Pedofilia masiva en Palestina

450 musulmanes se casan con niñas.
Los rostros de éstas no parecen muy contentos

Pedofilia masiva en Palestina

Paul L. Williams

25 de enero de 2010 Imprimir esta noticia
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PAUL L. WILLIAMS

Mahoma se casó con una niña de seis años. Pero el Islam ha evolucionado en 1.500 años. En la tierra de Hamas, en 2009, las novias tienen casi siete años. Un evento de gala se ha desarrollado en Gaza: Hamas patrocinó un casamiento masivo para cuatrocientos cincuenta parejas. La mayoría de los novios estaban en sus medianos veinte años; la mayoría de las novias eran menores de diez. Dignatarios musulmanes, incluyendo a Mahmud Zahar, un líder de Hamas, estaban presentes para felicitar a las parejas que tomaron parte en la celebración, cuidadosamente montada.

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“Le estamos diciendo al mundo y a Estados Unidos que no nos pueden negar la dicha y la felicidad”, les dijo Zahar a los novios, todos los cuales estaban vestidos con idénticos trajes negros y provenían del cercano campo de refugiados Jabalia. Cada novio recibió de Hamas un regalo de 500 dólares. Las prepúberes niñas, vestidas de blanco y adornadas con chillones maquillajes, recibieron ramos de novia.

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“Presentamos este casamiento como un regalo a nuestro pueblo que se mantuvo firme enfrentando el sitio y la guerra”, declaró en su discurso el hombre fuerte de Hamas, Ibrahim Salaf.Las fotos de la boda cuentan el resto de la sórdida historia.El Centro Internacional de Investigación Sobre Mujeres estima que, actualmente, hay 51 millones de niñas desposadas que viven en el planeta Tierra, y casi todas en países musulmanes. El 29% de esas niñas desposadas son golpeadas regularmente y abusadas por sus esposos en Egipto; el 26% sufren abusos similares en Jordania.

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Cada año, de acuerdo con la UNICEF, tres millones de niñas musulmanas son objeto de mutilaciones genitales, práctica que no ha sido prohibida en muchas partes de Estados Unidos.La práctica islámica de la pedofilia proviene del profeta Mahoma, que acumuló once esposas y muchas concubinas desde la muerte de su primera esposa Khadijah en 619 d.C.El Profeta coordinó las visitas a las tiendas de sus mujeres a lo largo de sus ciclos menstruales. Su capacidad para la actividad sexual parecía no tener límites. Sahih Bukhari, uno de los más reverenciados textos islámicos, dice: «El Profeta solía visitar a sus once esposas en forma cíclica, durante el día y la noche. Le pregunté a Anas: “¿Tenía el Profeta fortaleza para ello?”. Anas respondió: “Solíamos decir que el Profeta tenía la resistencia sexual de treinta hombres”».

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En medio de tales delicias, el Profeta mantenía un establo de concubinas, incluyendo a Reihana, su cautiva ‘judía’. Sus esposas y amantes estaban obligadas por la ley musulmana a satisfacer sus necesidades sexuales en cualquier momento del día o de la noche, y el Profeta se reservaba el derecho de disfrutarlas “desde el extremo de sus cabezas hasta la planta de sus pies”.
Lo anterior parecería no ser terrible para los estudiantes del Informe Kinsley, con excepción del caso de Aisha, la esposa favorita de Mahoma. Aisha era la hija de Abu Bakr, el mejor amigo del Profeta y su más fiel seguidor. Tan pronto como Mahoma posó sus ojos en Aisha, comenzó a fantasear con yacer con ella. Pero ello planteaba un problema. Aisha, en ese entonces, era un pequeña niña de cuatro o cinco años, mientras que Mahoma era un hombre de cincuenta.

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Pese a llo, el Profeta no perdió tiempo en hacer realidad su fantasía. Cuando Aisha cumplió seis años, Mahoma le pidió a Abu Bakr la mano de su hija en matrimonio. Abu Bakr pensó que esa unión sería impropia —no porque Aisha fuera una niña, sino porque él se consideraba hermano de Mahoma. El Profeta dejó rápidamente de lado esta objeción, declarando que la unión era totalmente correcta a ojos de Allah. Abu Bakr consintió. Y Mahoma tomó a la pequeña como su nueva esposa. Cuando estuvieron casados, Mahoma, en su misericordia, permitió que Aisha llevara sus juguetes, incluyendo sus muñecas, a su nueva tienda. El casamiento fue consumado cuando Aisha tuvo nueve años y el Profeta cincuenta y tres. Los tres años del período de espera no se debieron a la preocupación de Mahoma por no abusar de una niña, sino por el hecho de que Aisha contrajo una enfermedad que provocó la pérdida de su cabello.



La pedofilia no sólo fue practicada por Mahoma, sino que también fue sancionada por el Corán. En el debate sobre el período de espera requerido para determinar si una esposa está encinta antes del divorcio, el texto sagrado dice: «Si estás en duda en lo concerniente a aquellas de tus esposas que han cesado de menstruar, sabe que su período de espera debe ser de tres meses. El mismo período se aplica para aquellas que aún no han menstruado» (65:4). Aquellos que piensan que los musulmanes modernos han abandonado estas enseñanzas, deberían estudiar las fotos y videos que acompañan este artículo y recordar las palabras del Ayatollah Khomeini, el clérigo islámico más famoso del siglo XX:

«Un hombre puede tener placer sexual de una niña tan joven como un bebé. Sin embargo, no debe penetrarla; sodomizar a una niña está bien. Si un hombre penetra y daña el himen de una niña, entonces debe ser responsable de su subsistencia toda su vida. Esta niña, sin embargo, no cuenta como una de sus cuatro esposas permanentes. El hombre no tendrá derecho a casarse con la hermana de la niña […]. Es mejor para una niña casarse en una época en que comience a menstruar en casa de su esposo, mejor que en casa de su padre. Un padre que case a su hija tan joven, tendrá un lugar permanente en el cielo».


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