El almacén nuclear pone a prueba la autonomía de los ayuntamientos

martes 26 de enero de 2010
El almacén nuclear pone a prueba la autonomía de los ayuntamientos
José Antonio Gundín (Elsemanaldigital.com)

LA pugna por albergar el almacén de residuos nucleares sacado a concurso por el Gobierno está sacudiendo las cuadernas de los partidos políticos, en especial del PP y del PSOE. Al igual que sucede con la gestión del agua, que transciende ideologías y banderías políticas, la cuestión nuclear provoca serios enfrentamientos entre dirigentes de un mismo partido y hace saltar por los aires las normas disciplinarias o las fidelidades más acrisoladas, con derivadas imprevisiles.

Así, en el PP, el terremoto causado por la decisión del alcalde de Yebra (Guadalajara) de postularse como almacén nuclear ha colocado a la secretaria general del partido, Dolores de Cospedal, en una situación muy difícil, casi insostenible. No concuerda con el sentido común ni es congruente que la número dos del PP defienda la energía nuclear como necesaria y, al mismo tiempo, se oponga a albergar un almacén de residuos. Si se está a favor de prolongar la central de Santa María de Garoña también se debe apoyar el resto de la cadena, que incluye el almacenamiento de sus residuos.

Incoherencias y contradicciones como ésta suelen remover los posos más envenenados de los partidos, por eso ha llovido sobre Cospedal toda suerte de críticas, algunas fundadas y otras de carácter oportunista, como las que aprovechan que el Pisuerga pasa por Valladolid para poner en duda su valía como secretaria general o la inconveniencia de que ocupe al mismo tiempo el cargo de número dos y de candidata a la Junta de Castilla La Mancha. Delicada cuestión que apunta directamente a Rajoy, quien tarde o temprano tendrá que formarse una opinión y actuar en consecuencia antes de que el incendio se propague.

En el PSOE no están mejor las cosas y mientras el ministro Sebastián se las tiene tiesas con el socialista José María Barreda, en Cataluña los socios de Montilla en el Gobierno le lanzaron ayer un órdago por la candidatura de Ascó al citado almacén. La bronca no cesa de creer y el capítulo final puede sorprender a propios y extraños. Cuando una disputa como la nuclear empieza a rodar nunca se sabe dónde parará y a quien arrollará en el camino.

En todo caso, lo que está en juego no es sólo una guerra intestina en los dos grandes partidos, sino la autonomía de unos ayuntamientos para decidir su destino. Si Ascó o Yebra quieren ligar su futuro a un almacén de residuos nucleares, ¿quiénes son las diecciones de los partidos para impedirlo? Esta es la verdadera cuestión de fondo, expresada ayer por los dirigentes de ERC e IU con la prepotencia habitual al proclamar que albergar el almacén no es decisión de un municipio sino "de toda Cataluña". Esa apropiación nacionalista o partidista de la autonomía municipal es lo que está en juego en este asunto. Y la gran mayoría de los dirigentes políticos callan ante este ataque a la libertad y a la autonomía que las leyes otorgan a los ayuntamientos. Si los partidos o los gobiernos autonómicos se imponen a la voluntad de los vecinos, la salud democrática de nuestra sociedad habrá sufrido un grave quebranto.

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