El caso de los moriscos
5 de Mayo de 2009 - 08:28:44 - Pío Moa
La mentalidad que llevó a la expulsión de los judíos tenía que ver seguramente con la euforia del final de la reconquista. Mas, paradójicamente, no se adoptaron en un primer momento medidas similares contra los mudéjares o moros que permanecían en España, sino que se les reconocieron derechos considerables, incluso privilegios como el de no pagar más impuestos que antes, conservar armas blancas, destitución de gobernantes cristianos sobre los que tuvieran queja. Podían mantener su religión y propiedades, su propio sistema legal, su sistema de instrucción, llevar la ropa que quisieran, no las capas que identificaban a los judíos, retener sin trabas a los cristianos islamizados... Estas normas iban más allá de las de Valladolid con respecto a los judíos, y creaban casi un estado dentro del estado, lo que chocaba con el impulso racionalizador de la monarquía autoritaria. Curiosamente, el odio hacia los mudéjares era mucho menor que hacia los judíos, lo que acaso se explique por las posiciones de poder y riqueza adquiridas por algunos de estos, en contraste con la pobreza casi generalizada de los moros, que vivían en condiciones similares o peores que los cristianos de clase baja.
No obstante, los mudéjares no dejaban de constituir otro cuerpo extraño a la homogeneidad religiosa querida por los reyes, tanto más cuanto que constituían una potencial quinta columna de los poderes musulmanes de África, solo separados por el estrecho de Gibraltar y el breve mar de Alborán, y que mantenían una piratería permanente, aparte de sus grandes invasiones del pasado (no parecía entonces peligro inminente la presencia turca en el Mediterráneo, todavía alejada de las costas españolas). Simétricamente, el África musulmana daba a los moros peninsulares esperanzas de un eventual cambio de tornas .
Por consiguiente la política hacia ellos cambió pronto. Las predicaciones para convertirlos apenas dieron resultado, y en 1499 se adoptó una postura más drástica, con presiones económicas y a veces físicas para que los jefes musulmanes se bautizasen y arrastrasen a los demás; y se confiscaron y quemaron sus libros religiosos, mientras los científicos fueron enviados a la universidad de Alcalá de Henares. Miles de mudéjares se convirtieron pero otros más se rebelaron en Granada y las Alpujarras, en 1500. Vencida la rebelión, la política de los Reyes Católicos se endureció, y en 1502 se les aplicó la misma alternativa que a los judíos: convertirse o marcharse. La gran masa de ellos aceptó el bautismo, pero mantuvo sus tradiciones, costumbres, vestimenta y, ocultamente, su religión, recibiendo el nombre de moriscos. Así, el problema no desapareció, sino que se iba haciendo más alarmante conforme aumentaba la piratería magrebí y la amenaza turca se aproximaba a España durante el siglo XVI.
--------------------------
**** El portavoz del ministerio israelí de Exteriores, Igal Palmor, considera que "ha quedado claro" que la causa abierta por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu "es una maniobra política" y lamenta que se emplee la justicia española para "una causa antiisraelí".
La justicia española, dice. Qué contradicción en los términos, qué burrada. Al menos hoy por hoy.
**** "Esto no se puede tolerar y si continúan así, habrá una rebelión", asegura Arzallus, el besugo furioso, protector de la ETA y similares. Jamás ha estado el PNV en las instituciones como no fuera para socavarlas y desacreditarlas. Pues nada, que se rebelen él y su pandilla de "demócratas" sabinianos. Que pacten con Al Qaida como antaño lo hicieron con los fascistas italianos. A ver qué pasa.
**** Andalucía, la comunidad con más violencia doméstica. También la más sociata, casualmente.
**** Berlusconi exige a su mujer que se disculpe en público tras anunciar el divorcio
Berlusconi es un chiste ambulante. Mucho peor es Zapo, el niñato grotesco e iluminado, que sin embargo va creando escuela: Rajoy le imita, el costosísimo y corrupto Charlamento europeo le imita, Obama compite con él. Nunca un politicastro español influyó tanto en el mundo, creo. Berlusconi, como saben, se metió de lleno en política cuando la Democracia Cristiana se hundió en la corrupción y parecía llegado el momento de los comunistas; pero el chiste ambulante sacó un montón de votos en los barrios obreros. En la televisión preguntaban a algunos currantes cómo había sido eso: "Es que los comunistas ya no defienden a los obreros, sino a los maricones y los marginales, así que...".
----------------
Hoy, en El economista:
AYUDAR A LA IGLESIA
Cuando la izquierda intenta, como suele, someter a la Iglesia amenazándola con retirarle el dinero que los ciudadanos quieren darle en los presupuestos públicos, no faltan quienes están de acuerdo, aunque advirtiendo: "y también a los partidos y sindicatos: que vivan de sus afiliados". Me parece muy razonable que partidos y sindicatos vivan de sus afiliados, ya que defienden intereses particulares o sectoriales, y además son entidades especialmente proclives a la corrupción. Pero creo que el caso de la Iglesia difiere bastante, por tres razones: no se trata de un partido, pues a ella pertenecen gentes de todas las orientaciones políticas; su papel constituyente en la historia y la sociedad españolas es de primera magnitud; y, con más o menos práctica, la gran mayoría de la población continúa sintiéndose católica, y culturalmente lo es, sin duda alguna, por lo que no puede ponerse al nivel de otras religiones, ni de partidos.
Además, el dinero destinado a la Iglesia resulta un gran ahorro para la sociedad por comparación con el que gastaría el gobierno: la enseñanza concertada sale mucho más barata y con mejores resultados escolares que la llamada pública, y lo mismo puede decirse de la labor asistencial. Sin contar su enorme tarea como protectora y conservadora del patrimonio artístico y cultural del país, la cual contrasta con el espíritu de demolición mostrado hacia ese patrimonio, herencia de siglos, por nuestros desdichados y autodenominados "progresistas". Pues estos han sido los autores de las tres terribles oleadas de destrucción y saqueo de bienes nacionales e históricos: la invasión napoleónica, la desamortización de Mendizábal y el Frente Popular en la guerra civil. Aparte de otros muchos episodios menores.
Me parece que no hace falta ser creyente para apreciar estas cosas. Basta ser demócrata y conocer la historia para aprender algo de ella.
http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/
martes, mayo 05, 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario