jueves, febrero 01, 2007

Florencio Dominguez, Jueces contra el poder

jueves 1 de febrero de 2007
Jueces contra el Poder

FLORENCIO DOMÍNGUEZ

En los años ochenta, los jueces vascos tuvieron que mantener un duro pulso con el Gobierno central. Su empeño en investigar las denuncias de torturas y malos tratos presentadas por detenidos acusados de terrorismo no gustó al Gobierno de Felipe González. Los magistrados tuvieron que librar una batalla firme y en ocasiones de extrema dureza para conservar su independencia y seguir con lo que consideraban su deber. Gracias a la firmeza demostrada entonces frente al poder los jueces vascos ganaron gran parte del crédito y la legitimidad que ahora tienen.En estos últimos años, la Judicatura tiene que librar una nueva batalla contra otro poder, el autonómico, que se resiste como gato panza arriba a tener que dar cuenta de algunos de sus actos ante los tribunales. A toda administración le cuesta someterse al control de los jueces, pero en el País Vasco parece que un poco más que en otras partes. No hay más que recordar las reacciones airadas que en ocasiones ha tenido la Diputación de Vizcaya tras sentencias desfavorables en el TSJPV. Ahora, estos días, el conflicto se ha planteado porque los jueces han llamado a declarar al presidente del Gobierno vasco. El conjunto del nacionalismo ha saltado como impulsado por un resorte alegando que el lehendakari no es un ciudadano más. En efecto, no lo es. Por eso su causa no la instruye un juzgado ordinario de Vitoria, sino el Tribunal Superior y ayer no tuvo que entrar al Palacio de Justicia por la puerta por la que entran todos los ciudadanos, sino que se le permitió el acceso por la entrada principal. Pero aparte de este gesto de cortesía y del privilegio procesal reconocido a todos los parlamentarios vascos, el lehendakari responde ante los jueces como cualquier otro ciudadano. Esto es lo que se demostró ayer. A los partidarios del lehendakari, y a muchos que no lo son, puede resultarles duro ver a un dirigente político declarando ante los tribunales en calidad de imputado y pueden considerar injusto y fuera de lugar el motivo por el que el presidente autonómico tuvo que comparecer ayer ante los jueces. Es posible que, al final, la Justicia les dé la razón y, por supuesto, existe el derecho a criticar esta resolución de los magistrados. Pero entre la crítica y la deslegitimación frontal de los jueces existe un trecho que en este caso ha sido recorrido al enfrentar al Poder Judicial con las instituciones vascas y al movilizar a los ciudadanos contra los magistrados. Por una vez, todos los miembros del órgano de gobierno de los jueces han estado de acuerdo en considerar que la manifestación celebrada en Bilbao tenía por objeto obtener una determinada decisión jurisdiccional «a través de presión política y al margen de los cauces legales», descripción que se parece bastante al delito de sedición regulado en el artículo 544 del Código Penal. f.dominguez@diario-elcorreo.com

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