martes, febrero 26, 2008

Jose Javaloyes, La razzia turca en Irak

martes 26 de febrero de 2008
La razia turca en Iraq

José Javaloyes
La presión norteamericana para que se retiren cuanto antes del noroeste de Iraq los 10.000 soldados turcos que entraron el jueves de la pasada semana, tanto puede ser un formalismo del secretario de Defensa, Robert Gates, para salvar la cara internacionalmente, puesto que la información esencial sobre la que trabaja el Ejército turco ha sido suministrada por la propia CIA, como resultado de la presión ejercida por el Gobierno de Bagdad.
Mientras el balance de bajas entre una y otra parte al cabo de cinco días de operaciones parece alcanzar proporciones significativas, como exponente de los duros combates entre las tropas invasoras y los efectivos del PKK, la guerrilla izquierdista del Kurdistán, se abre paso la idea de que la operación militar turca puede haber resultado de la presión del estamento castrense sobre el Gobierno islamista de Recip Erdogan. Iniciativas de este Gabinete como la de que el velo musulmán pueda ser llevado por las mujeres en el ámbito universitario, algo que obsta a la laicidad de la República fundada por Kemal Ataturk, puede haber tensado las suspicacias del estamento militar, de las que participa una parte significativa de la sociedad turca.

En consecuencia, Erdogan habría querido congraciarse con el estamento castrense, llevando la represión armada contra una guerrilla nacionalista y de izquierda, la del PKK, que la Administración norteamericana tiene catalogada como terrorista. Abunda en esta posibilidad de buscada complacencia del poder civil con el poder militar turco —que no cabe considerar “poder fáctico”, puesto que constitucionalmente tiene asignados cometidos tales como preservar la laicidad del Estado— el hecho de que la actual operación de represalia y limpieza contra esas fuerzas irregulares es la más importante que se ha llevado a cabo en los últimos once años.

La demanda norteamericana de que los soldados turcos se retiren cuanto antes del Kurdistán iraquí ha sido formulada en Australia por el secretario de Estado, que en el conjunto de la correspondiente declaración ha incluido recomendaciones a las autoridades turcas para que las acciones de represalia militar vengan acompañadas de medidas políticas, para que éstas se traduzcan en resultados de desistimiento entre la población civil, tanto en la misma población turca de etnia kurda como entre la población iraquí transfronteriza, kurda también.

En todo caso, es de observar también el hecho de que toda demora turca en la retirada de sus tropas tiene un efecto lacerante para el nuevo Iraq, gobernado por los chiíes. De una parte, se trata de una situación que, en términos prácticos, limita su propia soberanía en un significativo ámbito territorial iraquí, mientras que, de otra parte, el dominio turco de la Mesopotamia, desde el siglo XVII hasta la constitución del Estado iraquí como consecuencia del Tratado de Versalles, tras la derrota del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial, los chiíes fueron preteridos políticamente frente a los suníes.

Fuera por lo que fuera y como fuese, resulta lo más probable que sea solamente cuestión de horas lo que tarden las fuerzas militares turcas en concluir la razia y regresar a sus cuarteles, tras resarcirse de la emboscada que recientemente les tendieron los guerrilleros PKK. Tan enemigos de los turcos como esencialmente incómodos para los iraquíes.


jose@javaloyes.net
http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=26/02/2008&name=javaloyes

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