Ladron de Guevara, Contra la impunidad, coraje y dignidad

miercoles 5 de octubre de 2011

Contra la impunidad, coraje y dignidad

Ernesto Ladrón de Guevara

V ÍCTOR KEMPLERER, catedrático alemán judío, filólogo, periodista, escritor y un largo etc, fue perseguido por el régimen nazi y deportado. Escribió un extenso diario con sus experiencias y se dedicó a analizar con lupa de entomólogo el funcionamiento de aquel régimen y el fenómeno por el que el pueblo alemán, del que él formaba parte, apoyó las barbaridades del nazismo. Decía “El lenguaje no solo crea y piensa por mí, sino que guía mis emociones, dirige mi personalidad psíquica, tanto más cuanto mayores son la naturalid y la inconsciencia con que me entrego a él. […] Las palabras pueden actuar como dosis ínfimas de arsénico: uno las traga sin darse cuenta, parecen no surtir efecto alguno, y al cabo de un tiempo se produce el efecto tóxico. Si alguien dice una y otra vez ‘fanático’ en vez de ‘heroico’ y ‘virtuoso’, creerá finalmente que, en efecto, un fanático es un héroe virtuoso y que sin fanatismo no se puede ser héroe”. (La lengua del Tercer Reich)

George Mosse, otro judío que analizó el régimen nazi, historiador, decía “La nueva política intentó que el pueblo participara activamente en la mística nacional a través de ritos y fiestas, mitos y símbolos que dieran expresión concreta a la voluntad general. L caótica multitud que constituía el ‘pueblo’ se convirtió en un movimiento de masas que compartía la creencia en la unidad popular a través de una mística nacional. La nueva política proporcionó una materialización de la voluntad general; transformó la acción política en un drama supuestamente compartido por el propio pueblo” (La nacionalización de las masas)

Estos dos libros nos dan las pistas de algo que ha ocurrido en Europa en diferentes situaciones convulsas, incluso con derramamiento de sangre, en épocas lamentablemente más recientes de lo que creemos y muchos ignoran. No obstante, eso no es pasado, es presente. Lo que está ocurriendo de forma unas veces subliminal, implícita, más o menos sutil a veces –como en los fenómenos de la violencia de ETA- de forma cruel y explícita es demasiado actual como para ignorarlo. Lamentablemente, en lo que llamamos democracia, que no lo es en sentido semántico. Durante más de treinta años hemos estado conviviendo con estas situaciones como si formaran parte del paisaje y aquí las libertades fueran un hecho real. Cataluña y País Vasco hoy son dos ámbitos territoriales donde se pueden aplicar de forma rigurosa, y casi diría yo mimética, las palabras de Kemplerer y Mosse.

Hace una semana recibí una invitación de la Fundación Libertad del País Vasco, una institución financiada por los poderes públicos, que surgió a modo de “deglución” programada de otras plataformas que pululaban causando una preocupación a los partidos políticos que tienen a controlarlo todo (Plataforma Libertad, con AVT, COVITE, FORO EL SALVADOR, FORO ERMUA Y ASOCIACIÓN POR LA TOLERANCIA DE CATALUÑA), allá por los años 2001 y 2001. En el acto programado se iba a proyectar una película con posterior coloquio con tres víctimas protagonistas entre otras, del documental. El título del trailer era “Mujeres en construcción”. Este documento con el testimonio de las víctimas narra las vivencias, sentimientos, recuerdos y emociones de mujeres privadas de familiares fallecidos por actos terroristas. Al final de la película se descubre la identidad de las protagonistas y de sus familiares asesinados. Hasta aquí, bien.

Pero lo que viene a cuento de las citas de Mosse y Klemperer era el contexto del acto. Paso a la descripción.

Local de aforo escaso, en edificio histórico del casco medieval vitoriano. En la entrada, como queriendo hacerse ver y saludando a los que llegábamos, un parlamentario vasco socialista, acompañado de otro más. Uno de ellos, según me han informado, participa habitualmente en las cárceles vascas en un programa, no se sabe de qué institución, donde se pone en contacto a etarras que cumplen sus penas con víctimas del terrorismo que se prestan a ello.

Empieza el acto, y el anfitrión, representante de una conocida asociación pacifista vasca, empieza más o menos así: “Sabemos que las fuerzas de seguridad del Estado han hecho cosas malas… también lo han hecho los terroristas de ETA. Tenemos una película que vamos a ver y después comentaremos. En ella participan víctimas. No vamos a comentar más y pasamos a verla” Mi mujer y yo, oído lo que oímos nos quedamos perplejos. Pensábamos que íbamos a un acto que era para condenar exclusivamente al terrorismo de ETA, que es el verdadero terrorismo, puesto que el GAL u otros sucesos despreciables cometidos en la época del socialismo, fueron delitos organizados desde las cloacas de Interior en el Gobierno de Felipe Gonzáles, pero que, ni por su dimensión, ni por sus circunstancias pueden ser comparadas con el terrorismo de ETA, ni cualitativa ni cuantitativamente.

Al llegar al coloquio, el ambiente que prevalecía en el acto era el de la búsqueda de la concordia, el perdón y poco más o menos el de dar la mano a los etarras. En definitiva reinsertar a los presos de ETA que rechazaran la violencia, aunque no pidieran perdón por los gravísimos daños cometidos.

Saqué la conclusión de que se abre un nuevo periodo en el que con la manipulación de las palabras, con una nueva semántica, con mensajes subliminales, nos tratan de modificar la cognición de los hechos, y prepararnos para renunciar a la justicia, al cumplimiento de las penas y el resarcimiento del mal causado.

Están creando un estado de adormecimiento para prepararnos para una segunda amnistía, y ya serán dos. Y como uno cree que no hay dos sin tres, prepárense para un nuevo periodo de extorsión con el fin de perpetuar el dominio totalitario del abertzalismo, es decir del fascismo del siglo XXI, eso sí, con criminales que no muestran ninguna contrición ni actitud de compensar a las víctimas en la calle..


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