jueves, septiembre 27, 2007

Marcello, Goleada de Prisa

viernes 28 de septiembre de 2007
Goleada de Prisa

Vamos a ver como discurre la guerra televisiva del fútbol y todos los daños colaterales que arrastra porque los de Prisa le van a dar garrotazos a este Gobierno de Zapatero hasta que el presidente aprenda a mantener toda una conversación en inglés con Bush, en vez de poner cara de pingüino, como la que puso el presidente en la escena del “hola y adiós” en Nueva York. De momento, ayer, los de Prisa —y una vez que Ramón Calderón salió del trullo neoyorquino, porque lo confundieron con un narco— le han quitado a los de “La Sexta” el partido del Real Madrid, todo un gol por la escuadra del grupo que lidera ese extraño y desarrapado personaje que es Jaume Roures, que nadie sabe de dónde saca para tanto como destaca.
Y para festejar esa victoria en el Bernabeu, que se llevó Canal Plus para su coleto, el Pit Bull de Prisa, es decir Iñaki Gabilondo, le propinó, desde “La Cuatro”, una dentellada en el mismísimo culo a Zapatero por causa de las últimas andanzas de los chicos de Montilla, Carod y Saura, el alegre trío de la Entesa que así, de paso y como quien no quiere la cosa, acababa de poner sobre la mesa del Senado una propuesta parlamentaria para retirarle al Rey el mando de las Fuerzas Armadas, lo que luego hubo de ser rectificado con urgencia por el propio Gobierno, mientras la noticia provocaba alta tensión en las salas de banderas de los cuarteles.
El Zapatero prodigioso lleva mucho tiempo jugando con fuego, y se va a quemar. Y mucho nos tememos que no ha medido ciertos pasos, ni sus amistades peligrosas con batasunos, nacionalistas enloquecidos y editores de tres al cuarto. Como tampoco ha calibrado su desafío a Prisa, con o sin Polanco, porque los de El País no se suelen andar con chiquitas en estos juegos malabares y de poder, y ya han rehecho sus relaciones con el PP —dicen que Ignacio Polanco se reunió con Mariano Rajoy— y por eso el líder de los populares reapareció en “La Cuatro”, olvidándose el veto aquel del PP a Prisa por el discurso del desaparecido Polanco cuando acusaba al PP de querer recuperar el discurso de la Guerra Civil, que, dicho sea de paso, es lo que hace todos los días Zapatero.
Y vamos a ver hasta dónde va a llegar el entendimiento de Prisa con el PP porque da la impresión que en el Penthouse de El País y en ciertos círculos del PSOE —Felipe González habita en los dos— se empieza a pensar que hay que poner fin al episodio de Zapatero si no se quiere que España acabe de mal en peor. Ya contamos en esta columna aquella reunión secreta en el Paular donde las cabezas pensantes de Prisa se declararon favorables a un “impechtmen” de Zapatero en el PSOE y a la entronización en su lugar de Javier Solana —“Fabiolillo de Bruselas”, según Julio Cerón—, y puede que si las elecciones no estuvieran tan cerca eso acabaría ocurriendo y, en todo caso, tampoco conviene descartarlo, porque imaginar otros cuatro años de Zapatero pone los pelos de punta hasta a los calvos.
Y ya, pensarán en Prisa los Cebrián, Moreno y sus muñecos, Elorza, Gil Calvo, Ramoneda (Pradera sigue obsesionado con Aznar), etcétera, no solo se trata de la guerra televisiva del fútbol o de que el tonto monclovita de La Calle le dé ahora a Garea las noticias que antes le daba a Azpiolea. Ahora, están en juego cosas mucho más serias. Aunque tampoco les viene mal a los de Prisa quedarse con los partidos del Real Madrid, ahora que se le ha pasado el susto a Calderón que, cuando le esposaron , seguro que pensó que era por orden de Garzón por lo de la operación Malaya y sus amigos del palco del Real Madrid, los San Román, Trapote y San Agapito, que el día menos pensado acaban en Alhurín, hasta que el presidente del Real Madrid se descubrió que lo habían confundido con uno del narcotráfico, y eso fue lo que le salvó.

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