miércoles, julio 14, 2010

El día D de Rajoy, el perfil centrista y el ‘totus Tous’ de Bono

miercoles 14 de julio de 2010

El día D de Rajoy, el perfil centrista y el ‘totus Tous’ de Bono

Antonio Martín Beaumont (Elsemanaldigital.com)

D ESDE las filas del PP se recalca estos días que esta vez la tribuna del Congreso le servirá a su presidente para dejar KO al jefe del Ejecutivo. El optimismo reina entre los mandamases populares. Según todos los sondeos, Mariano Rajoy se enfrenta a un José Luis Rodríguez Zapatero al que se le han terminado las líneas rojas infranqueables. El inquilino de La Moncloa está desprestigiado ante una gran parte de la opinión pública y son pocos los que todavía confían en su capacidad para encauzar un proyecto que parece agotado. Dicen en Génova que Rajoy se viene preparando a conciencia ante el incierto futuro del país y que además tiene ganas de sacarle los colores a Zapatero.

Así las cosas, el líder del PP tiene ante sí una buena oportunidad de agujerear al presidente del Gobierno en la última mitad de su mandato sobre no pocos asuntos por donde hace aguas --empezando por la economía y pasando por la deriva territorial de España-- para afianzarse como alternativa de la oposición.

Y este es uno de los problemas que deberá estar calibrando oportunamente Rajoy. Porque el debate de política general, concebido por Felipe González en 1982, instauró un formato parlamentario, precisamente, para que un líder como el entonces, Manuel Fraga, se quedase con los pies bien hundido en el barrizal de la oposición por siempre jamás.

Sin embargo, hoy millones de españoles quieren ilusionarse con Rajoy, desean oírle pegado al suelo, con capacidad para remontar el vuelo de los interrogantes de España. Porque eso es lo que importa, el futuro, es decir, la capacidad de asegurar una luz al final del túnel.

Por eso que don Mariano no puede hacer este miércoles un debate para convencer a los ya convencidos sino para quienes buscan alguna señal de que merece la pena votar al PP. Y además, todo esto sobreponiéndose a un reglamento del Congreso hostil para la oposición.

El PP ya conforma una enorme marea sociológica (derecha, centro e, incluso, gente sin ideología) pero también debe atraer a aquellos que se refugiaron en el PSOE por huir del "nasty party", el partido antipático de las dos últimas Legislaturas. La gente de Rajoy sigue empeñándose en ofrecer a los españoles sólo "sangre, sudor y lágrimas", en un ejercicio de responsabilidad inaudito cuando estás en la oposición. Seguramente, la ciudadanía, desea eficacia y responsabilidad. Claro. Aunque, como tantas veces se ha visto, eso por sí solo no basta. Por eso no sería malo que el PP añadiese a sus recetas un poquito de ilusión.

Al final, la gente no vota por lo que han hecho los políticos, sino por lo que esperan que hagan.

Tarjeta de presentación

Una buena pista sobre las intenciones futuras de Mariano Rajoy ha sido su cita la pasada semana con el presidente del PNV, Iñigo Urkullu. El encuentro debía servir para escenificar la centralidad política de Rajoy. Desde esa posición, el PP muestra su capacidad para hablar con cualquiera. El acercamiento con los nacionalistas vascos no se ha hecho en dos días, ya que han sido doce años de ausencia de relaciones. El líder del PP estaba deseoso de explotar su perfil centrista y el del PNV su vocación institucional. Se juntaron el hambre con las ganas de comer. La foto de Rajoy y Urkullu tuvo un valor por sí misma. Además, en el Congreso. Lugar donde populares y peneuvistas han unido sus votos para provocar dolores de cabeza a los socialistas.

El equipo de Mariano Rajoy está ansioso por repetir la experiencia de la reunión pública con Artur Mas, aunque para ello deberá esperar a la celebración de las elecciones autonómicas en Cataluña. En todo caso, el presidente del PP cree que, una vez pase la cita con las urnas en otoño, el camino será más fácil. Aunque las conversaciones discretas y los almuerzos de la portavoz del Grupo Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, con su homólogo de CiU, Josep Antoni Durán i Lleida, están al cabo de la calle.

Misterioso encuentro

Todo lo que rodea al presidente del Congreso debe ponerse en cuarentena. Más aún con ciertas citas que, oportunamente, son soslayadas en su agenda oficial, pese a utilizar su despacho en la Carrera de San Jerónimo para mantenerlas. Ocurrió por ejemplo la semana pasada. José Bono recibió a Salvador Tous, dueño del imperio que tiene a un osito como imagen de marca. La gallina de los huevos de oro de la que Ana Rodríguez, esposa de Bono, es socia. Así pues, la tercera autoridad del Estado recibió al señor Tous en la Cámara Baja. Digámoslo de otro modo. La confusión entre lo público y lo privado del que hace gala José Bono es escandaloso. Suma y sigue.

http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp

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