política muy difícil de sostener, razón por la cual no tiene nada de extraño el que puedan observarse signos de decadencia en el siglo XVII, acentuados en el XVIII con el cambio de valoración política que supuso la sustitución de la hispanogermánica Casa de Austria por la gálica de Borbón, responsable de la pérdida de nuestra presencia y potencia en la península itálica. Pese a ello, el pueblo español volvió a dar una magnífica prueba de su calidad histórica durante la guerra que desde 1808 mantuvo contra la Francia mandada por Napoleón Bonaparte, aquel genio de ambición que en su delirio profundo ensangrentó Europa y no pudo nunca dominar España pese a que nuestros Carlos IV y Fernando VII se la entregaran de modo voluntario a cambio de que el córcego les asegurara dineros y favores... El siglo XIX, presidido en su práctica totalidad por los Borbones, fue el escenario de nuestro derrumbe interno -guerras civiles dinásticas- y externo -pérdida progresiva de todas nuestras provincias americanas y orientales- así como del mundo de valores políticos y éticos que hasta entonces nos venía caracterizando. La fatal decadencia se interrumpió en 1936: España volvió entonces, sin Borbones, a dar al mundo más ejemplos positivos y negativos de cómo debe asentarse la convivencia humana...


3. LA FIESTA NACIONAL

RUEGO me disculpen por lo extensa apuntación anterior, apretada síntesis forzosa de nuestra historia, que me sirve de base para lamentar la sinrazón de nuestra Fiesta Nacional. ¿Qué festejamos en ella? Pese a celebrarse en el día que tradicionalmente conmemora el comienzo de nuestra cristianización, ninguna ceremonia oficial la rememora. Tampoco se recuerda, honra o difunde nada de lo que en nuestra historia merece ser tenido como ejemplo: ni nuestra raza ejemplar, sucesiva y creciente integración y mezcla de pueblos, ni la cultura hispánica -única ejemplar manera de entender la vida extendida por los cinco continentes, ni nada ni nadie que podamos presentar con orgullo a los españoles actuales y al resto del mundo. Contra lo que sucede en otras partes, el día de la Fiesta Nacional no se diferencia en España de cualquier domingo salvo en Madrid, y eso porque aquí se da un reducido desfile de nuestras fuerzas armadas y una pequeña y familiar cuchipanda cortesana en el Palacio Real. ¡Qué distancia, qué envidia, respecto de las Fiestas Nacionales de USA, las repúblicas hispánicas, Francia, o muchos otros Estados y pueblos!

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=6261

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