lunes 2 de junio de 2008
La basura inmigrante
IRENE
LOZANO
EUROPA es ese continente que ha aprendido a reciclar el vidrio, pero arroja al vertedero la mano de obra una vez utilizada. Lo hemos previsto todo: este ejemplar de periódico se lee, envuelve la vajilla de una mudanza y aún llega a la fábrica de pasta de papel en condiciones de convertirse en una libreta escolar. ¿No es entrañable? Somos tan metódicos los europeos, tan rigurosos, cuando en la intimidad de nuestras cocinas nos molestamos en discriminar los residuos orgánicos de los inorgánicos... Qué exquisitez, qué sensibilidad la nuestra, capaz de convertir una piel de plátano en compost para las petunias del Retiro. Allí donde sólo hay materia inerte, nuestra creatividad pone una segunda vida. El genio civilizador de Europa brilla cada día en los cubos de basura.
Por desgracia, nuestro talento no siempre nos permite resolverlo todo; a veces nos ofuscamos, como nos está ocurriendo con los extranjeros. Ha llegado la crisis económica y, en consecuencia, el paro. El problema no es que haya inmigrantes ilegales, sino que no hay trabajo ilegal para darles, como hasta ahora. Venían haciendo posible el milagro económico, el crecimiento ilimitado, el boom inmobiliario y no sé cuántas cosas más, pero su vida útil ha expirado de súbito. Ante un error de sistema semejante, sólo cabe darles la respuesta del informático desconcertado: sal y vuelve a entrar (cuando se pueda). Aturdidos por el miedo como estamos, empezamos a hacer torpes juegos de manos -que aprendan la lengua, que firmen un contrato- sin saber exactamente si buscamos trucos para integrarlos o coartadas para echarlos.
No estamos razonando bien, no estamos explotando nuestras probadas habilidades para el ilusionismo. ¿Acaso hay algo más mágico que sacar un parterre de petunias de entre la podredumbre de una piel de plátano? ¿No deberíamos recurrir a la inspiración del genio civilizador europeo allí donde se halla en todo su esplendor? Ya que somos maestros en el arte del reciclaje, ¿no podríamos tratar a los inmigrantes como a la basura?
Si por algo tengo depositadas grandes esperanzas en el Gobierno de Berlusconi es porque parte de esa premisa. Se dispone a convertir en delincuentes a cientos de miles de inmigrantes ilegales, cuando la ministra Mara Carfagno pregunta: «¿Y qué hago con la asistenta de mi madre?». Ella misma da un paso en la buena dirección cuando propone separar los residuos adecuadamente: «Hay que distinguir entre los inmigrantes-problema y los inmigrantes-solución». Claro, por Dios. Eso es imaginativo y no arrojarlos a todos al vertedero de un campo de retención, donde estarán privados de libertad hasta 18 meses, sin garantías judiciales. Hemos de segregar el despojo del desperdicio, la piltrafa del escombro. Y cuando sólo nos quede ese puro detritus que no merece una segunda vida, sabremos dar a los cuerpos la dignidad otorgada a toda materia orgánica, para que puedan, convertidos en humus, hacer florecer nuestros jardines y prestarnos un último servicio.
http://www.abc.es/20080602/opinion-firmas/basura-inmigrante_200806020329.html
domingo, junio 01, 2008
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