Basta de embustes
08:09 (30-07-2010)
En la misma semana en que ETA está robando coches y troqueladoras para volver a atentar, el Gobierno continúa en su política de excarcelaciones, acercamientos de presos y ventajas penitenciarias a los asesinos.
En un momento en que desde Interior se reconoce que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad están “en guardia” ante la previsión de una nueva campaña de terrorismo etarra, Rubalcaba y Zapatero siguen con su “política de gestos” hacia la banda. Ciertamente, no es una línea nueva: hace meses fue excarcelado un interlocutor necesario para toda negociación, Rafael Díez Usabiaga. Hace apenas unos días, la opinión pública también comprobó con horror cómo media docena larga de terroristas históricos y sangrientos recibían asimismo una drástica atenuación de su régimen carcelario. Y ayer mismo, los veintitrés asesinatos de Idoia López Riaño no fueron óbice para que la criminal etarra se viera beneficiada con su traslado a Nanclares, con el extraordinario agravante de que Gallizo, la responsable de Instituciones Penitenciarias, ocultó esta información en una reunión habida esta misma semana con Ángeles Pedraza, presidenta de la AVT. Por primera vez, un Gobierno de España está sirviéndose del tenor literal de la legalidad para cometer una de las inmoralidades más clamorosas que se han visto en los últimos decenios: si la sociedad española ha exigido el cumplimiento íntegro de penas, el Gobierno lo que hace es reducirlas, para reenganchar con una negociación tan lesiva en sus fines de electoralismo socialista y concesiones al independentismo, como oculta a la oposición y a los españoles en general.
Las maniobras del Gobierno no terminan ahí. Y es singularmente grave el acoso sistemático y el silenciamiento a que Rubalcaba está sometiendo a las víctimas del terrorismo, precisamente las voces de mayor autoridad moral a la hora de trazar una política antiterrorista. Ya hay víctimas destacadas –la vicepresidenta de la AVT, por ejemplo– que se han visto obligadas a abandonar su puesto ante las imposiciones. El único rayo de esperanza en esta situación lo ha aportado el líder del PP vasco, Antonio Basagoiti, que ha reclamado un marcaje al Gobierno para que deje de presionar a las víctimas y explique sus intentos de negociación. El mensaje de Basagoiti, por increíble que parezca, también tiene destinatarios en las propias filas del PP, partido en el que algunos destacados integrantes han ido más allá de la lealtad debida al Pacto Antiterrorista para seguir al Gobierno también cuando lo pervierte y –entre otras cosas- no informa a la oposición de sus manejos. Si el Gobierno que negoció y sigue intentando negociar con ETA no está en condiciones de pedir ningún acto de fe a las víctimas, el PP no debe olvidar que su norte fundamental en política antiterrorista han sido, precisamente, las víctimas. Por suerte, da la impresión de que Rajoy y Cospedal se han decidido a mantenerse en la línea de pedir luz y taquígrafos al Gobierno.
En la condición tan penosa de esta situación, llama asimismo la atención la visita de Patxi López a John Etchemendy, número dos de la universidad de Stanford y firmante de esa Declaración de Bruselas que apoya los fines del terrorismo etarra, se muestra comprensiva con sus medios y ha buscado hacer un lavado de cara internacional a ETA y su brazo político. Es, de nuevo, otro gesto en esta política de acercamiento y contemporización con el entorno etarra, efectuada por unos socialistas que quieren ganar las elecciones por traer la paz y las perderán por no haber hecho Justicia.
http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/opinion/basta-embustes
viernes, julio 30, 2010
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