jueves, octubre 13, 2011

Magdalena del Amo, El asqueroso negocio de la pornografía infantil (II)

El asqueroso negocio de la pornografía infantil (II)

12.10.11

Magdalena del Amo


Vésase: «El asqueroso negocio de la pornografía infantil (I)»

Delinquir en nuestro país es muy barato, y los que mejor burlan la ley son los delincuentes profesionales. Aparte de la fauna nacional que aprende rápido, gran parte de los delincuentes son extranjeros. Procedentes de Colombia, Argelia, Marruecos, Rumanía o Rusia suelen instalarse a lo largo de la Costa del Sol, Valencia y Alicante, donde, debido a la actividad turística, pasan inadvertidos. En domicilios fijos o itinerantes realizan sus producciones y distribuyen el material pornográfico al resto del mundo exponiendo muy poco debido al garantismo de nuestro Código Penal. Son tantas las precauciones que los comerciantes de pornografía infantil suelen tomar, que las investigaciones rara vez culminan con éxito y, consecuentemente, las pruebas que llegan a los jueces suelen ser escasas y poco consistentes.

En la actualidad, existen en España muchas empresas dedicadas a la producción y distribución de material pornográfico infantil. Algo que resulta alarmante es que los niños filmados o fotografiados son cada vez más pequeños, incluso bebés, y las escenas son cada vez más fuertes porque así lo exige la demanda. Hay filmaciones de niños con cadáveres, con animales, escenas de tortura y snuff, éstas más escasas y difíciles de conseguir. (Estos datos nos han sido facilitados por policías y jueces de varios países).

Estamos hablando de una lacra de muy difícil erradicación, porque aunque este negocio lleva funcionando desde antes del estreno de la red, hasta hace muy poco, no había una auténtica coordinación entre las fuerzas de seguridad del Estado. Es cierto que de manera puntual, equipos de ciberpolicías realizaron pesquisas importantes y consiguieron sentar en el banquillo a varios pederastas integradores de mafias. Otro problema con el que nos encontramos es que abogados, fiscales y jueces están maniatados, ya que en nuestro país, la tenencia y distribución de material pornográfico no es constitutivo de delito, según el Código Penal. Es necesaria una reforma urgente de la ley. Los representantes de las ONGs dedicadas a la defensa del menor lo están pidiendo hace años. Sería necesario asimismo reintroducir en el Código Penal el término “corrupción de menores” e implantar duras penas para aquellos que atenten contra la integridad del menor en cualquiera de sus aspectos. Es vergonzoso que nuestro país sea el primero en el ranking de los más permisivos, y uno de los que más lagunas legales tiene en este ámbito. Esto ha contribuido en gran medida, a que en los últimos años se hayan implantado mafias internacionales que mueven ingentes cantidades de dinero, con lo cual se hacen cada vez más poderosas.

Las mafias son un grave problema internacional. Son además “multifuncionales”, es decir, un mismo grupo puede controlar el tráfico de armas, drogas, mujeres, niños, sexo, y todo lo que rinda buenos dividendos. Y, como se muestra en las películas, las limusinas, los grandes hoteles, el glamour, las chicas y chicos guapos, y el lujo en general está muy relacionado con estos personajes.
Actualmente, internet es el medio más utilizado en la comercialización de pornografía infantil y en el tráfico e intercambio de menores. Cualquier usuario en potencia puede conseguir material pornográfico. De los mil consumidores del año 1997 se había pasado a varios millones en el 2006 y a día de hoy la cifra ha aumentado exponencialmente. La peor consecuencia de todo esto es que para satisfacer esta demanda, el número de niños secuestrados que jamás vuelven a sus hogares es mayor cada día. La pedofilia se ha convertido en una pandemia, y los pederastas son cada vez más jóvenes y tienen mayores conocimientos y medios tecnológicos a su alcance.

En muchos países del mundo, abusar sexualmente de un menor no es delito; por ejemplo en la Rusia actual o en varios países orientales. De esto se aprovechan los pederastas, que inician a los niños en la droga y luego los incitan a tener relaciones sexuales a cambio de una dosis. Es por eso que muchas veces aparecen en actitud sonriente en las fotos y vídeos. Hace unos años, el diario español El Mundo, en el suplemento dominical Crónica publicó un artículo titulado “Los vídeos del horror”, sobre las investigaciones de la policía belga sobre los vídeos snuff, algo que muchos consideran como una leyenda urbana, no así la Interpol y otros cuerpos de policía.

Es escalofriante, pero las páginas de contenido pornográfico son las más consultadas en la red. Su facilidad de acceso, amplia oferta, rapidez y “aparente” anonimato son un reclamo incluso para curiosos y mirones. Entrecomillamos “aparente” porque, afortunadamente, gracias a la puesta en marcha de expertos sabuesos, cada vez el anonimato está menos garantizado y a cada imagen se le puede hacer un seguimiento siempre y cuando se realice la gestión desde el ordenador personal. Por ello muchos usuarios utilizan los cíbers para mantenerse en el anonimato.

Las webs no sólo ofrecen material de contenido pedófilo, links o direcciones de correo electrónico para contactar con los representantes de esos menores sino que además explican con todo lujo de detalles la filosofía de los boylovers o amantes de los niños, un tipo de fauna que tiene el atrevimiento de decir que nunca fuerzan a los niños a mantener relaciones sexuales; que éstas sólo tienen lugar “si la atracción es mutua”. No cabe mayor indecencia.

Algunas de estas páginas tienen chats donde los pederastas hablan de sus conquistas y de cómo consiguieron que el niño se les entregara “voluntariamente”. El voluntariamente va entrecomillado porque esto lo consiguen a base de drogarlos, emborracharlos, obligarlos a ver películas de terror para que no quieran ir a la cama solos, y otras repugnantes argucias. También se anuncian empresas que explotan sexualmente a niños y niñas. Tras un primer contacto, al interesado le envían fotos y vídeos y luego incluso le ponen en contacto con otras empresas cercanas a su localidad, quienes le facilitan un contacto sexual directo con un menor, siempre a cambio de una suma importante de dinero

http://blogs.periodistadigital.com/opinion.php/2011/10/12/el-asqueroso-negocio-de-la-pornografia-i-1

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