jueves, septiembre 27, 2007

Inocencio Arias, Aportaciones a la escena del sofá entre Aznar y Bush

viernes 28 de septiembre de 2007
Aportación a la escena del sofá entre Aznar y Bush Inocencio Arias

En Estados Unidos las aguas informativas no se han agitado con la revelación del Acta de la reunión Bush-Aznar hace cuatro años, están en otras películas, Irán, Afganistán, cambio climático, Birmania...., pero la revelación de El País tiene interés para nosotros.
Para quien siguiera sin tendenciosidad los acontecimientos, lo que no siempre es el caso cuando se trata de Estados Unidos, hay en el Acta cosas conocidas, otras interpretables y otras novedosas.
Recalcar de nuevo, con dedo incriminatorio, que en la conversación se constata que Bush había decidido atacar a Irak aún sin el acuerdo de la ONU es descubrir el Mediterráneo. Bush siempre lo dio a entender. La primera vez en público nada menos que en el escenario más resonante del mundo, en la Asamblea general de la ONU, Septiembre del 2002, delante de tropecientos Jefes de Estado y televisiones: Si la ONU no interviene, dijo, Estados Unidos lo hará. Todo el mundo lo entendió.
En el terreno de lo discutible está que los dos Presidentes estaban convencidos de que estaban haciendo algo ilegal. No creo que lo piensen ni ahora.
La intervención, es obvio, se hizo AL MARGEN del Consejo de Seguridad pero Aznar y Bush, en su búsqueda de justificación mental, pudieron muy bien razonar que en ocasiones y, sobre todo, muy poco antes, en Kosovo, bastantes potencias, entre otras algunas de las críticas, habían intervenido al margen de la ONU, sin el menor apoyo del Consejo y con menos bagaje legal que en Irak y casi nadie lo había criticado.
Generalmente, SE APLAUDIO una intervención más discutible aún que la de Irak.
El problema era de opinión pública…
Más noticioso es el optimismo de Bush, subrayado por Aznar, imagino con preocupación si veía los informes de nuestra Embajada en la ONU, sobre quien se embarcaría en el apoyo a la intervención. Necesita 9 votos. Tenía 4 seguros y otros tres, los africanos, prácticamente en el talego. Pero le faltaban dos que no se pronunciaban: Méjico y Chile. Tuvieron presiones de los dos bandos y al final decidieron no decantarse por nadie lo que significaba que la votación no saldría. No entiendo el optimismo de Bush. Méjico y Chile, por muchas razones, no querían involucrarse.
Así se lo di a entender poco más tarde a Colin Powell en su suite del Waldorf Astoria en una reunión con la Ministra Palacios. Powell frunció el ceño. Mejicanos y chilenos tardaron en darle el no pero se lo dieron.
Sin ellos no había resolución.

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