lunes 12 de julio de 2010
La policía del pensamiento cabalga desbocada
Eduardo Arroyo (Elsemanaldigital.com)
A CABA de llegarme la noticia de que el último número de la revista "Play Boy", en su edición portuguesa, muestra a Jesucristo en un burdel. ¿Eso no ofende a un colectivo?
Por su parte, el diario El Mundo ha "informado" a sus lectores acerca del tratamiento "polémico" de la publicación y su "periodista" –anónimo- explica en tono irónico que Play Boy ha optado por mostrar el lado canalla del líder cristiano". Además, cierra la noticia diciendo que "habrá quienes estén deseando hacerse con el último número, pues los 28.000 dólares que se pagaron por el sándwich con la imagen de la Virgen María demuestran que los ´protagonistas´ de la Biblia cotizan muy alto". El número de la revista Play Boy portuguesa intenta homenajear al "escritor" José Saramago y a su "libro" titulado El Evangelio según Jesucristo.
Advierta el lector la profusión de comillas en estas líneas introductorias. Y es que considero que todas estas cosas son solo mera apariencia: el diario El Mundo no ha informado de nada. Solo explica que existe la mierda y te pone una foto para que la veas en tu casa. Lejos de esa estupidez de que "el público tiene derecho a saber", nadie ha pedido que un detritus encuadernado –que no "periódico" o "revista"- me explique las taras mentales de un tratante de basura y por eso tampoco creo que "el público tenga derecho" a saber nada. Amparándose en la "libertad de expresión", Play Boy intoxica a millones y ofende a más millones aún de gente sencilla, mientras que el escribiente –"periodista" le dicen- se ampara en que una amplia mayoría –porque eso de ser mayoría no sirve de mucho si no coincide con los criterios de la ideología dominante- no puede defenderse, para ironizar sobre "el lado canalla del líder cristiano".
Por desgracia para todos ellos, hay muchos que , como yo, creemos que es imprescindible no leer el periódico y que sentimos un hondo desprecio por la mayoría de los "periodistas" al uso. Tampoco creemos que los libros de Saramago sirvan más que de monumento a la extraordinaria estafa moral de alguien que se escudó en las tropelías del capitalismo para reivindicar el genocidio comunista, intentando rehabilitar una falseada preeminencia moral de la ideología más criminal de todos los tiempos. Así, en lo que a mi respecta, Saramago, El Mundo, Play Boy –el portugués o el polaco- se igualan en un totum revolutum indiferenciado que explica muy bien la altura a la que rayan los tiempos. Pero lo que más me sorprenden es que decididamente proliferan las prohibiciones de los que luchan por "la libertad" y así, el Grupo Intereconomía –que en mi opinión ha cometido honradamente la estupidez de declararse de "derechas"- ha sido multado por un spot supuestamente hiriente con el colectivo homosexual. Para nuestro ministro de industria –aquél que hizo el ridículo en las elecciones al Ayuntamiento de Madrid- "ni este Gobierno ni ningún otro está censurando a nadie ni mucho menos cercenando la libertad de expresión".
La frase de Sebastián es sólo un ejemplo más de ese intento de machacarte y encima ir de víctima y rebela cómo el manejo de la historia de acuerdo con un ideario fabricado a conveniencia permite utilizar la coerción del Estado contra el otro en nombre de la "libertad" o incluso –si llega el caso- organizar un sistema de campos de concentración en Siberia en nombre de la "emancipación" humana. Y es que el cinismo de Miguel Sebastián –o del denominado COGAM, que pide el cierre de la cadena- no es sino un ejemplo más de cómo medra la ideología dominante. El spot de Intereconomía hablaba de "364 días de orgullo de gente normal y corriente", una frase considerada por una "ciudadana andaluza" como "ejemplo clarísimo de intolerancia y homofobia por presentar a los homosexuales como personas que no son normales y corrientes". Pero las burlas gays contra religiosos nunca han sido proporcionalmente reprendidas pese a que la gente religiosa es un "colectivo" sin duda mayoritario. Es decir, que si eres homosexual y piensas que los que no lo son resultan, cuando menos, sospechosos de "fanatismo" e "intolerancia", entonces te respalda el imaginario del pensamiento "PC"; si por el contrario no eres homosexual y atisbas un ápice de duda sobre la tesis oficial –es decir, que la homosexualidad es tan normal como ir al cine- entonces procede contra ti… el Ministerio de Industria.
Este esquema es el mismo, en líneas generales, que sostiene las ideas de los grandes fanáticos de hoy. Philip Pullman, el ateo beligerante autor de La brújula dorada explicaba allá por el año 2002 a su entrevistador Huw Spanner, que le preguntaba por los genocidios de los regímenes ateos, que "sí, pero funcionaban exactamente igual [que una religión]. Tenían un libro sagrado que explicaba la historia de un modo tan trascendental que cualquier otra explicación resultaba incuestionable. Había grandes profetas –Marx, Engels, Lenin, Stalin, Mao Tse-Tung- tan por encima de la raza humana que podían muy bien ser exaltados como dioses. Eran tratados igual que el Papa. Cada palabra que decían, cada cosa que tocaban, era sagrada; sus cuerpos debían ser preservados y debían ser contemplados al pasar con silencio. El hecho de que proclamasen que no hay Dios no les hace diferentes: era una religión y actuaban de la manera en que lo haría un sistema religioso totalitario". En otras palabras, la culpa siempre es de otro y si lo que yo sostengo conduce a resultados nefastos, se debe a una interpretación errónea. De semejante estafa moral ha vivido la izquierda reciclada en todo el mundo, de manera que tras perpetrar los peores crímenes, se salvaba la idea personalizando los resultados. No era culpa del marxismo sino, del "estalinismo" o de un cierto "dictador" cubano o coreano.
El problema es que mientras que la condena a unos se basa en suposiciones, otros quedan eximidos pese a ostentar el peor de los curricula. A la respuesta anterior de Pullman, Spanner repregunta diciendo: "Bueno, quizás. Pero usted insiste en que el problema con el monoteísmo es que conduce a la gente a comportarse de modo opresivo. A partir de la evidencia del último siglo, puede decirse que el ateísmo, también conduce a la gente a comportarse de ese modo. Y no ha habido autoridad cristiana que haya matado alguna vez las decenas de millones que mató Stalin". Pullman, ni corto ni perezoso, responde: "No, ¡pero dádles una oportunidad! Si la tuvieran…". La falta de evidencias se llena con la suposición teórica, prescindiendo así de los datos que no interesan.
Por desgracia el caso de Pullman no es único. El pasado 3 de marzo, Benjamin D. Wiker ha permitido que el escritor conservador americano Dinesh D´Souza corrigiera al enajenado Richard Dawkins y le explicara un poco de historia. Dawkins sostenía que el genocidio comunista no tuvo lugar en nombre del ateísmo y D´Souza le explica que la criminal persecución religiosa no fue algo casual sino una consecuencia directa del ateísmo profesado por los ideólogos y líderes marxistas.
Sebastián, Saramago, Pullman, Dawkins o el COGAM, además de un largo etcétera, no son sino evidencias palpables del modo en que funciona la ideología dominante. Uno acusa a otro y lo demuestra con su prensa y sus medios; después, legalmente te exterminan si pueden. Y al candor de esa propaganda medran todos ellos. De ahí la importancia de las "memorias históricas" manipuladas y de las invenciones sostenidas a todo trance.
Tampoco es nada casual, por ejemplo, las conclusiones maquilladas a las que se llega en el informe oficial Europol sobre el terrorismo en la UE, conocido como TE-SAT (EU Terrorism and Trend Report 2009), que puede descargarse en la red. El informe cuantifica el origen de todos los "ataques" exitosos, fracasados y frustrados durante 2009 en la UE, así como su filiación política. Sorprendentemente, hubo 0 atentados islamistas, 397 separatistas, 28 izquierdistas y anarquistas y 0 por extremistas de derechas. De los 397 separatistas, 293 han tenido lugar en España, con lo que podemos suponer que esos 293 podrían agruparse tanto con los "separatistas" como con los "izquierdistas".
Algo así puede verse en los tres informes que he consultado (2007, 2008 y 2009), donde es fácil concluir que el principal origen de la violencia política es la izquierda y los anarquistas, pese a que las leyes contra la violencia política son siempre e invariablemente contra la extrema derecha en todos los países de la unión. Sin que cause sonrojo, el informe de Europol de 2009 dice en su página 12 que "en línea con sus legislaciones nacionales, un número de estados miembros informaron de las actividades de los grupos izquierdistas y anarquistas como de extremismo y no terrorismo".
http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp
lunes, julio 12, 2010
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