viernes 23 de julio de 2010
Aniversario
Las proclividades de Zapatero
Agapito Maestre
Ese mismo historiador levantará acta de las acciones reiteradas de Zapatero para hacer del Estado-nación, de España, una burocracia de 17 pequeños estados a las órdenes de una casta política sin otro oficio que vivir de los impuestos de los contribuyentes
Diez años cumple en el poder Zapatero. Por pura casualidad, dicen los pesimistas, hace diez años que fue elegido secretario general del PSOE. Tres de ellos fueron consumidos para llegar al Gobierno de España, aunque algunos consideran que no llegó por sus méritos sino también por casualidad, y los otros casi siete años restantes fueron utilizados para desgobernarla. Zapatero ha desgobernado España con el único objetivo de mantenerse en el poder. El desgobierno de Zapatero es, sin duda alguna, vital, coherente y está proyectado hacia el futuro, por decirlo en los términos del ideólogo José Blanco. Desgobierno fue no querer investigar el 11-M, ese nuevo golpe de Estado postmoderno; y, por supuesto, desgobierno fue negociar políticamente con ETA su manera de integrarla en un régimen socialista; y desgobierno fue aprobar un Estatuto de Cataluña contra el resto de la nación española.
En ese tiempo, que ahora celebran los socialistas, los fracasos de los españoles son más numerosos que los éxitos. Los fracasos del PP, desde luego, han sido sonados; no creo que Rajoy olvide fácilmente las veces que ha sido derrotado por Zapatero. Aunque sólo fuera por eso, estoy convencido de que un futuro historiador del socialismo español nunca dirá que Zapatero fue una anécdota en la historias del PSOE y de España. Nuestro futuro historiador recogerá el legado de los mejores cronistas de estos últimos años para sintetizar: la socialdemocracia en la época de Zapatero sólo fue una palabra para alimentar la vieja retórica de la etapa de González.
Para ese historiador del futuro la conclusión de estos diez años es obvia: la socialdemocracia desapareció y en su lugar volvió a reinstalarse el socialismo excluyente, o sea, cualquier acción es buena para el PSOE, excepto "pactar", consensuar y transigir con el otro "gran" partido de la nación para hacer posible una España de ciudadanos libres e iguales ante la ley. Con Zapatero, por lo tanto, España jamás será viable. Es un imposible. Zapatero excluye, jamás pacta sobre lo decisivo: la nación española.
Ese mismo historiador levantará acta de las acciones reiteradas de Zapatero para hacer del Estado-nación, de España, una burocracia de 17 pequeños estados a las órdenes de una casta política sin otro oficio que vivir de los impuestos de los contribuyentes. Zapatero ha pasado a la historia de este país por haber acelerado ese proceso de descomposición de España contenido en el Título VIII de la Constitución.
No es, reitero, una anécdota Zapatero en la historia reciente de España. Su persistencia por fracturar la unidad de la nación no es normal. La proclividad de Zapatero, es decir, su tendencia al mal será estudiada en las escuelas políticas sobre el futuro de la democracia. Pero, por si alguien todavía sigue pensando que Zapatero es sólo nota a pie de página de la historia reciente de España, le aconsejaría que repasase la bibliografía sobre el personaje. Entre esa abultada bibliografía, que va desde el canto melifluo del líder carismático hasta las críticas más aceradas al hombre que llegó al poder por puro azar, pasando por trabajos que tratan de contar de modo objetivo las fracturas en la sociedad española generadas por Zapatero, destacan más que los tonos críticos hacia el personaje, más que las críticas agrias hacia unas políticas que bordean siempre la normalidad política, los lados más oscuros y tenebrosos de un político nunca dispuesto a utilizar la principal regla de la democracia: la publicidad.
Yo, que tengo propensión a los libros sobre Zapatero –por cierto, propensión nada tiene que ver con proclividad–, reconozco que hay algo en el personaje que va más allá de lo normal. Después de haber leído casi veinte libros sobre su acción política, tengo que reconocer que este individuo ha hecho de la "democracia" algo morboso. Ese morbo, quizá enfermedad, ha sido transmitido a millones de personas. La proclividad de Zapatero, es decir, la tendencia al mal de este hombre ha hecho que Zapatero extienda un virus a la sociedad española: democracia es lo que dice la mayoría. Falso. Democracia es el respeto a la minoría; más aún, sin respetar el derecho de los individuos a enfrentarse al poder no hay democracia. Zapatero, sin embargo, ha hecho creer que sin él, y sin el acompañamiento del PSOE, es imposible la democracia. He ahí la principal maldad de Zapatero para el futuro de España.
http://www.libertaddigital.com/opinion/agapito-maestre/las-proclividades-de-zapatero-55659/
viernes, julio 23, 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario