viernes, octubre 07, 2011

Manuel Molares do Val, Desigualdad sexual

viernes 7 de octubre de 2011

Desigualdad sexual

Reciclando viejas promesas de Zapatero, pero adornadas con lazo nuevo, Alfredo Pérez Rubalcaba afirma que si gana las elecciones obligará a que las empresas tengan tantas mujeres como hombres en los puestos directivos.

No promete, sin embargo, colocar también a la mujer en trabajos de menor categoría, más duros, peligrosos o penosos, lo que establecería la auténtica paridad entre sexos.

El cronista no emplea el término ideológico de “género”, creado precisamente para evitar el biológico de “sexo”, porque muchos trabajos dependen de la condición física del hombre o la mujer.

En lugar de pescantinas en tierra imaginemos marineras en los bacaladeros del Mar del Norte o en los pesqueros del Grande Sole, una labor tan penosa que difícilmente lo soporta un hombre sumamente robusto; y aunque haya mujeres fortísimas son proporcionalmente tan pocas que el 99,9 por ciento de esa marinería siempre es masculina.

En todo caso, e impuesta por cuota “igualitaria”, la mujer sería la capitana, bien segura en el mucho menos esforzado puente de mando, y, sobre todo, muy bien pagada.

Ahora se da el caso de que por leyes así, las mujeres jóvenes en el Reino Unido ganan ya más que los hombres: ellas son las directivas, y ellos deben conformarse con ser subalternos.

Una carta irónica a un medio informativo denunciaba hace un par de días: “Machismo en las alcantarillas: el cien por ciento de los poceros que limpian nuestras alcantarillas son hombres".

"Machismo en las carreteras: el cien por ciento de los peones que trabajan construyendo autopistas son hombres".

“Machismo en accidentes laborales: más del noventa por ciento de las muertes son masculinas".

Llegados aquí, comienza a entenderse por qué crece la cifra de hombres que se hacen transexuales, mientras que pocas mujeres se hacen hombres.

http://cronicasbarbaras.blogs.com/crnicas_brbaras/2011/10/desigualdad-sexual.html

No hay comentarios: