lunes, marzo 10, 2008

Ferrand, Victoria del PSOE con ayuda del PP

lunes 10 de marzo de 2008
Victoria del PSOE con ayuda del PP

Manuel Martín Ferrand
“Nada más estúpido que vencer,
la verdadera gloria es convencer”
(Víctor Hugo)

Era previsible y estaba previsto. José Luis Rodríguez Zapatero será durante cuatro años más —¡por lo menos!— presidente del Gobierno de España. Así lo ha decido, por notable mayoría, el pueblo español. A pesar de la catástrofe que la gestión del PSOE ha significado a lo largo de la última legislatura, los ciudadanos han reforzado en cinco escaños la presencia y representación socialista en el Congreso de los Diputados.

También el PP, contra todo pronóstico, ha visto incrementar su fuerza parlamentaria. Cinco escaños más reforzaran su presencia en la madrileña Carrera de San Jerónimo. La distancia permanece prácticamente invariable —uno menos a favor del PP— y, en consecuencia, la niña surrealista de Mariano Rajoy, la expresión plástica de que el líder popular prefiere “tener razón” que “tener éxito”, tendrá que acogerse a la caridad de algún convento de buenas monjitas. Carece de futuro.



Si de lo que tratamos, en este análisis de urgencia, es de sacar conclusiones que nos ayuden a saber dónde estamos y qué es lo que nos pasa, lo más notable de estos comicios es que el bipartidismo ha reforzado su presencia y su fuerza parlamentaria. El 84 por ciento de los españoles que acudieron a las urnas han votado en favor alguno de los dos grandes partidos nacionales. El otro, el tercero y mínimo, la errática IU, se desdibuja y, a pesar de contar con el respaldo de casi un millón de votos —maravillas de nuestro demencial sistema electoral—, pierde relevancia y no podrá formar grupo parlamentario. Su descenso, por otra parte, no debe ser ajeno a que muchos ciudadanos conocieran, al hilo del asesinato de Isaías Carrasco, la circunstancia de que la mayoría del Ayuntamiento de Mondragón la ostenta ANV con el refuerzo y coalición de IU.

El bipartidismo triunfante, consecuencia de la partitocracia imperante, no es un bien democrático y sólo se puede esperar de él lo que, en expresión castiza, se conoce como “más de lo mismo”. Sería bueno que, ante la gravedad de la situación, especialmente en lo que afecta a los problemas que se derivan del Título VIII de la Constitución, los dos grandes partidos fueran capaces de alcanzar algún pacto que refuerce la idea del Estado y el fundamento de la Nación. No será fácil que eso llegue a suceder. Tampoco en la política antiterrorista. Tanto menos si Mariano Rajoy sigue a la cabeza del PP.

El hecho de que la participación ciudadana en los comicios haya sido notablemente inferior a la media nacional en el País Vasco y en Cataluña es, por otra parte, un indicio de las tendencias que, no por la desaparición de EA o la disminución de ERC, cambia de signo. La necesidad que tendrá Zapatero, bien sea en alianzas parciales o en acuerdos de legislatura, de contar con los partidos nacionalistas, crecientemente centrífugos, reforzará su presencia y fortaleza, que, objetivamente, decae.

Pío García Escudero, director de la campaña electoral del PP y portavoz ocasional de su partido —¿se habrá dado a la fuga su secretario general, Ángel Acebes?—, ya nos calificó como “magnífico resultado” el obtenido por la formación de Rajoy. El PP no ha conseguido rebajar la distancia en escaños que le separa del PSOE y, rotunda y llanamente, ha perdido las elecciones. Las ha perdido, por segunda vez, Mariano Rajoy y lo ha hecho después de una legislatura en la que el PSOE de Zapatero, con el “proceso de paz”, la “memoria histórica”, la insensatez estatutaria y el decaimiento económico no ha podido brillar con menos luz.

Lo más importante e imprevisible, a partir de ahora, reside en la capacidad, o incapacidad, regeneradora que sea capaz de experimentar el PP. Con los mismos mimbres el cesto no cambiará de forma y, sometido a grandes tensiones internas, el partido vivirá de aquí a un imprescindible y próximo Congreso más de una intentona sucesoria. Por cierto, y en el capítulo de lo anecdótico, ¿qué hará Alberto Ruiz-Gallardón?



Merece ser destacado el éxito de Rosa Díez y su UPyD. Ha conseguido un escaño por Madrid, en donde los escaños cuestan muchos votos, y trescientos mil españoles, más o menos, la han votado en toda España. Sin salir en la televisión, sin espacios publicitarios gratuitos y sin un euro de ayuda. Es una evidencia más de la demanda social, descontenta con lo presente y en demanda de nuevas opciones representativas.

Zapatero tiene por delante toda una legislatura en la que deberá enfrentarse a los mismos problemas con que cerró la precedente. Si desestima el consenso con el PP para abordar las grandes cuestiones de Estado que nos inquietan a todos, volverá a demostrar su pequeñez. Algo que para él carece de efectos electorales. Si Rajoy sigue a la cabeza del PP, volverá a trabajar a favor de la victoria socialista. Como hasta ahora.

http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=10/03/2008&name=ferrand

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