Patxi López hace que Mariano Rajoy intensifique su oposición
Patxi López hará con Batasuna lo que Zapatero haga con ETA: negociar. Esa negociación, si es política, rompe los límites de la convivencia y el PP debe denunciarlo.
2 de junio de 2006. El 22 de marzo la banda terrorista anunció el llamado "alto el fuego permanente". Dos meses después, el 21 de mayo, el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero anunció el inicio de una negociación: "El próximo mes comunicaré a las fuerzas políticas el inicio del proceso del diálogo para ver el fin de la violencia con la banda ETA". Atrás quedaban dos meses de debates sobre la "verificación", en los que se comprobó que ETA y Batasuna querían un diálogo político con el Gobierno pero que no estaban dispuestas a renunciar a algunas de sus actividades.José Luis Rodríguez Zapatero se ha comprometido reiteradamente, desde cuando era líder de la oposición, a no emprender ningún diálogo político con ETA. Sin embargo, mientras que su Gobierno se dispone a hablar con la banda de la desaparición de ésta y del futuro de sus presos y de los criminales que aún permanecen en libertad, el PSOE vasco ha dado claros pasos políticos. El secretario general del PSE, Patxi López, ha anunciado una próxima reunión con los batasunos, con la meta común de establecer una negociación política.El presidente del Gobierno ha intentado explicar que la reunión del PSE con Batasuna "no es un diálogo ni una negociación política de ningún tipo". Sería, en su opinión, un mero sondeo de actitudes. Sin embargo, este doble proceso es similar al que Batasuna viene reivindicando desde tiempo atrás, y rompe lo previsto en el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, que Zapatero firmó con José María Aznar y que excluye cualquier tipo de pacto con los enemigos de la libertad.Durante todos estos pasos la posición del presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, ha sido notoriamente prudente. El PP no ha aprovechado las circunstancias para rentabilizar electoralmente su oposición, y Rajoy ha respaldado a Zapatero para que trate de acabar con ETA sin ninguna concesión política.Sin embargo, en las últimas horas la posición de Rajoy ha tenido que cambiar. Una vez constatada la disposición de los socialistas al diálogo con los etarras, la oposición ha decidido acentuarse, y "denunciar políticamente esta actitud". Teniendo en cuenta las circunstancias Rajoy no tiene otro camino para desarrollar sus tareas constitucionales como líder de la oposición y representante de todos los españoles que se oponen a la negociación política con ETA."A partir de ahora, si se produce una reunión con Batasuna, quedaré liberado del apoyo al Gobierno y estaremos en la situación anterior". Mariano Rajoy es hoy depositario de una legitimidad que supera los intereses concretos de su partido. El PSOE parece salirse del marco de convivencia democrática vigente, y al PP corresponde señalar los límites infranqueables.
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