jueves, octubre 20, 2011

Ladron de Guevara, ¿Es alta traicion?

jueves 20 de octubre de 2011

¿Es alta traición?

Ernesto Ladrón de Guevara

I NDUDABLEMENTE, en este estado de cosas, con una Constitución reducida al escombro, nadie procesará a los responsables del Partido Socialista –llámese Gobierno de Zapatero, que es lo mismo- hagan lo que hagan. Y no son pocas las barbaridades y daños a los españoles los producidos hasta la fecha. Es obvio que en España la impunidad es moneda de uso corriente, y solamente las personas honestas estamos sobre la cuerda floja.

Dice el artículo 584 del Código Penal refiriéndose al delito de alta traición “El español que, con el propósito de favorecer a una potencia extranjera, asociación u organización internacional, se procure, falsee, inutilice o revele información clasificada como reservada o secreta, susceptible de perjudicar la seguridad nacional o la defensa nacional, será castigado, como traidor, con la pena de prisión de seis a doce años”.

El lunes día 17 de octubre me llamó un periodista de la Razón para que resumiera en una simple frase la farsa de la Conferencia de Paz con mediadores comprados y al servicio de ETA en San Sebastián. Me salió espontáneamente y sin pensarlo dos veces: PSOE, alta traición. Aún no había releído las conclusiones redactadas por mano proetarra que leyeron los llamados intermediarios.

Dichas conclusiones son la plasmación exacta de los comunicados últimos de ETA: En ellos cuatro sustantivos condensan la falsedad y burda estrategia de la confusión para sacar beneficio de una situación en la que la “banda” estaba contra las cuerdas y en disposición de rendición por falta de oxígeno gracias a la labor de las fuerzas de seguridad del Estado. Los sustantivos son: internacionalización, conflicto, negociación y paz. Internacionalización porque ya tenían a las sanguijuelas compradas y dispuestas para a cambio de suculentas retribuciones hacer de voceros de sus pretensiones. Conflicto porque es la palabra clave para reducir a burdo engaño una situación de terrorismo y extorsión sistemática, camuflada como confrontación bélica entre dos partes enfrentadas, una parte ocupada por un “país extranjero” (España) y otra parte sometida por “la fuerza”. Negociación como condición para el “armisticio” pues se presenta el problema como una guerra, no como una subversión organizada contra un orden constitucional y democrático. Y paz, condicionada al cumplimiento de las exigencias de los terroristas, es decir liberación de los supuestos “presos políticos” y soberanía territorial de los territorios “ocupados”. Dicho de otra manera, incorporación de la baja Aquitania y Navarra a la gran Euskal Herria como nación emergente.

Los representantes de parte, que no equidistantes, han cumplido su papel de forma perruna, bien pagados y nutridos, aprovechándose como piojos sarnosos de la defección ajena.

Aquí, en esta representación tragicómica, cada uno de ellos ha desarrollado, de forma previsible, sin sorpresas, lo que se suponía de ellos. ¿Quién podía, ingenuamente, esperar otro resultado a estas alturas? Son intérpretes conocidos. No podemos pedir que un conjunto de Rock represente una sinfonía de Beethoven. Cada cuestión tiene su espacio y su tiempo. Lo dramático es que un partido constitucional, que gestiona el Gobierno de la Nación, y que articula, junto al principal partido de la oposición, el juego político democrático de España, se preste a este juego. Y es entonces cuando surge la pregunta: ¿por qué lo hace? ¿Por lograr la paz, para conseguir una declaración de ETA a la que aferrarse como a hierro al rojo para lograr una baza electoral? No lo puedo creer. No puede ser que sean tan torpes, tan groseros, tan burdos. Si fuera así, España estaría muy mal. ¿O acaso es así y por eso estamos como estamos?

Si, señores, esto es simplemente alta traición, y que conste que no es la única que se ha producido hasta el presente.


Reitero lo que dice el Código Penal: “El español que, con el propósito de favorecer a una potencia extranjera, asociación u organización internacional, se procure, falsee, inutilice o revele información clasificada como reservada o secreta, susceptible de perjudicar la seguridad nacional o la defensa nacional, será castigado, como traidor, con la pena de prisión de seis a doce años”. (El subrayado es mío)

Que cada cual saque sus consecuencias.

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=6264

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