miércoles, junio 03, 2009

El brote no es verde

El brote no es verde

Miércoles, 03-06-09
EL Gobierno ha recibido con explicable alivio la cifra del paro del mes de mayo, porque refleja una bajada de 24.741 personas -hasta situarse en 3.620.139- en relación con el mes de abril. Se trata de la primera reducción del desempleo después de catorce meses seguidos con subidas imparables y, a cuatro días de las elecciones al Parlamento Europeo, se convirtió ayer en la principal baza electoral del PSOE, un clavo ardiendo al que aferrarse en medio de una desafortunada campaña. Se trata, en todo caso, de una noticia positiva, buscada tenazmente por el Ejecutivo con las ingentes cantidades de recursos públicos destinados a impulsar proyectos de obra pública en los ayuntamientos a través del «Plan E». La otra cara de la moneda es la desproporción entre el déficit que está acumulando el Estado y la escasa dimensión de los resultados. Hay, además, una contradicción radical entre el discurso del presidente del Gobierno sobre el nuevo modelo productivo y las causas reales de este leve aumento del empleo: la principal aportación a este incremento viene de la construcción, es decir, del denostado «ladrillo» al que Rodríguez Zapatero quiere sustituir por ordenadores y energías renovables. El cambio de modelo productivo deberá esperar a mejor ocasión.
Un análisis más sosegado de las cifras del paro en mayo obligan a matizar aún más su trascendencia. No hay que restar importancia a la reducción del desempleo en este mes, sino darle la que realmente tiene. Según el informe mensual del Ministerio de Trabajo, la cifra real de parados (demandantes de empleo no ocupados) es de 3.886.087. En concreto, el paro desestacionalizado de mayo aumentó respecto al mes de abril en 88.594 personas. El incremento de los últimos doce meses es del 53,81 por ciento o, lo que es lo mismo, de 1.266.564 personas. Además, en mayo ha habido menos contratos indefinidos a tiempo completo que en abril y poco más de estos contratos a tiempo parcial. Es decir, la buena noticia que transmite el Gobierno se basa en el ladrillo y en la precariedad laboral. El cuadro de la situación debe completarse con el incremento de las prestaciones por desempleo, que en el mes de abril aumentaron el 51,6 por ciento respecto al mismo mes del año 2008, con un incremento del gasto del 72,2 por ciento. Por si fuera poco, la pérdida de afiliados a la Seguridad Social en industria y construcción empaña el aumento del 0,38 por ciento respecto al mes de abril y no debe hacer olvidar que sólo en un año ha perdido 1.306.155 afiliados.
La reducción del desempleo en mayo responde, en efecto, a la inyección de dinero público en obras locales, pero también a una operación de ingeniería estadística, ya conocida y practicada mensualmente. El brote no es verde porque no se ha creado empleo gracias a una reactivación interna de las fuentes de producción y de actividad económica y financiera. En estas condiciones es inverosímil hablar de cambio de tendencia o punto de inflexión. La prudencia a la que apela el Gobierno debe ser sincera y no sólo una impostura que adorne el enésimo pronóstico de recuperación. El brote puede ser efímero si el Gobierno no afronta las reformas fiscales, laborales y estructurales que se precisan, entre otras cosas, para cambiar esa «cultura del ladrillo» a la que el PSOE debe la única buena noticia que ha recibido en esta campaña europea

http://www.abc.es/20090603/opinion-confidencial/brote-verde-20090603.html

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