martes 6 de julio de 2010
Hacia el abismo en caída libre
Ernesto Ladrón de Guevara
ASOMBROSA paradoja a modo de metáfora la de hoy. Huelga general de sindicatos nacionalistas y de CC.OO y paralización de los servicios esenciales por los piquetes “informativos”, caída de la bolsa en una nueva edición de precipitación al vacío, cierre de grifo del Banco Central Europeo con protesta de la banca que ve peligrar la liquidez; y como telón de fondo, para que nada falte al escenario, el golpe de Estado de los partidos catalanistas-nacionalistas hacia la independencia. Responsable de todo ello, este presidente pasmado que algunos no merecemos, que ha provocado un tsunami que nos arrastra indefectiblemente al desastre. Es decir, la historia se repite.
No voy a comentar la sentencia del Tribunal Constitucional, que me parece un parche que no trae otra cosa que más problemas a una situación que ya era insostenible antes de la misma, y que no resuelve nada. Nadie esperaba que esta sentencia sirviera para nada, pues estaba claro que se trataba de una componenda para salir como se pudiera de una situación podrida, tras más de cuarenta leyes derivadas de un Estatuto que –no lo olvidemos- tuvo una clamorosa ausencia de los catalanes en su referéndum (la mitad de ellos) y que, de los que votaron, un 25 % lo hizo en contra. Es decir obtuvo el respaldo efectivo, en definitiva, de no más del 35 % de la sociedad catalana, lo que le priva de la necesaria legitimidad democrática. Resulta insultante que se haya tardado cuatro años para decir algo tan insustancial, tan etéreo, tan escaso de contenido concreto como lo resuelto en una sentencia que deja en el limbo la mayor parte de los elementos de ruptura institucional, política y jurídica que contiene el actual Estatuto de Autonomía catalana. Pues, tal como lo proclama el propio presidente socialista de la Generalitat es un mero paso para la independencia. Ya que ni tan siquiera tienen un mínimo de contención y prudencia a la hora de expresar sus intenciones sediciosas, y se quedan tan anchos, y lo que es más grave, tan impunes.
No voy a ser yo quien defienda, hoy por hoy, la actual Constitución, que fue una chapuza cuyas consecuencias estamos recogiendo ahora. Tampoco voy a defender el orden institucional vigente, un verdadero fiasco que nos está llevando al desastre. Pero no voy a entrar en el juego, tan deseado por los nacionalistas, para conseguir sus fines, de intentar la subversión, como hacen ellos. Lo que tenemos es lo que merecemos por irresponsables. Pero hoy por hoy, la gente cívica debemos mostrar mesura y prudencia. De lo otro ya se encargan ellos.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5747
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