Si no amas a ZP eres un facha
José Luis Roig www.gaceta.es 17 Octubre 2010
Los abucheos al Rey en Cataluña, claro, no merecen tanta reprobación.
Por desgracia, a estas alturas de la crisis y de la legislatura podemos esperar cualquier cosa de Zapatero. Por un lado, que siga prohibiendo todo aquello que le disgusta. El último intento, los abucheos del día de la Fiesta Nacional. Ya me explicarán cómo se consigue eso, salvo amordazar al público que asiste o que se contraten actores del colectivo de la Zeja artística que interpreten el papel, que ya conocen de sobra, de aplaudidores entusiastas de ZP. Claro que los abucheos al Rey en Cataluña no merecen tanta reprobación ni prohibición. El jaleo del 12 de octubre le ha servido a la izquierda recalcitrante como excusa perfecta para montar otro jaleo mayor contra los españoles cabreados.
Ellos los llaman fachas porque ningún español que no lo sea puede abroncar a ZP. Para entendernos: todo español que no calle y agache la cabeza ante los múltiples errores de ZP será un gran facha. ¿Qué es eso de estropear un acto tan solemne pitando al presidente del Gobierno? Pues mira por donde, eso es libertad de expresión y necesidad de dejar claro que España va peor por culpa de ese señor.
Pero para dejar más claro que de Zapatero podemos esperar cualquier cosa, acaba de tomar la nefasta decisión de entregarle al PNV –la derecha nacionalista vasca– 20 competencias más. Cuando todo el mundo sabe que uno de los grandes problemas de España es que al Estado se le ha ido de las manos el número de transferencias cedidas, y que el exceso de gasto de las autonomías es un grave lastre para salir de la crisis, Zapatero va y debilita aún más el Estado. Los coreógrafos de la izquierda, ciegos de ideología, quieren vender este acuerdo con el PNV como “el apoyo más sólido de sus dos legislaturas en el poder”, obviando el precio del rescate, que hunde un poco más la crisis española. Incluso dicen que el muerto está muy vivo. Cuando en realidad lo que ha hecho el muerto de ZP es hundir a sus herederos. El PSOE va a tener difícil convencer a los españoles de que los brotes verdes sólo han llegado para el PNV.
Extrema derecha
Carlos Dávila www.gaceta.es 17 Octubre 2010
Este país nuestro, soberbio hasta en las crisis, es puñetero, muy puñetero. Sobre todo en sus máximas, en sus dichos de uso común. Reparen en dos de ellos: “El que calla otorga” y éste otro: “No hay mayor desprecio que el no hacer aprecio”. Son contradictorios y enormemente comprometidos, básicamente porque encierran dos actitudes distintas, dos modos de comportarse en la vida. ¿Qué hacer ante los infundios?, ¿cómo comportarse ante las insidias?, ¿hay que responder a los ultrajes falaces? Personalmente, no albergo duda alguna: me inclino por no otorgar, y en cuanto a lo de callar, qué quieren que les diga, ni debajo del agua. No estoy entrenado para mantener la boca cerrada.
Respuestas inevitables
Todo esto viene a cuento de la patraña, más que campaña, que han emprendido grupos muy significados de la izquierda española, ayudados en el menester por colegas que nunca debieran estar celosos ni envidiosos de los éxitos ajenos, porque ellos, en sus biografías, están plagados de victorias informativas. La vorágine es por un lado genérica y por otro mantiene intenciones muy personales. Y a las dos hay que responder. A estas alturas de la película vital de cada quien resulta inútil, por estúpido, resaltar la lejanía que uno particularmente tiene con cualquier facción de la extrema derecha española. El que no se haya enterado de esto y mantenga lo contrario, que se vaya a cazar piedras a un río. Eso no es lo preocupante. Lo terrible es que simplemente por estrategia comercial se viertan acusaciones tan concretas como ambiguas –y no estoy jugando al retruécano– de pertenencia a grupos fascistas y facciosos. Eso resulta intolerable. El director de El Mundo lo ha hecho airadamente para glosar lo acaecido el Día de la Fiesta Nacional. Él conoce perfectamente nuestra trayectoria (y más la mía particular) y, por tanto, sabe perfectamente que su imputación, por más indirecta que haya sido, es simplemente una infamia.
Más me hubiera gustado que, en su momento, hubiera rectificado la falaz información que ofreció en su periódico a cuenta de un acto judicial sobre el caso Marichalar. Aún está en condiciones de reconocer que ni es verdad que nosotros en ÉPOCA hayamos achacado al señor Marichalar la condición de cocainómano, ni tampoco lo es que los presuntos cargos penales que se nos atribuyen a la redactora jefe de Investigación de LA GACETA, Eugenia Viñes, y al que suscribe impliquen dos años de cárcel. Eso es falso de toda falsedad. No cabe en ninguna cabeza que la eficaz y amabilísima abogada del ex duque de Lugo, Cristina Peña, haya podido transmitir al diario con el que ha colaborado en bastantes ocasiones en asuntos también judiciales para defender precisamente la libertad de información que la pena que prevé el reciente Código Penal para el delito de injurias sea de prisión. Otra vez falso. No hay más que leer el artículo 209 de este código para informarse de que, contrariamente, este presunto delito está castigado únicamente con multa. ¿Se ha molestado en apreciar el firmante de aquella información y sus directores, siempre y desde hace años amigos, del daño que ha causado tal información en las personas citadas o en sus familias? Un jurista amigo me decía muy recientemente: “No hay caso porque no lo vas a hacer, pero podrías, sólo como hipótesis, querellarte por daños contra los causantes de la información”.
De extrema derecha, nada o hay caso; no tengo la menor intención de recurrir a ese procedimiento. Sorprende que quienes desde El Mundo no han tenido la menor intención de rectificar lo antedicho se vengan ahora para arriba para imputarnos, también de forma indirecta (no son nada torpes), la autoría o la preparación de la monumental bronca que recibió Zapatero el pasado día 12. A este periodista, Zapatero le resulta una auténtica pesadilla, es un político desastroso que está sumiendo a España en una crisis institucional, territorial y política sin precedentes, en un caos histórico, pero, eso sí, ni personalmente ni como grupo de comunicación hemos tenido la menor tentación de organizarle una gresca a este individuo nefasto que hace tiempo debería haber vuelto a su casa de Las Rozas, o más lejos aún, de León. Es probablemente miserable el volcar sobre los demás esta acusación con el objetivo claro de colocar a un grupo rival, que no enemigo, en la repugnante extrema derecha. Tan repugnante como la que se sitúa en sus antípodas: la ultraizquierda. Desacreditar con una infamia por parte de quien la ha sufrido como ningún otro periodista en este país no forma parte del código de conducta de un simple competidor.
Así que de extrema derecha, nada. Aquí tenemos unos principios y los vamos a defender, y entre esos fundamentos está uno primero e irrenunciable: la libertad. Libertad, por ejemplo, para opinar que la señora ministra Aído es una analfabeta dinamitera cuando asegura que “debatir sobre la vida no lleva a ninguna parte”; libertad también para proclamar que remover la memoria para juzgar urbi et orbi al franquismo (desde una posición sostenida de antifranquismo) es una memez peligrosa; libertad para asegurar que el matrimonio homosexual es un dislate; libertad para afirmar que la socialdemocracia es únicamente un marxismo disfrazado; libertad para recordar que el PSOE fue un partido golpista cuyo fundador amenazaba de muerte a sus colegas diputados en el Parlamento español; libertad para decir en voz alta que España es una, aunque eso suene a cantinela de general dictador; libertad para aseverar sin ambages que el GAL fue un terrorismo vil de Estado; libertad para insistir en tantas otras cosas que, como escribía Pedro J. Ramírez en una dedicatoria a Carlos Dávila: “Son las que creemos y defendemos y además nos unen”. Libertad para todo eso y mucho más. ¿Y eso es extrema derecha? Pues vayan ustedes, todos, los que cantan esa insensatez, a hacer puñetas. Sin acritud, que diría el llorado (ahora) Felipe González.
Ejemplos concluyentes
Vamos a ser sensatos y a recuperar las buenas maneras. Aquí estamos en los juzgados no por destronar antidemocráticamente a la señora Torquemada De la Vega, sino por informar, como el ABC sin ir más lejos, y también como la estupenda Libertad Digital, de que esta señora votó irregularmente en las pasadas elecciones generales. Fascismo es, en todo caso, utilizar las instituciones del Estado para perseguir periodistas, que es lo que ha hecho con nosotros, gracias a la Abogacía del Estado y a la Fiscalía, la vicepresidenta en cuestión. El caso ¿ha estimulado a nuestros colegas para tener de ellos algún apoyo? En absoluto, a pesar de que alguno de nosotros tiene larga experiencia en suscribir protestas contra los que abusan de su poder en contra del derecho inveterado a la información. Extrema derecha es nombrar un comisario ad hoc (como ha revelado convenientemente El Mundo) para acechar a todo el que no está conforme con el régimen zapaterista. Extrema derecha es revolver un osario para hallar muertos discriminados. O extrema derecha es avisar a los cacos cómplices (caso Faisán) de que la Policía los quiere detener. La información libre es todo lo contrario. Ésa es la que ejercemos. Y como todos, para tener éxito, que parece que no nos va mal del todo.
El PSOE y los nacionalistas, después de Zapatero
Roberto Blanco Valdés La Voz 17 Octubre 2010
El previsible fiasco del PSC en las elecciones catalanas pondrá fin del peor modo posible al giro estratégico de mayor calado adoptado por los socialistas españoles tras la infausta llegada de Zapatero al liderazgo del partido: la de converger con los nacionalismos periféricos para hacerse con cuotas de poder en los Gobiernos autonómicos y para aislar no solo política, sino ideológicamente, al Partido Popular.
Lo primero habría sido explicable si la convergencia con los nacionalistas no se hubiera hecho al precio de que los socialistas renunciaran al propio discurso e ideario, asumiendo en sustitución el de sus socios. Pero la posibilidad de matar dos pájaros de un tiro (gobernar y de paso hacer pasar al PP como el gran enemigo de la descentralización) echó a los socialistas en brazos del nacionalismo, que en estos siete años se ha comido poco a poco el alma del PSOE, dejándolo convertido en lo que es hoy: una organización que, en la cuestión territorial, va sencillamente para donde sopla el viento.
Y ello porque ese entreguismo, especialmente visible en temas muy sensibles para la opinión pública (lengua e identidad) o de gran importancia para el futuro del país (definición de la estructura del Estado), se ha traducido a la postre en un despiste ideológico total que ha llevado a los socialistas a alcanzar grados de oportunismo que rozan la desvergüenza con frecuencia. De hecho, vergüenza es lo que produce ver ahora al PSC desdiciéndose en su programa electoral de la política de sanciones lingüísticas que ha practicado con saña durante dos legislaturas: y solo porque antes se trataba de congraciarse con el nacionalismo radical mientras que ahora toca acercarse al electorado no catalanista que piensa abstenerse en los comicios autonómicos.
Ese mismo oportunismo ha podido verse en Galicia esta semana, con un PSdeG que defiende, con razón, que el catálogo de medicamentos debe ser el mismo en toda España, pues de no ser así sufriría la cohesión territorial y la igualdad, mientras pretende para Galicia un Estatuto como el catalán, que constituye la definición misma de la descohesión y la insolidaridad. Por eso, ahora que Tomas Gómez y José María Barreda, exigiendo la reducción de mandatos, han abierto sin disimulos el debate del postzapaterismo -lo que llevará a los pretendidos sucesores a colocarse en la línea de salida- hay que esperar (y que exigir) claridad a todos ellos sobre si debe o no mantenerse esa alianza estratégica entre socialismo y nacionalismo que ha desfigurado al PSOE hasta el punto de hacerlo irreconocible para muchos de sus tradicionales electores, que cuando votan socialista no lo hacen para que aquel realice la política de los nacionalistas.
Zapatero y el emperador Teodosio
Luis del Pino Libertad Digital 17 Octubre 2010
Editorial del programa Sin Complejos del sábado 16 de octubre de 2010
En el siglo XIII, Santiago de la Vorágine, arzobispo de Génova, recopiló en su libro "La leyenda dorada" una serie de relatos sobre la vida de los santos.
En uno de esos relatos se cuenta la bárbara represalia que el emperador Teodosio ordenó contra los habitantes de Tesalónica, como castigo por haber apedreado a los jueces de la ciudad. Teodosio mandó matar a 5.000 hombres, sin hacer ninguna distinción entre inocentes y culpables, con el fin de dar un escarmiento que los tesalonicenses no pudieran olvidar.
Poco después, cuando se hallaba de paso en Milán, quiso el emperador Teodosio acudir a la catedral a escuchar misa, pero San Ambrosio, el arzobispo de la ciudad, le salió al encuentro y le cerró el paso, dirigiéndose a él en estos términos:
"Emperador, ¿cómo puedes ser tan enormemente presuntuoso, después de haberte dejado llevar por aquel arrebato de ira? ¿Acaso te ciega tu cargo hasta el punto de no ser consciente del pecado que has cometido? Es verdad que eres príncipe, pero príncipe significa el primero, no el amo. No eres el amo de los demás hombres, sino sólo el primero de ellos. Y si es verdad que ellos son siervos, siervo eres tú también, el primero entre los siervos. ¿Cómo te atreves a intentar mancillar la casa de Dios? ¿Cómo pretendes entrar en Su casa con las manos manchadas de sangre? ¡Aléjate de aquí! ¡No se te ocurra añadir a tu pecado anterior un segundo pecado de sacrilegio!".
Teodosio, al oír aquellas palabras, renunció a entrar en la catedral, no volviendo a ser admitido en la iglesia hasta que no cumplió la penitencia que San Ambrosio le impuso.
Esta semana se ha celebrado el desfile de la fiesta nacional del 12 de octubre, en el que Zapatero ha cosechado una colección de abucheos aún mayor que el año pasado, que ya fue de buena cosecha.
Tan sonora ha sido la prolongada pitada que no ha habido manera de ocultarla, a pesar de los ímprobos esfuerzos realizados para alejar lo más posible al público de la tribuna de autoridades.
Más alarmados por la publicidad del asunto que por la pitada en sí, los miembros del Gobierno y destacados representantes del Partido Socialista han salido en tromba a afear la conducta a los abucheadores, diciendo que ese comportamiento constituye una falta de respeto para con la fiesta nacional, para con el himno español y para con el homenaje a los caídos.
¿Una falta de respeto a la Nación, al himno y a los caídos? ¡No, hombre, no!
Lo que mancilla la interpretación del himno nacional, lo que deshonra la ofrenda a los caídos por España, lo que constituye una ofensa a la Nación es la presencia en el acto de un presidente para quien la Nación es un concepto discutido y discutible
De un presidente que no tiene reparos en negociar con quienes han asesinado a tantos de aquellos a los que se dirige precisamente la ofrenda a los caídos.
De un presidente que ha conseguido que España sea el perfecto hazmerreír en la escena internacional.
De un presidente que consiente que sus socios de gobierno en Cataluña organicen referendos de secesión ilegales.
De un presidente que permite que se niegue a los españoles la posibilidad de educar a sus hijos en su propia lengua.
De un presidente que tolera que se sancione a los comerciantes por usar el idioma oficial de la Nación en su negocio privado.
De un presidente que sobrevive a base de malvender los restos de esa Nación a cambio de apoyos parlamentarios.
De un presidente que ha destruido la igualdad de los españoles ante la Ley con el Estatuto de Cataluña.
De un presidente que permite que en ayuntamientos gobernados por su partido se menosprecie a los símbolos nacionales.
De un presidente que tiene ministros que no dudan en reclamar nuevos estatutos identitarios para Galicia.
De un presidente que nombra ministra a quien tuvo las santas narices de manifestarse por las calles de Barcelona en apoyo de un actor que acababa de decir que nos metiéramos a España por el puto culo.
De un presidente que ha faltado a la legalidad y a su propio juramento al destruir la Constitución a la que le debe su cargo.
¿Cómo se atreve usted, señor Zapatero, a asistir a ese acto?
¿Cómo se atreve usted a añadir a sus pecados de lesa nación, el sacrilegio de deshonrar con su presencia el homenaje que a esa Nación, y a los caídos por ella, se hace?
Es usted, y no quienes le abucheaban, el que deshonra con su presencia un acto que debería servir para que rindan homenaje a su nación aquellos que creen en ella, lo cual no es su caso.
Es usted, y no quienes le abucheaban, el que mancilla con su presencia la interpretación de un himno nacional al que sus socios parlamentarios ofenden cada vez que tienen ocasión.
Es usted, y no quienes le abucheaban, el que mancha una ceremonia que está pensada para que recuerden a sus caídos aquellos para los que el sacrificio personal de esos caídos tiene algún significado, significado que a usted se le escapa.
¿Sabe cuál es la principal diferencia entre usted y el emperador Teodosio, señor Zapatero? Pues que al menos el emperador, disfrutando como disfrutaba de un poder omnímodo, guardaba aún respeto por ciertas cosas. Y es ese respeto el que permitió a San Ambrosio prohibir la entrada en la catedral al emperador.
Pero usted, señor Zapatero, no respeta nada. No hay nada que ningún hipotético San Ambrosio pudiera invocar para disuadirle de profanar un acto que no está pensado para usted. Porque usted no se detiene ante nada.
De ahí que a los ciudadanos no les quede otro recurso que el abucheo, para ver si usted se entera de que al homenaje a la Nación no tiene sentido que asista quien se comporta como un enemigo de la Nación y está dispuesto a pactar incluso con quienes asesinan, secuestran y extorsionan para tratar de causar daño a esa Nación.
Espero que el año que viene no tenga usted la desvergüenza de asistir al acto. Porque ni la Nación, ni sus símbolos, ni los muchos españoles que han dado su vida por esa Nación y por sus símbolos, se merecen que usted les deshonre con su presencia.
Con dos mandatos basta
Editorial www.gaceta.es 17 Octubre 2010
Zapatero está literalmente agotado políticamente y nada en el descrédito. Aznar supo desde el primer momento predicar con el ejemplo.
Los tambores de guerra que suenan dentro del PSOE tras el batacazo que los de Zapatero se dieron en las primarias madrileñas empiezan a tocar a duelo. El hasta ayer líder indiscutible se encuentra en almoneda. Lo que empezó José María Barreda, poniendo en duda sus cualidades y pidiendo que abandone la escena lo antes posible, se ha convertido en un clamor dentro del partido, más temeroso que nunca de perder las elecciones y, con ellas, el poder, y en un clamor nacional tras el vergonzoso pacto con el PNV en el que ha desembocado la desesperación del presidente.
El que más envalentonado anda es el triunfador de las primarias, Tomás Gómez, sabedor de que es el único que ha echado un pulso a Zapatero y lo ha ganado. El candidato madrileño no pide la jubilación anticipada de Zapatero, sino su retiro voluntario tras los próximos comicios. Sin ira, sin venganza, simplemente por haber culminado dos mandatos completos, tiempo de sobra suficiente para completar un ciclo en el poder. De este modo, la sombra de José María Aznar aletea tenebrosa sobre la cabeza del presidente del Gobierno, que, de hacer lo que pide Gómez, tendría que dejar la política mucho antes de lo que tenía pensado.
El hecho es que la propuesta de Gómez, limitar por ley a un máximo de dos mandatos ciertos cargos como el de presidente del Gobierno, es una de las asignaturas pendientes de la democracia española, al menos desde que Felipe González encadenase cuatro mandatos seguidos y aspirase al quinto en unas elecciones que perdió por la mínima. Aznar supo desde el primer momento predicar con el ejemplo y se autolimitó buscándose un sucesor y, acto seguido, retirándose de la vida política activa. Con Zapatero, sin embargo, todo parece indicar que nos encontramos ante una reedición –corregida y aumentada– del peor felipismo.
Pretende atornillarse al poder y emular al que un día fue su ídolo revalidando de nuevo la mayoría en 2012 y, si llega, en 2016. Sería una tragedia que esto sucediese. Zapatero está literalmente agotado políticamente y nada en el descrédito. Pero aunque no fuese así, no sería bueno que se presentase otra vez. La reelección indefinida suele derivar en tiranía y la reclusión prolongada en La Moncloa, cuya sintomatología está perfectamente estudiada desde tiempos de Adolfo Suárez,
tiene malévolos efectos en todo el sistema y es letal para las instituciones democráticas. No hay nación cuyas libertades no se resientan cuando el que está en el poder lo trata a título patrimonial, por mucho que las urnas le hayan sido propicias una vez tras otra.
Existe una relación que no falla entre niveles de clientelismo y permanencia en el cargo. Al saber que la ley les permite estar indefinidamente en el cargo, los gobernantes desatienden las prácticas democráticas y tratan de perpetuarse en el poder. Para conseguirlo harán uso de cualquier medio, incluidas la mentira, la manipulación y la conculcación de derechos.
En definitiva, el poder político es un caramelo demasiado apetitoso como para dejarlo en manos de una sola persona durante mucho tiempo. Muchos son los países que han adoptado leyes de limitación de mandatos. Estados Unidos quizá sea el más célebre, pero no es el único. En Chile, por ejemplo, desde la recuperación de la democracia los presidentes sólo pueden serlo por un mandato.
Durante ese tiempo tienen que sacar adelante un proyecto político de medio plazo y formar a un sucesor para que lleve adelante los de largo plazo. Chile no se ha arrepentido de hacerlo y hoy, con Sebastián Piñera, llevan ya cinco presidentes de diferentes partidos. Quizá de nuestros hermanos del Sur deberíamos aprender más de lo que pensábamos.
El precio de un año
La opinión de Cefas La Razón 17 Octubre 2010
Zapatero ha conseguido la estabilidad parlamentaria que necesitaba para agotar la legislatura. El problema reside en que el precio es tan elevado que nunca lo tendría que haber pagado. Desde hace años, el nacionalismo vasco quería conseguir una serie de competencias que le permitían casi completar el desarrollo estatutario y reducir la presencia de España en el País Vasco. Ni González ni Aznar aceptaron hacer las transferencias con el contenido y la forma que pretendía el PNV. Al final lo ha conseguido. Es la forma que tiene de negociar: la perseverancia. No tiene prisa. Se sienta e insiste hasta que llega su oportunidad y aprovecha la debilidad del rival para avanzar hacia su meta a largo plazo, que no es otra que avanzar hacia la independencia. Esto explica por qué estando en la oposición en el País Vasco está tan satisfecho por conseguir estas transferencias cuando al frente del gobierno está Patxi López, el gran perdedor de la negociación que le ha permitido ganar un año a Zapatero.
Chantajeable
JOSÉ MARÍA CARRASCAL ABC 17 Octubre 2010
CON la compra de los votos del PNV, José Luis Rodríguez Zapatero ha sido desleal, primero, con España, luego, con su partido, y por último, consigo mismo. Aunque para ser desleal hay que creer en algo, y Zapatero cree, todo lo más, en él. Sobre la nación española ya sabemos lo que piensa: «es un concepto discutido y discutible», o sea, dudoso. Sobre el partido socialista, ya le hemos visto tirar por la borda sus principios en cuanto se lo ordenaron desde fuera, y en cuanto a sí mismo, ahí lo tienen asentando una puñalada en la espalda a Patxi López, tras intentar hacerlo con Tomás Gómez, como si fuera la cosa más natural del mundo, lo que nos da el perfil de su carácter. Y, encima, quieren prohibir que no se le abuchee. Cuando lo está pidiendo a gritos.
El «pacto» con el PNV que acaba de firmar para salvar los presupuestos no es el primero ni será el último que firma para salvarse él. Ya el año pasado firmó uno parecido, costándonos un ojo de la cara, y seguirán otros porque a estas alturas, Zapatero es un hombre chantajeable, como sabe todo el mundo, empezando por los que intentan sacar tajada de España. ¿Por qué creen ustedes que Mahomed VI, Chávez, Caruana, se permiten últimamente insultarnos, ultrajarnos, desafiarnos?
Porque saben que al frente tenemos un hombre capaz de darles todo, de enajenarlo todo con tal de seguir en el poder. Y nadie lo sabe mejor que el PNV, que le tiene tomadas las medidas, y esta vez se ha llevado el fuero y el huevo, pues a los 470 millones de euros por sus 7 votos —47 millones por voto— se añaden las 20 transferencias y la propina de cambiar los nombres oficiales de las tres provincias vascas. ¿Llegarán a ellas las cartas dirigidas con el viejo nombre? ¿Habrá que cambiar «vizcaíno» por «bizkaino» en El Quijote para designar al gallardo caballero que mantuvo un duelo con el héroe de La Mancha? ¿Y qué pasará cuando el resto de las autonomías pidan lo mismo? Luego se quejan cuando se le acusa de estar recreando los Reinos de Taifas. Claro que tampoco tiene ningún reparo en envolverse en la bandera española e incluso en esconderse detrás del Rey.
De todas sus deslealtades, la mayor es la que acaba de perpetrar con el único logro alcanzado durante su mandato, y eso, sin su colaboración: haber desalojado del poder a los nacionalistas en el País Vasco, encauzándolo hacia la paz, la igualdad y la justicia. Para pactar ahora con esos nacionalistas a espaldas de quienes lo consiguieron. Se ve que no le gustaba demasiado.
¡Y pensar que todo podía haberse evitado si el PP hubiese tenido la visión, generosidad y coraje de haberle prestado ocho votos para que no tuviera que someterse al chantaje! Aunque vayan a saber si los hubiese aceptado.
¿Una política anti-ETA en manos del PNV?
Los Puntazos La Razón 17 Octubre 2010
La letra pequeña del compromiso entre el Gobierno y el PNV contempla el diseño de la hoja de ruta para el final de ETA. Conocidas las posiciones de unos y otros, y los precedentes de la negociación con la banda, el panorama es preocupante. Los nacionalistas se oponen a la actual política antiterrorista y a la Ley de Partidos, y quieren a Batasuna en las instituciones. Además de Patxi López, el PP también se ha quedado fuera. Sería imperdonable repetir los errores del pasado que costaron vidas.
Los políticos españoles merecen la repulsa masiva del pueblo
Francisco Rubiales Periodista Digital 17 Octubre 2010
Los políticos españoles y, de manera especial, los que gobiernan, se merecen, sin la menor duda, la repulsa masiva del pueblo y el desprecio activo de los ciudadanos. Y la merecen no sólo porque han gobernado mal y porque su liderazgo, marcado por el error, el despilfarro, la arrogancia y la mentira, esté conduciendo a España hacia el fracaso y la pobreza, sino porque han perdido la sensibilidad y el alma, porque están tan aislados y endiosados que son incapaces de ver la magnitud del malestar que hay en la calle.
Ante una protesta masiva y estridente, como la que se produjo en el Paseo de la Castellana, el día 12 de octubre, sólo se les ha ocurrido pensar que el pobre presidente el gobierno ha sido ofendido, o que el momento era demasiado solemne para gritar. Hasta el rey, que al perder reflejos por la edad está perdiendo también la sensibilidad popular y el sentido de Estado que demostró tener en el pasado, ha lamentado las protestas en lugar de reflexionar sobre el estado de desesperación que deben tener los ciudadanos cuando se atreven a gritar ante la autoridad revestida de todo su poder, en un momento tan solemne y significativo.
Lo fácil es pensar que se trataba de agentes de la extrema derecha, o de acusar a la oposición de alentar la protesta. Lo difícil es admitir la verdad: que los españoles estamos tan cansados, tan hartos de ineficacia, de privilegios inmerecidos, de arrogancia y de ese mal gobierno que nos está llevando hasta el matadero, que somos capaces ya de protagonizar protestas de gran fuerza y vehemencia.
A los gobernantes más lúcidos se les ha ocurrido decir que "los políticos deben soportar las protestas populares", cosa cierta, pero ni siquiera a ellos han afrontado la esencia del problema: ¿Que está pasando en España para que los ciudadanos griten contra sus gobernantes y empiecen a odiarlos?
El balance de los actuales políticos españoles es sobrecogedor: han creado una sociedad sin valores, en retroceso, frustrada e infeliz, que les rechaza a ellos y que está perdiendo el respeto y el aprecio por la democracia. Hasta están consiguiendo que muchos demócratas recuerden el "franquismo" con añoranza. Desde el primero hasta el último, incluyendo a la oposición y al siniestro nacionalismo radical, son, sin la menor duda, una generación política amortizada, una casta política fracasada y merecedora de desprecio.
El grado de desesperación y de angustia de la población española es mil veces más alto de lo que el rey, Zapatero y su gobierno creen. Ellos, que viven en sus burbujas de lujo, con dinero público abundante, rodeados de seguridad, asesores que les adulan y privilegios similares a los que disfrutaban la nobleza y el clero en el "Antiguo Régimen", están ciegos y no saben ver el drama que se despliega en su entorno, en una España donde han cerrado más de un millón de buenas empresas, donde hay cinco millones de personas que quieren y no pueden trabajar, la España de los desaucios diarios de viviendas que no se pueden pagar, plagada de padres que se avergüenzan ante sus hijos porque no tienen dinero para alimentarlos, la España de las colas en los comedores de caridad, la del auge de Cáritas, la España que vuelve a emigrar y la que ha aprendido a odiar a sus políticos y a la misma política, un drama de consecuencias graves que nuestro país pagará durante muchas décadas de su futuro.
Parece mentira que sean tan obtusos y arrogantes, tan estúpidos y ciegos que no sean capaces de percibir la importancia de que la clase política aparezca en las encuestas como el tercer gran problema del país, por delante del terrorismo, por delante del problema de la vivienda, por delante de la violencia y de la inseguridad. La opinión negativa que los españoles tienen de sus gobernantes es causa más que suficiente en democracia para que se convoquen elecciones anticipadas.
El rey, Zapatero, su gobierno y su inmensa corte de subsidiados, ciegos y alienados, deberían saber que están jugando con fuego, que han fracasado, que les ha llegado la hora de retirarse y que, antes de que sean forzados a hacerlo por disturbios y altercados, deberían dejar paso a otra sangre nueva, más sensible, más próxima al pueblo y a sus problemas, más ética, menos habituada a convivir con la corrupción y, sobre todo, más demócrata.
PD: Uno de los lectores de Voto en Blanco, que presenció el desfile, asegura que el vehículo de la princesa también fue pitado y abucheado, pero ningún medio se ha atrevido a decirlo.
Voto en Blanco
El PSC censura su política lingüística
Los Puntazos La Razón 17 Octubre 2010
Ante el sombrío horizonte que dibujan las encuestas, el PSC parece dispuesto a reinventarse. Sólo así se entiende que en su programa electoral los socialistas catalanes se desmarquen de las sanciones lingüísticas y propugnen un fomento del catalán alejado «de la coacción y del enfrentamiento». Es decir, que el partido que pide ahora un debate con CiU en castellano y acude a la Fiesta Nacional en Madrid censura la política lingüística que ha llevado a cabo como Gobierno. Hace bien en rectificar.
Los “otros fenómenos terroristas” de España
Manuel Cerdán www.gaceta.es 17 Octubre 2010
Lo que muchos denominan “terrorismo de baja intensidad” no deja de ser terrorismo y sus autores lo que buscan es sembrar el terror. Durante 2009 se produjeron en Galicia 10 “acciones terroristas” contra periodistas, entidades bancarias y Fuerzas de Seguridad del Estado. Lo sorprendente es que los autores de estos atentados sigan libres y ninguno de ellos haya sido detenido todavía.
El hombre/mujer del tiempo siempre que aparece delante del croma televisivo nos recuerda que las borrascas llegan del Atlántico a la Península por Galicia y desde allí se extienden a la meseta y a otras zonas geográficas. Pero hay otro tipo de tempestades que también nos llegan de tierras célticas, a tenor de lo expuesto por la Fiscalía de la Audiencia Nacional en su última Memoria sobre 2009. Y esas amenazas nada tienen que ver con las inclemencias meteorológicas, sino más bien con el terrorismo. Sobre un tipo de terrorismo que algunos llaman, equivocadamente, “de baja intensidad”, porque no deja de ser terrorismo y sus protagonistas lo que buscan es sembrar el terror. La Fiscalía de la Audiencia Nacional lo cataloga con acierto como: “Otros fenómenos terroristas”.
Ha sido como un goteo, que ha pasado desapercibido en la mayoría de los medios de comunicación, pero que ha despertado preocupación en los fiscales que se dedican en la Audiencia Nacional a investigar el terrorismo.
Durante 2009, según la Memoria, se produjeron 10 “acciones terroristas” en Galicia –así las califica–, cinco más que en el año anterior. La mitad de los atentados se perpetraron en Pontevedra (dos contra sucursales bancarias, uno contra un concesionario de automóviles y dos contra un cuartel de la Guardia Civil y las oficinas de la Policía Local). Cuatro de las operaciones terroristas se ejecutaron en la provincia de La Coruña (dos en sucursales bancarias y otras dos en el domicilio de un columnista de La Voz de Galicia). Las acciones contra el compañero periodista no tenían ninguna gracia. Primero le lanzaron un cóctel molotov contra su jardín y después le quemaron un neumático junto a la rejilla de los contadores de luz, gas y agua. La Policía encontró en el buzón de su casa unos panfletos llamando a “la lucha contra los opresores gallegos” con la siguiente leyenda en gallego: “Stop. A repressom, denantes mortos que esclavos, viva Galiza ceive”. ¿Antes muertos que esclavos? Valiente majadería decimonónica. La décima acción terrorista se llevó a cabo en Lugo, en la entrada de una academia especializada en la preparación de funcionarios de Policía.
Lo sorprendente es que ninguno de los autores de los atentados haya sido detenido. Los activistas siguen libres con sus cócteles molotov y las latas de gasolina practicando lo que algunos consideran simples acciones callejeras de la chiquillería pero que, en realidad, ponen el peligro muchas vidas humanas. No es una broma. Es terrorismo. Estos son los detalles de una de sus acciones: en una sucursal de Caixa Galicia provocaron una explosión con un artefacto compuesto por pólvora que provocó daños en el inmueble y en varios vehículos estacionados en sus proximidades. Un tipo de acción incontrolada que podía haber provocado la muerte a los operarios de la entidad crediticia o a sus usuarios.
Los fiscales de la Audiencia Nacional adelantan que, si los autores de los atentados no son detenidos, todo indica que en un futuro “se observará una mayor complejidad y sistematización” en sus acciones violentas. El grupo Resistencia Gallega describió cuáles eran sus objetivos: “Instituciones bancarias, transnacionales, empresas expoliadoras de recursos energéticos, fuerzas de ocupación, proyectos y empresas vinculadas a la turistificación, obras públicas agresivas con la tierra, medios de comunicación al servicio del Estado, partidos políticos españolistas, empresas esclavistas, inmobiliarias…”. Todo un sarampión al estilo guerrillero bolivariano, pero que hay que afrontar con seriedad.
Si las acciones terroristas en Galicia han sido de corte independentista, según la Memoria de los fiscales, hay otras que se han ejecutado en Barcelona con el sello de “anarquismo insurreccionalista”. Una de las reivindicaciones finalizaba con el texto: “Muerte al Estado y viva la Anarquía”. También se han producido otras en Madrid, León, Córdoba, Guadalajara, Valencia y Sevilla. La Policía sospecha de pequeñas células formadas por jóvenes anarquistas que se relacionan con ese submundo antisistema –también antiglobalización y okupa– que se ha ido pergeñando en las grandes ciudades, principalmente en Madrid y Barcelona. No existe una red organizada, pero sí se comunican y se concentran en eventos muy determinados, como en la anterior jornada de huelga general o en las reuniones del G-8 y del G-20.
Para los fiscales, persisten circunstancias que motivan ese tipo de atentados anarcoinsurreccionalista y “es previsible la continuación de ese tipo de acciones en el futuro”. Eso sí, los expertos adelantan que no ha fructificado el intento de creación de un colectivo de presos anarquistas a semejanza del existente en los presos de ETA. Pero advierten de que los grupos anarquistas poseen más conexiones internacionales que ETA, que se aglutina “en torno a las figuras de presos considerados referenciales en cuanto a su capacidad ideológica”.
Está claro que, si no se ataja ese fenómeno y no se corta de raíz, corremos el riesgo de que se grapice –no sé si es correcto el palabro–, es decir, que los insurreccionalistas degeneren en un tipo de Grapo que practique el terrorismo urbano. Recientemente, hemos asistido en Cataluña a experimentos similares conectados de manera nostálgica a la desaparecida Terra Lliure. Grupos de jóvenes independentistas y anarquistas que juegan a terroristas llevando a cabo acciones contra bancos o edificios públicos con pequeños artefactos o cócteles molotov, que nada tienen de inofensivo.
La violencia callejera de los antisistema en las calles de Barcelona durante la jornada de huelga general es un primer paso para la formación de grupúsculos que acaban ejecutando acciones terroristas. La algarada barcelonesa delataba, por cómo fue ejecutada, que no era una acción aislada y espontánea. Los expertos coinciden en que respondía a un plan premeditado y coordinado desde la clandestinidad por un staff organizado. Los Mossos d’Esquadra, ya que disponen de su propio servicio de información, tienen ahora la obligación de desarticular esa red o pueden acabar en “otro fenómeno terrorista” como el de Galicia.
Los servicios sociales de los ayuntamientos y la Policía Municipal tienen asimismo la obligación de investigar si las subvenciones que conceden muchos municipios a determinados movimientos juveniles son destinadas a fines espurios. En Barcelona muchos de los jóvenes okupas que habían ocupado por la fuerza el edificio de Banesto, en la mismísima plaza de Cataluña, se habían beneficiado de esas ayudas. En el abandonado inmueble bancario, los okupas montaron su cuartel general y desde allí emprendieron la lucha callejera contra las Fuerzas de Seguridad y el destrozo de la ciudad.
Curiosamente, a pesar de la extrema violencia con la que actuaron, como se pudo ver en las imágenes de televisión, sólo fue detenida una veintena de agitadores. Al día siguiente, la mayoría quedó en libertad. Como sucede con los piquetes en las jornadas de huelga, la violencia les sale gratis a los violentos. Me cuenta un fiscal que algunos de esos descerebrados del cóctel molotov presentan un reguero de antecedentes que pone a uno los pelos de punta, como los de los punkis.
Esto ya no es cosa de un Cojo Manteca, incontrolado, que en una manifestación destroza a golpes una cabina de teléfono o quema con una caja de cerillas una papelera urbana. Aquí nos enfrentamos a algo más serio. Se trasluce la existencia de grupos organizados que hoy te lanzan una botella incendiaria, te mandan un paquete bomba o queman un cajero automático, pero que mañana –por el mismo procedimiento– pueden subir un peldaño en la escalada de terror y producir una zapatiesta.
En la Memoria de la Fiscalía de la Audiencia Nacional también se dedica una especial atención a la violencia callejera de los jóvenes seguidores de ETA y al Grapo. Sobre la primera, los fiscales concluyen que su actividad ha descendido en los últimos meses gracias a la respuesta policial y judicial. Con respecto al Grapo destacan la eficacia de las Fuerzas de Seguridad y afirman que “la extrema debilidad y práctica desarticulación de esta organización terrorista ha permitido neutralizar el riesgo que presentaba”. Por tanto, descartan la recomposición del grupo y dan por concluida su amenaza para la seguridad.
La Policía debe emplear la misma eficacia contra los anarcoinsurreccionalistas y los independentistas, ya sean gallegos o catalanes. Veremos en la Memoria del año que viene.
Integración escolar
EDITORIAL El Correo 17 Octubre 2010
El hecho de que medio centenar de colegios e institutos del País Vasco alberguen a más de un 30% de alumnos extranjeros compromete, en teoría, el objetivo de integrar socialmente a estos menores. Pero los notables resultados académicos y de convivencia obtenidos por centros que concentran porcentajes aún más elevados impiden, en la práctica, aplicarles una etiqueta de guetos que resultaría ofensiva. Y avalan la opinión de los expertos de que es el éxito escolar, la conclusión de los estudios por parte de unos chavales que parten en franca desventaja respecto a sus compañeros autóctonos, lo que ofrece la verdadera medida de la deseable integración. Al señalar el elevado número de estudiantes foráneos en la enseñanza en castellano, las agrupaciones de familias no hacen sino apuntar una de las disfunciones que genera un sistema de modelos lingüísticos sometido ya a revisión. Con todo, los padres tampoco pueden desentenderse de su generalizada negativa a enviar a sus hijos a aulas con alta tasa de compañeros inmigrantes; una decisión que pretende huir de una conflictividad no contrastada por la realidad. Evitar la concentración no parece tan útil como continuar proporcionando los recursos necesarios para que todos los alumnos, también los que han llegado de fuera, completen su formación de la manera más satisfactoria.
La enfermedad española
Jesús Cacho. El Confidencial 17 Octubre 2010
El comportamiento de nuestra clase política refugiándose en las medias verdades (cuando no mintiendo descaradamente), negando la evidencia (crisis económica), dando esquinazo a los asuntos capitales (necesidad de una reforma constitucional que, además de democratizar el sistema, reordene los poderes del Estado recuperando para el Gobierno central parte de las competencias transferencias), aferrándose al poder a costa de “deshacer país” (pacto con el PNV) y gesticulando en plena vía pública (la vicepresidenta del Gobierno con la presidenta del Constitucional durante el desfile del pasado año, o el alcalde de Madrid y el presidente del Gobierno este último), le ha llevado a ocupar el tercer puesto en el cuadro de honor de las preocupaciones nacionales, junto al paro y la recesión económica. Nuestros políticos son vistos hoy como una parte del problema de España, no como la solución. La crisis de los partidos –su divorcio con el principio de funcionamiento democrático que impone la Constitución- está en la raíz del agotamiento del régimen y son el gran obstáculo que se yergue a la hora de abordar esa reforma constitucional que cada día más ciudadanos reclaman como condición sine qua non para abordar un saneamiento global de nuestra democracia. Los partidos son los grandes enfermos de un sistema enfermo, necesitado de urgente cirugía si quiere adentrarse en el siglo XXI con posibilidades de procurar riqueza y empleo –bienestar- para todos sus hijos.
Dice Gilbert K. Chesterton en su Defensa de los pelmazos que para explicar el choque entre los intereses y emociones de esa pequeña elite [Juan Carlos I, Zapatero, Rajoy, Rubalcaba, Blanco y tal vez alguno más] donde se fabrican las políticas que luego procurarán el beneficio o la miseria de la mayoría, serían necesarias la pluma de Balzac para describir adecuadamente sus caracteres y la caridad ética de Spencer para definir sus planteamientos, aunque sólo un Shakespeare podría interpretar cabalmente sus emociones y sólo Dios juzgar sus almas. Entre las verdades –realidades- que nuestros políticos se niegan a proporcionarnos figuran cuestiones que en nuestro país se han considerado erróneamente en el ámbito de lo privado y que en algunas democracias avanzadas son de obligado cumplimiento en tanto en cuanto susceptibles de afectar a los gobernados. Me refiero a la situación de alguno de tales personajes, su verdadero estado de salud, su tránsito mental y/o psíquico, incluso su equilibrio moral. ¿Tenemos, por ejemplo, derecho a conocer el verdadero estado de salud de nuestro Rey o no estamos preparados para ello? ¿Cuál es el estado anímico y/o psíquico de Rodríguez Zapatero? ¿Controla la situación o es la situación quien le controla a él?
El ex ministro de Asuntos Exteriores británico David Owen, en su libro In Sickness and in Power. Illness in heads of government during last 100 years, afirma que es preciso animar a las democracias a promulgar leyes que hagan obligatoria la valoración médica independiente de todos los representantes políticos, en lugar de dejarlo al albur de la investigación periodística. Y cita algunos ejemplos: en 1945, Winston Churchill se habría reído de cualquier diagnóstico alarmista sobre su estado físico apareciendo en público con su grueso habano en los labios y una copa de brandy en la mano. Pero en 1953, una valoración independiente sobre su salud hubiera revelado el gravísimo ataque cardiaco que acababa de sufrir y que lo convertiría en una sombra de lo que había sido. Lord Moran, su médico personal, ¿se debía al interés del inquilino de Chartwell House o al mayor interés de la Gran Bretaña?
En 1996, el doctor Gubler, médico personal de François Miterrand, a quien hacía tiempo habían diagnosticado un cáncer de próstata, dijo que la revelación pública del verdadero estado de salud del presidente habría violado la confidencialidad médica, pero reconoció que se había visto atrapado entre dos códigos de honor, asumiendo que había firmado boletines médicos que no eran veraces. También ahora, el Dr. Laureano Molins, del Hospital Clinic de Barcelona, dijo en mayo pasado, ante decenas de periodistas, que “El Rey no tiene cáncer de pulmón”. Y hay quien sostiene que el sobrino de López-Rodó, ministro de Franco, dijo la verdad, pero no toda la verdad. El propio Monarca se encargó el martes, en la recepción ofrecida en el Palacio Real con motivo del 12 de octubre, de bromear al respecto y pedir que le dejaran en paz, pero las cámaras de televisión, que no mienten, mostraron durante el desfile militar a un hombre hinchado, muy grueso, que mantiene el equilibrio con dificultad y que produce la angustiosa impresión de ir a desplomarse de un momento a otro cuan largo es. La salud del Rey se ha convertido en motivo de cábala diaria en las cúpulas de los grandes partidos, preocupados por lo obvio: lo que menos necesita ahora un país cuyos problemas surgen a borbotones es tener que hacer frente a un relevo en la jefatura del Estado.
Relevo al frente de un gran banco español
De la próstata de un prominente banquero se habla también en privado desde agosto pasado. El personaje, que siempre ha hecho gala de una excelente forma física, ha sido sometido a radiación para acotar el problema y, aunque no es en absoluto grave –de hecho podrá vivir muchos años con el adecuado tratamiento- se habla ya de que el gran cambio podría producirse a mediados de 2011. Y será un relevo doble, una reedición del felipista “dos por el precio de uno” (en alusión a Alfonso Guerra), porque la heredera ya ha mostrado en privado sus cartas con absoluta rotundidad: “cuando me toque asumir la responsabilidad, lo haré con mi propio consejero delegado… Etapa nueva, partido nuevo y no herencias viejas”. Un relevo que marcará un hito en la historia de la gran banca española.
¿Cuál es la verdadera salud mental de nuestros gobernantes? ¿Sufren el síndrome de Hubris -desprecio por los consejos de sus asesores, exagerada confianza en sí mismos y alejamiento progresivo de la realidad- que padecieron Bush, Blair y Aznar?
Estado físico y trastornos emocionales. ¿Cuál es la verdadera salud mental de nuestros gobernantes? ¿Sufren el síndrome de Hubris -desprecio por los consejos de sus asesores, exagerada confianza en sí mismos y alejamiento progresivo de la realidad- que padecieron Bush, Blair y Aznar? Según el citado Owen, en su día fueron numerosas las conjeturas formuladas en torno a la posibilidad de que Bush padeciera el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), mal caracterizado por la incapacidad para mantener la atención/concentración de quien lo padece. Es, además, uno de los trastornos psiquiátricos que suele provocar el abuso de determinadas sustancias, tal que el alcohol. Según el New York Magazine del 5 de febrero de 2007, los psicoanalistas -diagnóstico que fue aceptado por la American Psychological Association (APA)- afirmaron que Bush poseía un síndrome psicológico-conductual muy complejo, un trastorno de personalidad narcisista. ¿Cuál es la “enfermedad” que aqueja a Zapatero? ¿Cómo es el estado mental de un hombre a quien, en plena calle y mientras discutía con Ruiz-Gallardón, se le vio superado por el cargo, avejentado hasta lo indecible? ¿Cómo explicar esas pulsiones que le llevan de estados de aparente euforia a situaciones depresivas casi sin solución de continuidad, y qué importancia tiene ese anímico equilibrio inestable en la gobernación de un país que ahora reclama toda la concentración, el temple y la sapiencia del mundo?
Dicen que Zapatero sigue muy afectado por la situación creada en torno a su hija mayor, Laura, a la que el presidente profesa una admiración ilimitada a cuenta de su izquierdismo y con la que ha establecido estrechos vínculos de complicidad al margen de Sonsoles Espinosa. Sabedora de su fuerza, la niña ha reiterado al padre su deseo de que deje la política y salga de Moncloa, un lugar que odia y ella misma ha abandonado, “porque ya le has dedicado a España ocho años de tu vida”, y el padre duda, ponderando la posibilidad de que la infanta vuelva al redil si cumple esa exigencia vecina al chantaje. La cuestión no pasaría de ser un conflicto familiar más entre los millones que se suceden a diario de no ser porque, aseguran fuentes muy bien informadas, ha sido esta disputa la que ha disparado las maniobras dentro del propio Gobierno por la sucesión, “porque si Zapatero tira la toalla, alguien tendrá que sucederle”, y de ese interrogante ha surgido frondosa la alianza estratégica entre un José Blanco que se haría cargo de la dirección del partido, y un Alfredo Pérez Rubalcaba, siempre el hombre mejor informado gracias a SITEL, como candidato a la presidencia del Gobierno.
Zapatero y el chalé en las afueras de León
De ahí, también, las primarias que acaban de celebrarse en Madrid, que no perseguían otra cosa que el control del PSM. No es la única operación en marcha. No contará el dúo con alfombra roja para hacerse con el poder si finalmente ZP decidiera refugiarse en el chalé que se está construyendo en las afueras de León. Es la enfermedad de un PSOE que en 2004 se dio de bruces con el Poder cuando menos lo esperaba y sin haber completado su travesía por el desierto de la oposición, algo que hubiera permitido madurar a un ZP entonces muy verde, falto de hervores varios. El cáncer que hoy amenaza al PSOE es, por eso, la recidiva de una dolencia vieja, la de un partido que, desnortado tras los episodios de Borrell, Almunia y demás compañeros mártires, no resolvió adecuadamente sus problemas internos y sobre el que hoy pende la amenaza de una debacle electoral que podría mantenerlo postrado en la oposición por muchos años. ¿Quién sucederá a ZP? Tras el previsible varapalo de las catalanas, será necesario esperar a unas autonómicas y municipales de mayo próximo en las que el PSOE podría sufrir un duro castigo. Si tal ocurriera, no será Zapatero y sus cuitas con Laura quienes tomen la decisión de viajar a León: serán los barones del partido quienes le despojen del cargo con violencia y en evitación de males aún mayores.
PSOE enfermo; sindicatos también enfermos, contaminados por años de compadreo con una Moncloa convertida en fábrica de producir parados, e instituciones igualmente dañadas
PSOE enfermo; sindicatos también enfermos, contaminados por años de compadreo con una Moncloa convertida en fábrica de producir parados, e instituciones igualmente dañadas –pitos a Zapatero; quema de retratos del Rey-, con el prestigio por los suelos, porque ellas mismas no se han hecho respetar. Y no hay milagro económico a la vista capaz de rescatar a España y a los españoles del castigo de años de estancamiento por delante. El PIB muestra encefalograma plano para el resto de la Legislatura (crecimiento del 0,5% en el mejor de los casos para 2011), con riesgo de que los mercados vuelvan a darnos otro susto (la banca española tiene 88.000 millones de euros de deuda portuguesa en sus balances). Estancamiento a palo seco, pues, con tasas de paro por encima del 20%. En este marco, la decisión de ZP de resistir hasta el final merced al apoyo puntual de un partido que no está interesado sino en la ruptura del actual marco constitucional es un ingrediente más del drama de un país que puede llegar a marzo de 2012 exhausto o, aún peor, exánime. Vale el verso que escribiera León Felipe: “No hay más que una causa: la del hombre. Y, por ahora, la de la miseria del hombre”.
Queda un PP asimismo dañado en la raíz, aunque la creciente cercanía al Poder sea capaz de poner sordina en los conflictos internos que le afligen. España necesita a Rajoy y Rajoy necesita como agua de mayo llegar al Poder para llamar al orden y poner firmes a unos cuantos. De momento sigue obligado a guardar silencio, transigir con la corrupción hasta que los jueces dicten sentencia y consentir los caprichos con que la vieja guardia ha decidido obsequiarse. El último procede de Asturias, donde Alvarez Cascos ha decidido “pedirse” la dirección regional del partido, en lo que no sería sino una reedición del virreinato de Fraga en Galicia. Los viejos capos de la derecha reclaman su ración de tarta. Lo cual abona la tesis de que, sin ese triunfo electoral en lontananza, el PP también se vería seriamente amenazado de confrontación. De momento, el mundo del dinero se ha convencido ya de la necesidad de un cambio de caballo a favor de un Rajoy campeón del sentido común y enemigo declarado de cualquier clase de locuras. Nadie, sin embargo, parece reparar en el hecho de que al líder del PP no le será suficiente con acertar en la gestión de la economía, porque el problema español rebasa con mucho la estricta dimensión del Producto Interior Bruto, con ser ella importante. Como decía Manuel Muela el viernes en este diario, “nos hallamos ante una situación de emergencia nacional necesitada de decisiones ambiciosas, sobre todo de carácter político e institucional”. España merece más y también puede más.
Así se degrada la democracia
José Antonio Zarzalejos El Confidencial 17 Octubre 2010
Hacía falta una radiografía fiable de la percepción de la democracia que tienen los ciudadanos españoles. Cuatro sociólogos y politólogos (1) de primera fila han escrito el ensayo La Calidad de la democracia en España (2), una de cuyas conclusiones más terminantes es la siguiente:
“En síntesis, a pesar de la satisfacción ciudadana con el sistema democrático como promotor de la libertad y de la igualdad, así como su apoyo a la mayoría de las instituciones básicas de la democracia, destaca, por encima de todo, la poca confianza que tienen los ciudadanos en su propio papel en la actual democracia representativa. Se comprueba lo extendida que está la creencia de que la democracia no representa exactamente el primado de la soberanía del pueblo. Los españoles creen de forma mayoritaria que los que detentan el poder, tanto político como económico, están por encima de la voluntad de los ciudadanos, máxima expresión de la soberanía popular. La falta de transparencia de las decisiones políticas unida a la insuficiente rendición de cuentas de sus representantes puede explicar que los ciudadanos no asuman los costes de participar en un sistema asimétrico en el que los poderosos ostentan siempre una posición privilegiada.”
“Los principales problemas de nuestra democracia se localizan en el funcionamiento de la sociedad civil y en la baja calidad de la representación política. Estos problemas se refieren tanto a los partidos políticos como a los representantes, que atienden de manera deficiente los principales problemas de los ciudadanos y no rinden cuenta adecuadamente de sus acciones políticas. La sociedad se ve a sí misma incapaz de influir en las decisiones políticas, al mismo tiempo que tampoco parece tener niveles de participación y acumulación de capital social suficientes para ser un actor relevante en el proceso político, más allá de su participación electoral. Una sociedad civil pasiva y desmotivada por la política y un sistema de representación caracterizado por su lejanía de los ciudadanos y por su falta de sensibilidad y respuesta a los problemas de aquellos, constituyen una mezcla peligrosa para la salud de la democracia española.”
En menos palabras no se pueden describir mejor las razones del malestar de los ciudadanos con un sistema democrático que legitiman plenamente (legitimación difusa), pero cuyo funcionamiento ha devenido en decepcionante (legitimación específica). La conclusión transcrita y otras muy similares son el resultado de una metodología proyectada por una auditoría ciudadana sobre la que han trabajado los autores de este ensayo que parece imprescindible para comprender qué está pasando en nuestro país. Es decir: queremos la democracia y no renunciamos a ella, pero su autenticidad se ha degradado. Así -y valga como ejemplo- la mayoría piensa (75% frente a 15%) que la justicia beneficia a los que tienen más recursos y que, por tanto, no es igual para todos; el 82% sospecha que los tribunales tratan de manera diferente a los políticos respecto a los ciudadanos anónimos y nada menos que el 56% confiesa que “no merece la pena” iniciar un pleito para reivindicar un derecho o el cumplimiento de una obligación.
Son también mayoría los que creen que la Constitución no se cumple: “nada o poco” (22%) y sólo “algo” (30%). Y, entre otros muchos datos, el 43% afirma que la clase política es más corrupta que el resto de la ciudadanía, entre otras razones porque el 70% supone que los políticos se preocupan más de sus intereses que de los comunes, aunque es aplastante el criterio de que los partidos políticos son necesarios para la propia democracia. Para los autores de este interesante ensayo -publicado el pasado mes de septiembre- “es razonable pensar que la corrupción política forma parte de esa identificación que hacen los ciudadanos de la clase política y los políticos como problema”. Esta advertencia de los expertos desmontaría la pretendida despreocupación ciudadana por la corrupción económica de sus representantes y remitiría, por el contrario, a una intensa ansiedad social respecto de este fenómeno que repunta y que no se detecta en toda su dimensión.
Los autores asumen, sin embargo, una especie de resignación de los ciudadanos ante la falta de honradez de la clase política, una resignación que podría devenir en cierto grado de insensibilidad
Los autores asumen, sin embargo, una especie de resignación de los ciudadanos ante la falta de honradez de la clase política, una resignación que podría devenir en cierto grado de insensibilidad. La autoestima social que detecta esta auditoría ciudadana es muy baja porque la sociedad civil española se autovalora muy mal: somos poco tolerantes (2,35 sobre 10), nuestra participación es escasa (2,42 sobre 10) y nos percibimos como incapaces de controlar al poder político (2,82 sobre 10). Para los autores, estas bajas puntuaciones explican “probablemente la falta de incentivos que encuentran los españoles para involucrase y participar en política”.
Con respecto a los partidos políticos y a la representación pública, la consideración ciudadana es pésima: de los diez indicadores que componen esta dimensión de la auditoría, siete obtienen un suspenso y cinco de ellos se sitúan por debajo del 4. Así, los partidos no dan la talla por incapacidad democrática, por falta libertad de expresión interna, por clientelismo, por confianza, por ausencia de rendición de cuentas, por desajuste entre demandas ciudadanas y oferta política, por falta de control de la acción de los representantes electos…Y siendo cierto que también aparecen luces en este estudio -la legitimidad de la democracia y la capacidad efectiva de gobierno- en la mayoría de las dimensiones estudiadas, la calidad del sistema en su vertiente operativa, funcional, resolutiva de problemas, los ciudadanos plantean abiertamente su insatisfacción. Los autores, por eso, concluyen su estudio con una advertencia muy seria: si no hay una regeneración, “la desafección ciudadana seguirá creciendo y el horizonte de la democracia se poblará de problemas que no presagian un futuro mejor que el presente, pese a que este sea manifiestamente mejorable”.
Existe, en consecuencia, una degradación democrática que los ciudadanos han percibido y exteriorizan con meridiana claridad. La auditoría ciudadana que sirve de base a los autores de Calidad de la democracia en España se realizó en 2007, cuando apuntaba ya la crisis y después de tres años de Gobierno socialista, aunque no hay en el estudio referencias coyunturales o de partido. Es de suponer que desde entonces hasta ahora, la auditoría ofrecería resultados más desalentadores. Sobre todas estas cuestiones han de trabajar los sociólogos, politólogos, analistas y universitarios para que el país no quede encarcelado en el discurso de los políticos mientras la democracia se degrada en España. Se debe acabar aquello de que “nos pasa que no sabemos lo que nos pasa”. ¡Vaya que si lo sabemos!
(1) Los autores de Calidad de la democracia en España. Una auditoria ciudadana (Editorial Ariel) son Braulio Gómez Fortes, doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense; Irene Palacios, licenciada en Sociología por la Universidad de Barcelona; Manuel Pérez Yrueta, profesor de Investigación de Sociología del Instituto de Estudios Avanzados del CSIC del que ha sido director entre 1992 y 2009 y Ramón Vargas-Machuca, catedrático de Filosofía Moral y Política de la Universidad de Cádiz.
(2) La auditoría ciudadana se realizó en 2007 y los resultados estuvieron disponibles a comienzos de 2008 y se centró “sobre temas que los ciudadanos tienen una opinión formada a lo largo del tiempo y que no se refieren a aspectos o problemas coyunturales”.
EL ALCALDE PIERDE APOYOS
El País ve a Gallardón "en números rojos"
Hace dos días, el diario de Prisa le dedicaba su editorial a Gallardón, y no para bien precisamente. Hoy, de nuevo, El País dedica un amplio reportaje a la desastrosa situación del Ayuntamiento de Madrid, con una falta de liquidez que está provocando la asfixia a sus proveedores.
Libertad Digital 17 Octubre 2010
En el editorial de El País del viernes 15 de octubre podíamos leer una dura crítica al alcalde de Madrid, cobijada bajo un genérico "Pacto de austeridad" referido a todos los municipios y comunidades autónomas. "La considerable deuda del Ayuntamiento de Madrid, que se aproxima a 7.200 millones y que ha crecido casi un 400% desde 2003, ha vuelto a disparar las alarmas sobre el endeudamiento de las Administraciones locales y autonómicas en España"
Continuaba el diario del grupo Prisa diciendo que "no es posible explicar una deuda de 7.200 millones en Madrid solamente por la distorsión de competencias... En Madrid y en todos los ayuntamientos existe una responsabilidad política en la extensión del gasto publico y no sólo por las inversiones (...)" Y remataban: "El informe que enviará el alcalde de Madrid a La Moncloa para defender la refinanciación de su deuda tendría que incluir una relación de gastos que se recortarán, de empresas municipales que se liquidarán y de sueldos que se reducirán".
Por si no quedaba claro por donde iban los tiros, El País vuelve hoy sobre el tema y hace un análisis sobre la calamitosa situación del Ayuntamiento de Madrid.
Con el título "Gallardón entra en números rojos" el periódico pone sobre la mesa algunos datos sobre la situación del consistorio madrileño -"gasta cada día 12 millones de euros pero sólo ingresa 11,3 millones" -, y alertan sobre como la falta de liquidez está provocando la asfixia a sus proveedores: "el pago a las empresas que prestan los principales servicios acumula un retraso de nueve meses de media", señalan.
Pero es que, además, también arremeten contra el alcalde por su gestión en la Comunidad de Madrid: "su trayectoria en la Comunidad, que inició con una deuda de 2.791 millones y cerró con 8.862 millones, presagiaba su futuro como alcalde de la capital."
Resumiendo los datos aportados por El País, Gallardón triplicó la deuda en la Comunidad de Madrid y ha sextuplicado la municipal. Para rematar esta gravísima situación financiera, el Gobierno central ha denegado a Madrid la refinanciación de sus créditos.
La situación del ayuntamiento, recuerda, es cada vez más insostenible y el retraso en los pagos a los proveedores provocó que el pasado 24 de septiembre las "cuatro grandes constructoras del país, que le prestan servicios de limpieza y recogida de basuras -FCC, ACS, Ferrovial y Sacyr-Vallehermoso-" amenazasen "con no pagar la nómina a 12.000 trabajadores si no reciben parte de los 298 millones de euros que se les adeudan". Pocos días después, el martes 5 de octubre,"los máximos ejecutivos de tres de esas empresas (...) acuden (...) a la ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, para pedirle que facilite fuentes de financiación a los ayuntamientos".
De la reunión no se sacó nada, y "la negativa de Salgado irritó tanto al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, que el jueves de la semana pasada cargó contra el presidente José Luis Rodríguez Zapatero al que llamó "mentiroso" y "envidioso", según informa El País.
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La nación desatornillada
El Estado que Zapatero dejará en 2012 es mucho más débil y menos cohesionado que el que encontró en 2004
IGNACIO CAMACHO ABC 17 Octubre 2010
EL zapaterismo va a acabar como empezó: dándole un par de vueltas más a lo que Felipe González llamó la centrifugación del Estado. Para alcanzar el poder se apoyó en el soberanismo catalán y para apuntalarse en él un poco más ha alquilado una prórroga al nacionalismo vasco. Comenzó desbordando el Estatuto de Sau y ahora, antes de cerrar mandato, le mete mano al de Guernica. En el inicio traicionó el espíritu integracionista que caracterizaba a los socialistas de Cataluña y al final apuñala por detrás a los constitucionalistas de Euskadi. Un círculo perfecto.
La única línea clara que atraviesa de forma constante los años de poder de Zapatero es su empeño por rebasar el modelo territorial de la Constitución, forzándolo por la puerta de atrás mediante acuerdos con nacionalistas de todo rango. Ha pactado con Esquerra, con Convergencia, con el Bloque gallego, con el PNV; lo ha intentado con Aralar y no lo ha hecho con Batasuna porque se lo impidió el salvaje cerrilismo de ETA. La llamada geometría variable le ha servido para desbordar el marco competencial en sucesivas entregas de soberanía. El Estado que dejará en 2012 es mucho más débil que el que existía en 2004: lo ha enflaquecido hasta la anorexia a base de concesiones estatutarias y pactos puntuales, en cada uno de los cuales ha cedido trozos de cohesión nacional. En dos ocasiones, para salvar su propia estabilidad ha negociado a espaldas de los dirigentes territoriales del Partido Socialista entendiéndose con sus respectivas oposiciones; engañó primero a Maragall con Artur Mas —luego engañó también a Mas, pero ésa es otra historia— y ahora se ha entendido con Urkullu a expensas de Patxi López. El presidente se arrepintió de la alianza constitucionalista vasca a los cinco minutos y ha dejado al lendakari en una situación insostenible, que lo será más cuando, tras las elecciones locales de 2011, el PNV pueda blandir su flamante pacto para mantenerse al frente de las Diputaciones forales.
Esa tendencia continua de dispersión y bilateralidad es la única que se ha mantenido en dos legislaturas llenas de enmiendas, rectificaciones y pasos atrás; obedece a un designio político que ha convertido el sentido igualitario de la socialdemocracia española en una inclinación permanente hacia el soberanismo. Rey de la contradicción, Zapatero ha sido extrañamente fiel a una política deconstructiva que ha ido desparramando las ya escasas funciones integradoras del Estado. Este coletazo final no es más que un colofón lógico, casi colateral, de ese proceso de desestructuración que comenzó con el delirio del Estatuto de Cataluña. Dentro de año y medio, cuando muy probablemente acabe su etapa, entregará una España más débil y menos cohesionada. No rota, pero sí bastante desatornillada.
Un trueque indecente
Puede decirse a favor de Iñigo Urkullu, el vendedor, que no nos engaña. Su actitud es la que anuncian sus proclamas
M. MARTÍN FERRAND ABC 17 Octubre 2010
EN claro ejercicio de prostitución de la dignidad y función del empleo presidencial, José Luis Rodríguez Zapatero le ha comprado al PNV la mayoría parlamentaria que necesita para aprobar los Presupuestos Generales de 2011 y, lo que para él parece más importante, su continuidad en La Moncloa hasta el final de la legislatura.
El precio a satisfacer por tal envilecimiento de la tarea representativa incluye, además de otros paquetes más tangibles, la vía libre para que las tres provincias vascongadas pasen a llamarse oficialmente Araba-Álava, Gipuzkoa y Bizkaia. A la vista de un trueque tan singular como rastrero y lejano del interés general de todos los españoles, es difícil discernir qué es lo que resulta más chocante e indeseable. Mal está que un jefe de Gobierno anteponga su personalísimo interés al de la Nación y disponga de lo que no es suyo, ni está en su mano, para obtener un beneficio propio, el de su continuidad. Es algo que retuerce los mecanismos del sistema y los pone en cuestión. Pero es todavía más singular, sintomático de la endeble normativa a la que nos sometemos, que un partido periférico, cuya identidad es la de dejar de ser español, tenga en su mano, con solo 6 diputados y el respaldo de 300.000 votos en la últimas legislativas —el 1,19 por ciento del total de los votos emitidos en España— el futuro de una Nación que dice no ser la suya y la marcha de un Estado en el que no se siente encuadrado. Y más todavía: que pueda incurrir en semejante esperpento en función de los poderes que ostenta, derivados de la Constitución del 78 y del Estatuto en vigor.
Puede decirse a favor de Iñigo Urkullu, el vendedor, que no nos engaña. Su actitud, suicida para el País Vasco y dañina para el resto de España, es la que anuncian sus proclamas. Los seis diputados del PNV que se sientan en el Congreso juraron servir los intereses generales del Estado y han reducido su compromiso a lo que entienden como provechoso para una mínima parte de ese Estado. Supongo que, a la larga, la decadencia vascongada que genera su conducta les pasará factura. En el caso del comprador, Zapatero, el engaño es manifiesto y, aunque se añade a los muchos ya consumados en su heptagenario monclovita, adquiere la gravedad que le aportan las circunstancias. Lejos de buscar rigor a cada partida del Presupuesto que debiera sacarnos de una crisis que no supo ver llegar y no quiso abordar resueltamente, las aplica en su propio beneficio, para perpetuarse en un sillón que requiere un líder herculano. No un alfeñique político disminuido por sus propios errores tanto como por sus erráticas compañías.
Se acabó López
GERMÁN YANKE ABC 17 Octubre 2010
Ayer, los socialistas vascos, cabizbajos y apesadumbrados, repetían el tópico de que «aún queda partido». Es difícil aceptarlo pero, en todo caso, queda parte de un partido en el que el Gobierno vasco de Patxi López pierde por una abultada goleada que le están metiendo desde su propia banda. Este esperpento de que las transferencias se negocien con su oposición, de que cambian la denominación de los territorios forales sin participación del Gobierno autonómico, de que se le cuela un proyecto museístico del PNV al que se oponía, de que se acuerde seguir el proceso de transferencias al margen de las instituciones competentes, es la sorprendente crónica del final de su experimento político. Un final en el que, lejos de participar, ha sido informado por sus compañeros del Gobierno de España «casi en tiempo real».
El que algunos portavoces del socialismo vasco, e incluso el propio López, insistan ahora en que serán ellos los que gestiones las competencias y en que el PNV se apunta a la gobernabilidad de España y al cambio propiciado por el lendakari, no hace sino agrandar, vía disimulo, la vergüenza de la derrota. El realista, en este caso, es el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, que dice con tono altanero que no le importa dónde queda López porque sabe muy bien dónde queda. Y si todavía hay partido, no se olvide que, antes de terminar esta legislatura, a Rodríguez Zapatero le queda otra negociación de Presupuestos, con lo que la goleada puede todavía aumentar.
Con todo, la traición a López no es lo peor. El modo en que el presidente del Gobierno quiere ganar unos meses en el poder supone una espectacular quiebra institucional y, en el fondo, la imposibilidad de llevar a cabo políticas generales. Dicen los socialistas que el PP tiene un programa reducido, sólo quitar a Zapatero. Bueno, al fin y al cabo el único programa de Gobierno es mantenerle en el cargo, incluso a costa de un Estado razonable y del propio López.
Lenguas
No pocos escritores vascos han resistido al ensimismamiento y a la estupidez en una época de intolerancia
JON JUARISTI ABC 17 Octubre 2010
EL novelista vasco Anjel Lertxundi ha ganado el Premio Nacional de Ensayo. Es un reconocimiento que me alegra. No he tratado mucho a Lertxundi, pero siempre lo he tenido por un escritor estimable, en el fondo y en la forma. La nómina de los premios nacionales de Literatura en las décadas de la democracia contiene un buen número de autores vascos, tanto en eusquera como en castellano (sólo en los de Ensayo recuerdo a cinco, y es posible que me deje alguno).
Esto quiere decir que, a pesar de la intolerancia y el fanatismo, el País Vasco ha conseguido mantener una creatividad bastante digna y que no pocos de sus artistas y escritores han evitado la tentación del ensimismamiento estéril. Lertxundi es uno de ellos. Entre los narradores vascos actuales confieso mi preferencia por un puñado de autores, además del mencionado, que han escrito desde posiciones independientes, críticas y razonables. Pertenecen a generaciones diversas, pero son imprescindibles para entender la historia reciente del país. Me refiero a escritores como Ramiro Pinilla, Ramón Saizarbitoria, Mariasun Landa, Kirmen Uribe, Fernando Aramburu, Eduardo Gil Bera, Iban Zaldúa, Willy Uribe, Francisco Javier Irazoki, Mikel Azurmendi o Maite Pagazaurtundua. Aunque hay entre ellos varios premios nacionales de narrativa, la breve lista que propongo no pretende establecer un canon, sino identificar una literatura que, al margen de su valor estético, posee una indudable grandeza moral, porque ha sido escrita con voluntad de testimonio en un tiempo de embustes y silencios cómplices. A mi juicio, estos narradores, y poetas como Xabier Lete, Karmelo Iribarren, José Fernández de la Sota o Luigi Anselmi han conseguido preservar las necesarias y sencillas verdades cotidianas frente a un lenguaje dominante enfático y absurdo, cuando no criminal a secas.
Me alegra, por tanto, el premio concedido a Anjel Lertxundi. Sin embargo, estoy algo decepcionado por sus declaraciones acerca de su compromiso con la lengua vasca, que le habría llevado a optar por ella y no por el castellano, desde sus comienzos mismos, bajo la influencia de Gabriel Aresti y de Jorge Oteiza. Pero el primero de estos fue un escritor en gran medida bilingüe. El libro con que ganó el Premio Nacional de Literatura en 1964 estaba escrito en vasco y en castellano. De hecho, Aresti escribió buena parte de sus poemas en castellano antes de pasarlos al vasco, y las versiones eusquéricas de muchos de ellos son traslaciones poco logradas de los originales (así sucede, por ejemplo, con la práctica totalidad de sus sonetos). En cuanto a la obra literaria del escultor Oteiza, está escrita íntegramente en castellano. De los autores que he mencionado antes, varios son vascohablantes de cuna que escriben habitual u ocasionalmente en castellano; otros, castellanohablantes que han aprendido eusquera y escriben en ésta o en ambas lenguas, y otros, en fin, han escrito siempre en la suya materna, como Lertxundi o Pinilla. Entre escritores que han demostrado sobradamente un limpio espíritu de libertad frente al gregarismo identitario, la elección de lengua no debería requerir explicaciones en clave de compromiso, que resultan ampulosas y, lo que es peor, trasnochadas.
ETA mantiene activo el brazo armado de la extorsión que creó tras el parón del 11-M
Una unidad mixta del aparato militar y financiero es la encargada del chantaje, que nunca está en tregua
FERNANDO ITURRIBARRIA CORRESPONSAL | PARÍS. El Correo 17 Octubre 2010
En el marco de la vigente suspensión de los atentados, ETA mantiene operativo el brazo armado de la extorsión económica, que sigue activa como han denunciado la patronal y autoridades vascas. 'Gesa', ejecutor violento de un chantaje que nunca está en tregua, fue creado en abril de 2004 cuando el potencial atemorizador de la amenaza terrorista quedó mermado por el parón técnico improvisado a raíz de la ofensiva islamista del 11-M.
Unidad mixta de los aparatos militar y financiero, se trata de la estructura encargada de ejercer sobre el terreno las medidas de amedrentamiento y represalia decididas contra los empresarios recalcitrantes al pago del 'impuesto revolucionario'. Estas actuaciones intimidatorias, que incluyen métodos expeditivos como el 'secuestro exprés', no entran dentro del cese de las acciones armadas ofensivas, pues forman parte de las habituales tareas de abastecimiento, en este caso económico.
Gracias a la incautación de contabilidad e informes internos, los servicios antiterroristas franceses tienen documentado el nacimiento de 'Gesa' en una época de alto el fuego no negociado similar a la actual. Entonces, en la primavera de 2004, el comité ejecutivo, 'Zuzendaritza Batzordea' o 'Zuba', ordenó a los comandos armados un parón temporal en su actividad, con repliegue de las células de liberados a Francia como medida de seguridad, en reacción a la conmoción provocada en la opinión pública por los atentados terroristas del 11-M. El primer fruto estratégico de este movimiento táctico fue la creación en el seno del aparato militar de una unidad nueva exclusivamente dedicada a la ejecución del chantaje económico.
'Gesa', su nombre, es el resultado de la contracción entre 'Esa' (nombre del aparato militar, abreviatura de 'Ekintza Saila', departamento de acción) y 'Gezi' (extorsión, siglas de 'Gora Euskal Zerga Iraultzaila', que significa 'Viva el impuesto revolucionario vasco'). Según los analistas franceses, la nueva estructura comenzó a funcionar en abril de 2004 a las órdenes de Peio Eskisabel Urtuzaga 'Xerpa', que acababa de asumir la co-jefatura del aparato militar, y tuvo un rápido desarrollo: de 14 personas en su creación pasó a contar con 35 en agosto del mismo año.
La reestructuración motivó un reparto de papeles en el entramado recaudatorio. 'Gezi', que sigue dentro del aparato político, se encarga de fijar los objetivos del chantaje económico, de enviar las cartas de extorsión, de recuperar las sumas exigidas y del seguimiento de los pagos.
Fichero de morosos
'Gesa', emanación del aparato militar, se ocupa de la fase coercitiva mediante la movilización de los comandos armados contra los contribuyentes recalcitrantes, que son encasillados en tres ficheros. El denominado 'Exprés' agrupa a los empresarios seleccionados para ser retenidos durante unas horas en un lugar apartado y obligados a pagar o a firmar un pagaré bajo amenazas. 'Egurra' reúne a los extorsionados que han pasado a ser objetivo militar por morosidad o impago. 'Salataria' designa a los merecedores de represalias prioritarias por haber informado a la policía.
El estreno de 'Gesa' fue providencial para restablecer con prontitud el equilibrio financiero de ETA, que arrastraba un persistente déficit a pesar del esfuerzo por controlar el gasto de los diferentes aparatos. Un informe de la tesorería o 'Diba' (por 'Diruzaintza Batzordea'), elevado a la reunión c elebrada por 'Zuba' en julio de 2004, subrayaba que las arcas se vaciaban debido a la tendencia a la baja de los ingresos y la confiscación de unos 100.000 euros desde comienzos de aquel año en operaciones policiales.
En la siguiente reunión del comité ejecutivo, fechada en setiembre de 2004, el mismo redactor se felicitaba por la regularidad y la importancia de los ingresos procedentes del 'impuesto revolucionario' recaudados por 'Gesa'. En agosto se había percibido una suma de 60.000 euros entregada por 'Ander', alias atribuido a Iñaki Arietaleaniz Telleria. Este ex preso se había reenganchado tras ser condenado en España a raíz de su arresto en 1993 por la Ertzaintza en una operación combinada con la policía francesa contra una red de extorsión dirigida por Carlos Almorza Arrieta 'Hilario'.
Un mes después la inyección fue de 172.200 euros gracias al cobro de tres impuestos distintos que provocaron que el balance mensual por fin fuese positivo frente a unos gastos de 94.400 euros. Es decir, en apenas ocho semanas, con solo cuatro 'zerga' (impuesto) ETA ingresó casi un cuarto de millón de euros.
Los expertos franceses atribuyen la autoría de estos informes contables a Soledad Iparragirre Genetxea 'Anboto', que bajo el alias de 'Baltza' había asumido a principios de los años 2000 la jefatura de 'Diba' y de 'Gezi'. En la casa rural que ocupaba en Salies de Béarn (Pirineos Atlánticos) con Mikel Albisu Iriarte 'Antza', jefe del aparato político, se intervino el mayor y más completo volumen documental sobre la finanzas de ETA descubierto hasta la fecha.
De su estudio, los analistas deducen que por lo menos el 85% del presupuesto total procede de la extorsión. Alrededor del 7% es resultado de la venta a simpatizantes de bonos y de artículos con el emblema de la serpiente enroscada en el hacha. El resto corresponde a aportaciones voluntarias.
En una nota interna, 'Baltza' explicaba a un comando de 'legales' (no fichados) los procedimientos que debían desarrollar en el seno de 'Gesa'. Les ordenaba realizar pintadas amenazantes en el domicilio del moroso, llamar a la puerta y disparar al aire, recurrir a 'arrestos' (secuestros exprés) y utilizar artefactos explosivos cerca del objetivo.
Pero puntualizaba que los miembros de la célula debían interiorizar que se trataba de acciones de advertencia que no tenían que causar víctimas, sólo daños materiales. Las bombas tenían que ser etiquetadas con las siglas de ETA y no estar escondidas para que el contenido del paquete resultara evidente.
Petición a un ex futbolista
En otro documento, la tesorera insistía a sus subordinados sobre la conveniencia de establecer pagos en plazos para disponer de 'cash flow' de cara a los ejercicios venideros. En una carta remitida a un ex futbolista internacional se le proponía una contribución anual de 6.000 euros a la lucha de liberación nacional mientras que a un holding empresarial vasco se le reclamó el pago escalonado de doce millones hasta 2014.
Un informe de 'Diba', aprobado por 'Zuba' en su reunión de julio de 2004, estipuló la atribución mensual a cada activista de una suma de 1.500 euros, revisable al alza en caso de necesidad. Esa asignación se descompone en 600 euros para cubrir las necesidades del mes en curso más otros 900 «de seguridad» para resistir mes y medio en caso de pérdida de contacto con la organización.
Otra nota de la tesorería dirigida a los jefes de aparato insistía sobre la necesidad de disimular las cantidades de dinero elevadas que recibían con carácter trimestral. En cumplimiento de ese imperativo de seguridad, 'Antza' y Anboto' habían puesto sus reservas económicas a buen recaudo en su guarida bearnesa.
En el depósito de un lavadero, al que se accedía por un camino de tierra trasero, se encontró al desplazar las dos losas que lo tapaban un bidón de plástico flotando en el agua. En su interior había dos embalajes termosellados en los que se guardaban un total de 21.000 euros en billetes de 20 y 50. Era la economía sumergida de 'Gezi'.
HABLAN FILÓLOGOS E HISTORIADORES
Cambiar el nombre de las provincias vascas, "un disparate" y "una barbaridad"
Las críticas al acuerdo entre Gobierno y PNV para cambiar el nombre de las tres provincias vascas trascienden al mundo de la política. Historiadores y filólogos se muestran muy críticos con Zapatero. "A los políticos no les hemos dado facultad alguna para que cambien las reglas de la ortografía".
LIBERTAD DIGITAL 17 Octubre 2010
La Razón recoge este domingo la opinión de distintos historiadores, filólogos así como de miembros de la Real Academia de la Lengua y de la Historia sobre el cambio de nombre de las tres provincias vascas. En el acuerdo entre Gobierno y PNV para aprobar los presupuestos de 2011 y salvar así a Zapatero se incluye que a partir de ahora estas provincias se llamen Gipuzkoa, Araba y Bizkaia.
Sin embargo, estos expertos se han manifestado en contra y critican esta cesión del Gobierno central. Por ejemplo, Gregorio Salvador afirma que "la lengua no se dispone con leyes políticas. Es como si, por un acuerdo con Gran Bretaña se dijera que ahora vamos a llamar London a Londres. Pues esto es lo mismo. Es una cosa tan disparatada...". Además, este miembro de la Real Academia afirma que "lo que resulta más indignante es que un presidente de Gobierno se dedique a hacer estos cambios por intereses partidistas".
De forma similar se pronuncia Fernando García de Cortazar: "Me parece una barbaridad que el interés sectario del PSOE y del PNV llegue hasta la modificación del nombre de las cosas y el de las provincias vascas". El catedrático considera que "hechos como este tienen gravísimas consecuencias en la percepción negativa que tienen los ciudadanos de la política. Así, indica que "a los políticos no les hemos concedido facultad alguna para que cambien las reglas de la ortografía". "Estaría bien que la RAE tomara cartas en el asunto y atajara estas barbaridades lingüísticas", sentenció.
Por su parte, Francisco R. Adrados espera que "Rajoy lo anule al día siguiente si en el futuro llega al poder. Por unos pocos votos para el presidente de Gobierno, estas personas son capaces de cambiar de nombre a todo". Por ello, este otro miembro de la Real Academia afirma que "No existe ninguna justificación histórica ni filológica. Es algo que decide Zapatero".
Por último, otro miembro de la Real Academia, Luis Suárez cree también que "no existe ninguna justificación histórica ni lingüística". En su opinión, no hay ningún documento medieval ni contemporáneo que pueda respaldar este cambio. Lo que existe ahí es algo más profundo que no nos quieren explicar bien. Un pacto que se va a saldar con un precio muy alto. Me parece un disparate".
Recortes de Prensa Página Inicial
http://www.libertadidioma.com/20101017.htm
martes, octubre 19, 2010
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