lunes 29 de junio de 2009
El desgobierno de España
José Meléndez
E SPAÑA semeja una nave en medio de una fuerte tempestad, sin timón, a expensas de los vientos y las olas y con la tripulación dedicando todos sus esfuerzos a ajustarse los chalecos salvavidas para tratar de sobrevivir a los elementos. Los embates de la crisis no cesan de azotar las economías de las empresas y las familiares, pero el gobierno está paralizado, ausente, superado por los acontecimientos hasta ese peligroso punto que representa la impotencia de no saber qué hacer.
En los escasos quince meses que tiene de vida esta legislatura, el gobierno ha llevado al Parlamento apenas media docena de proyectos de ley, casi todo ellos de menor cuantía y ese escuálido bagaje de trabajo tiene dos explicaciones: una que los ministerios trabajan poco –no hace mucho tiempo que trascendió la bronca que la vicepresidenta Fernandez de la Vega le echó a los subsecretarios por su escasísima productividad- y otra por el temor de Rodríguez Zapatero a que se los tumben en un parlamento en el que ha dejado de tener aliados y está en franca minoría. Ya lleva ocho derrotas parlamentarias en lo que lleva de curso y no han sido mas porque en los proyectos presentados ha admitido todas las enmiendas que le han propuesto para salvar la cara, con lo que sus iniciativas se han quedado prácticamente en nada.
El optimismo antropológico, que era la capa mentirosa que cubría la fea cara de una realidad inquietante, ha dejado paso a una intensa actividad clandestina bajo las mesas vacías en la que cada voto tiene un precio y cada negociación parece un trato de chamarileros. Tal es la precariedad de la situación parlamentaria de Zapatero wue en l viaje de Estado que los Reyes realizan por Oceanía, les acompaña solamente una ministra, la de ciencias e Innovación, porque es la única del gabinete que no tiene escaño en el Congreso y Moratinos y los dos o tres ministros que habitualmente acompañan a los Reyes en esos viajes, se ha tenido que quedar en Madrid para poder votar en el Parlamento.
La administración pública está paralizada, con todos los inconvenientes que esto conlleva; cualquier trámite legislativo se eterniza y aunque los problemas se acumulan en cada ministerio, no se ven atisbos de solución en la pasividad de sus titulares ni siquiera esfuerzos por intentarlo. ¿Cómo va a cumplir su tarea legislativa un gobierno que prometió hace mas de dos años un Reglamento para la Conferencia de Presidentes Autonómicos y ha tardado todo ese tiempo en redactar un b orrador de dos folios que ha presentado ahora?. Malo es gobernar mal, pero es aún peor no gobernar, sobre todo cuando se hace imprescindible adoptar medidas que puedan frenar la crisis que padecemos. Y eso es lo que está ocurriendo en España. Las medidas que el gobierno ha venido anunciando, como el Plan E, no han funcionado o lo han hecho a una escala insuficiente y nos encontramos con que nuestros responsables económicos ocupan su tiempo en tratar de suavizar los alarmantes avisos que nos envían las instituciones mundiales que tienen autoridad para enjuiciar el momento económico. A cada aviso negativo que lanza el FMI o la OCDE, responden a coro nuestros gobernantes que no es para tanto porque, según sus datos, la cosa no está tan mal. Se puede dudar de la capacidad económica de la vicepresidenta Elena Salgado, pero lo que no se la puede negar es su inalterable optimismo para ver brotes verdes y hacer pronósticos que después tiene que rectificar a la baja a corto plazo. La vicepresidenta ha visto ya el fondo de la crisis por tres veces y otras tantas ha tenido que ampliar la fecha que contemplaba en su visión, Que santa Lucía la conserve la vista. Ahora ha venido a incordiar la OCDE con un nuevo informe en el que sitúa a España a la cola de los países de la organización, con una caída del PIB en el presente año de 4.2 por ciento y un 0,9 por ciento aún mas bajo para el 2.010. Estas cifras contrastan con las que presentan los países de la OCDE a nivel global, que presentan un cierto repunte a finales de este año y en el que viene y son seis décimas mas que las que aventuró la ministra Salgado el pasado l2 de junio. Pero ella no se arredra y ha mantenido que hay síntomas positivos en diversos sectores. En realidad no se sabe en cual de ellos, porque la OCDE afirma que el desempleo llegará al 20 por ciento, que el déficit público se situará en un 9.6 por ciento el año próximo y que la inversión descenderá un 4.6 por ciento. O sea, un panorama típico de recesión profunda en parámetros de macroeconomía y en el drama de la economía familiar que, como acaba de reconocer el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, una de cada cuatro familias españoles no cobra ningún tipo de subsidio por lo que están en el umbral de la pobreza.
Y en medio de este panorama, el gobierno parece que está también en paro legislativo. Menos mal que para que se note menos, las vacaciones estivales están ya a la vuelta de la esquina.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5249
lunes, junio 29, 2009
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