domingo, octubre 16, 2011

Pio Moa, España es Gibraltar / Retrato de antifranquista / Estupidez indignada

España es Gibraltar / Retrato de antifranquista / Estupidez indignada

16 de Octubre de 2011

Pío Moa

España es Gibraltar, que no Gibraltar España. Un inglés que viaje por nuestro país solo puede sentir orgullo ante la multitud de jovenzuelos y no tan jovenzuelos ataviados con prendas ornadas con frases, por lo común idiotas, en inglés; ante los anuncios callejeros e incluso grafiti en inglés, nombres de establecimientos españoles en inglés. En muchas zonas turísticas encontrará en colonias donde el español no existe y los anuncios de compra-venta, etc., se expresan en inglés. Si escucha la radio o la televisión comprobará el apabullante dominio de la música anglosajona (y malas imitaciones españolas), o, en cualquier programa, canciones de fondo o de terminación en inglés, u oirá a alguien quejarse de que hay aún demasiada gente que no habla algo de inglés en España, y, claro, es un atraso. Observará los colegios públicos “bilingües” con la bandera de Gibraltar al lado de la española, un modo subterráneo de cooficializar ambos idiomas en nuestro país; y si pregunta, verá que la gente está encantada con el cuento del bilingüismo (quieren para sus hijos “un futuro mejor”), y se dará cuenta, además, de que el status de su idioma en España es aceptado como superior (el idioma de la ciencia, de la economía y los negocios, de la canción, del pensamiento, del ejército, de la moda…) al modo de Gibraltar, y ello tanto entre los intelectuales, empresarios, políticos y periodistas como entre los macarras, con el resto de la población por medio (bueno, algunos protestan, cuatro gatos a quienes nadie hace caso). Verá cómo las gentes gastan grandes sumas de dinero y tiempo en aprender un idioma que no les servirá prácticamente para nada, pero al que reverencian; cómo los políticos se derriten con “la nena angloparlante” y similares; cómo en todas partes son desechadas palabras españolas para sustituirlas por inglesas (en los negocios, de modo destacado). Si profundiza un poco más, notará que la gran mayoría de los españoles, anglómanos o simples papanatas inconscientes, desprecia cuanto ignora su propia historia y cultura. Se dará cuenta de que Gibraltar ha marcado el modelo para la sociedad española. Todos quieren ser llanitos.



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Retrato de antifranquista.



Julito se desenvolvió muy bien bajo la terrible dictadura franquista. La inmensa mayoría de la gente prosperó por entonces en todo los sentidos (económico, educativo, duración media de vida, sanitario, etc.), sin preocuparse mucho de política, ya que las cosas le iban bien sin ella y, como señalaba Julián Marías, no echaba de menos los partidos y ciertas libertades. Pero a diferencia de la inmensa mayoría, Julito no solo prosperaba, sino que gozaba de mil privilegios, porque venía de familia muy incardinada en el régimen. Podía gastar mucho más que la mayoría, viajar mucho más que la mayoría y hacer algo de política dentro del franquismo. En algún momento llegó a la conclusión de que debía prever un porvenir sin Franco, o bien se le torció algún negocio, y comenzó a sentirse cosmopolita (anglómano, concretamente), a mirar al régimen por encima del hombro y, pronto, a criticarlo como una dictadura abominable repleta de vicios, corrupción y ominosas miserias. Después de todo ¿acaso no se había impuesto a sangre y fuego destruyendo la libertad y la democracia? ¿No había sido apestado durante muchos años por “la comunidad internacional”, desde Stalin a Truman o al PRI mejicano? ¿No le habían ayudado Hitler y Mussolini? ¿No había privado a los españoles de las más elementales libertades, reduciéndolos a una esclavitud no por disimulada menos degradante? ¿No había colaborado con Hitler persiguiendo a los judíos? Julito se indignaba. ¡Qué pueblo, capaz de tolerar tales cosas, cómo había corrompido a la población un régimen abyecto! ¡Un pueblo tan amante de las libertades como había demostrado en la República! Y lo que más le fastidiaba era la mediocridad. Julito no toleraba la mediocridad, sencillamente. Él conocía bien otros países, en especial Inglaterra y sabía que allí las cosas eran muy distintas. Con todo, aun consciente de tanta ignominia, tiranía y mediocridad, Julito se abstenía de cualquier resolución, no ya heroica sino simplemente práctica. Se contentaba con poner verde al dictador en su círculo de amistades españolas y sobre todo extranjeras. Y, de paso, seguía beneficiándose del régimen, directamente por su familia y contactos, indirectamente por la prosperidad general creciente. Julito no obraba así por cálculo –él siempre fue un idealista— sino porque un oscuro cuanto certero instinto le indicaba que a cualquier persona de su posición, sensatez y amor a la libertad, le bastaba con lo que él hacía.Ya otros se ocupaban de luchar contra el régimen sanguinario, mediocre y oscurantista: los comunistas y la ETA jugaban ahí un buen papel, y sus esfuerzos, aunque a veces discutibles (a Julito no le gustaba nada que fuese discutible) redundarían finalmente en bien de todos, y muy especialmente de las personas sensatas, inteligentes y prácticas como él, que sabrían desenvolverse en cualquier circunstancia. Había pensado incluso en exiliarse un poquito para adquirir caché antifranquista, un exilio tranquilo y acomodado, una inversión a plazo medio. Al final, la idea le pareció un sacrificio inútil, ya que le privaba de entrar y salir del país a voluntad, como todo el mundo, y quizá le estropease algún negocio en España. Y después de todo, el régimen no podía ser eterno, Franco tenía que morirse algún día, había que mirar al futuro y, en definitiva, no convenía la oposición a una posición tan buena como la suya. Además, qué coño, había muchas formas de hacer oposición, y ya llegaría el momento de hacer valer sus corrosivas críticas entre amigos contra aquel régimen insufrible para cualquier persona con dignidad. Entonces empezaría la buena vida para él, que, según como se mire el asunto, nunca la había tenido mala.



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****Manifestación ilegal de “indignados”. Y este es el gran problema: el gobierno es el principal delincuente de España. ¿Qué autoridad moral tiene para imponer la ley?



**¿Por qué los indignados no se indignan de su propia estupidez? Obsérvese también: en algunos países enarbolan las banderas nacionales. En España, odian esa bandera, los muy cretinos.



****Entrev. La transición de cristal: http://www.youtube.com/watch?v=S5F-sK0YF_k



Basagoiti, a los que van a la falsa conferencia de paz: "No tienen ni idea" Al contrario, tienen mucha más idea que el vacuo y vano Basagoiti.

http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/espana-es-gibraltar-retrato-de-antifranquista-estupidez-indignada-10489/

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