jueves 17 de mayo de 2007
Certezas y dudas del informe pericial
LA polémica sobre los explosivos que estallaron en los trenes del 11-M entra en su fase final, con la entrega a los jueces del más extenso y preciso informe pericial que se ha llevado a cabo para la investigación de un atentado terrorista. Los ocho peritos autores del dictamen -cuatro oficiales y cuatro de parte- han empleado las técnicas de análisis más modernas y su trabajo se ha llevado a cabo con plenas garantías de transparencia y objetividad. Precisamente, la exhaustividad de los análisis es lo que ha permitido detectar rastros mínimos de sustancias que no constan en anteriores informes periciales, sobre las que se han construido teorías alternativas a la que se está juzgando y cuya única finalidad es deslegitimar el trabajo de las instituciones del Estado de Derecho y de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Sin embargo, los ocho peritos están conformes con los resultados cualitativos y cuantitativos, es decir, con la identificación de las sustancias detectadas y con sus porcentajes de concentración. Precisamente, los resultados cuantitativos hacen inasumible la teoría de algunos peritos de parte de que los terroristas hubieran empleado «titadyn», pues el dinitrotolueno y la nitroglicerina, sustancias propias de esa dinamita (pero también de la Goma 2 EC), hallados en una de las muestras analizadas presentan porcentajes ínfimos que, en todo caso, están por debajo de lo que sería propio de un sustancia integrante del explosivo detonado.
Además, a estas alturas de la vista oral ha quedado demostrado que ETA no participó en los atentados del 11-M y que el Gobierno de Aznar nunca mintió en la información dada ese día y los posteriores a la opinión pública. Tampoco se ha presentado un solo indicio de que los islamistas contaran con otra vía de aprovisionamiento de explosivos distinta de la que dirigían Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro.
Ciertamente, cuando los peritos declaren ante el tribunal habrá ocasión para conocer las razones por las que se han hallado sustancias ajenas a la Goma 2 ECO, pero compatibles con otros explosivos, como la Goma 2 EC, de la que, tal y como se ha acreditado por los informes video y fotográficos de Mina Conchita exhibidos en la Sala, había cartuchos diseminados por las bocaminas y al alcance de los mismos terroristas que se abastecieron del explosivo empleado el 11-M. Lo fundamental para el juicio es que este informe no desvirtúa las bases de la acusación contra los veintinueve procesados y el hecho de que la mayoría de los peritos no esté en condiciones de poner nombre comercial a la dinamita que estalló no significa que el tribunal no pueda llegar a otra conclusión atendiendo al resto de las pruebas, que las hay y son convincentes.
Es lógico que el curso del proceso no satisfaga a quienes esperaban hallar la prueba irrefutable de la conjura policial contra el PP, de la participación de servicios secretos extranjeros o de la mano de ETA en la planificación y ejecución del atentado. Las sesiones del juicio han estado abiertas a todas las pruebas y a todas las hipótesis, pero sólo se han consolidado las que señalan a la célula que organizaron Jamal Ahmidan «El Chino» y Serhane Ben Abdelmajid Faked «El Tunecino», con la cooperación de la red de tráfico de explosivos de Suárez Trashorras.
miércoles, mayo 16, 2007
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