jueves, mayo 14, 2009

Ladron de Guevara, La verdad nos debe hacer libres

jueves 14 de mayo de 2009
La verdad nos debe hacer libres

Ernesto Ladrón de Guevara

L A imagen global que me queda en la retina tras el debate de política general en el Congreso de los Diputados, es la de un Zapatero tramposo sacando de nuevo sus conejos de la chistera.

Lejos de reconocer las causas endógenas que agravan la crisis económica en España Zapatero volvió a actuar de hipnotizador, articulando sus mejores artes de engañador con fuegos de artificio inconexos y fútiles, absolutamente ineficaces para abordar las razones estructurales de la caída en picado de los parámetros de nuestra economía, cuya principal manifestación dolorosa es un paro disparado hacia la estratosfera.

Cualquiera con sentido común sabe que cuando el déficit público está progresión geométrica, el desempleo incontrolado, el sistema financiero en desahucio y la competitividad de nuestras empresas en desplome hay que articular unas medidas excepcionales que impliquen decisiones valientes y honestas, reduciendo el gasto público de forma drástica lo que implica el control del déficit, articulando soluciones coherentes dentro de un plan que obliga a un modelo de economía acorde con la situación, reduciendo las estructuras burocráticas del Estado, armonizando de forma racional la España de las autonomías con pautas comunes que tengan algo de lógica estructural, coordinando y adecuando la fiscalidad para reactivar el tejido productivo, con un pacto de Estado en la que se impliquen las instituciones y agentes sociales concurrentes, abandonando todo tipo de política populista y demagógica, diciendo la verdad a los ciudadanos y advirtiéndoles de que toca restricciones. Implica también cambiar el esquema de hábitos: fomentar el ahorro, abonar la responsabilidad y el esfuerzo, eliminar toda política del pelotazo y del enriquecimiento fácil, dañino para los intereses generales, predicando con el ejemplo a favor del trabajo bien hecho, de los cambios de comportamientos sociales para evitar el endeudamiento, eliminando los subsidios que favorecen la vagancia y el fraude, estimulando la formación y la investigación, cambiando drásticamente las inercias endogámicas de la universidad y las políticas educativas que han mostrado sobradamente su ineficacia, etc. Lo que ayer nos anunció Zapatero es poco creíble y llega tarde.

Nada de esto le oímos ayer de Zapatero y, menos aún percibimos nada que nos induzca a pensar de forma esperanzadora; es como pedir peras al olmo. Tampoco a Rajoy aunque éste es más sólido en sus postulados y más coherente en sus planteamientos. Al contrario. Se vuelve a manifestar el discurso fácil, marrullero, populachero hasta provocar vergüenza ajena, y no hay nada que sea profundo, sincero; nada ilusionante, nada que alumbre la posibilidad de ver el horizonte en la recuperación económica y el saneamiento de las estructuras económicas. Profundizamos en el desastre y ahondamos, aún más el desbarajuste en las cuentas públicas, lo que, sin duda, redundará en un perjuicio en el bienestar futuro de nuestros hijos y generaciones inmediatas que tendrán que pagar la factura.

Una cosa me llamó la atención: mucho tiene que preocupar a la cúpula del Partido Socialista la información publicada por el Mundo del dictamen de la peritación sobre los explosivos que provocaron la mayor catástrofe producida por un acto terrorista en la historia de nuestro País. La revelación de que el explosivo pudiera ser, a tenor de los indicios, Titadine y no Goma-2, pone en solfa toda la instrucción judicial y la correspondiente resolución judicial, abriendo dudas más que razonables sobre la justicia de las condenas. Zapatero hizo una alusión denigrando la llamada “teoría conspiratoria” cuando nadie había sacado a colación esta cuestión en los discursos de la sesión de este martes. ¿Cuál es la razón por la que se pronunció sobre esta cuestión? ¿Existe preocupación porque pueda salir aún más a la luz la probable verdad alternativa de los hechos que convulsionaron la sensibilidad de todos nosotros en aquellas aciagas fechas?

En tal sentido cabe exigir lo siguiente:

1.- Que se dilucide sobre precipitada destrucción de los trenes, que privó a las distintas partes de la posibilidad de realizar pruebas periciales suficientes para determinar el arma del crimen.

2.- Que se reabran las investigaciones del 11M y se esclarezca, en la medida de lo posible y sin escatimar recursos materiales, cuál fue verdaderamente el arma del crimen en la terrible masacre que tuvo lugar en Madrid el 11 de marzo de 2004.

No sólo por lo que supone hacer justicia a las víctimas, sino porque España, en sus generaciones pasadas y en las futuras merece un respeto y conocer la realidad de los hechos. Otra cuestión será la depuración de las responsabilidades si las hubiera, en todos los actores del oprobio.

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5188

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