miercoles 21 de noviembre de 2007
Mas asume las tesis de Ibarretxe
EL líder de CiU, Artur Mas, parece haberse decantado definitivamente por respaldar las opciones estratégicas más radicales y erróneas. Mas pronunció ayer una conferencia titulada «El catalanismo, energía y esperanza para un país mejor», con la que sentó las bases abiertamente soberanistas del proyecto que encarna y que viene provocando serias tensiones con sus socios de Unió. Ante una representación de ERC -los socialistas declinaron acudir al acto y el PP ni siquiera fue invitado-, Mas resumió su discurso en tres mensajes: primero, no tendrá inconveniente en emular a Ibarretxe a la hora de incorporar al discurso de CiU el manido «derecho a decidir», lo que significa que da ya por superados los conceptos de «autonomía» y «autogobierno»; en la misma línea, Mas propondrá una consulta popular si el Tribunal Constitucional recorta el nuevo estatuto catalán; y, en tercer lugar, CiU no ve factible un acuerdo con el PP tras las elecciones generales. Se trata, en definitiva, de un intento a la desesperada por recuperar el terreno perdido y por afianzar un liderazgo cada vez más en entredicho en el seno de la coalición, toda vez que en CiU perviven voces opuestas a descartar de antemano una futura colaboración con Mariano Rajoy.
La refundación del pancatalanismo que pretende Mas, en un momento de creciente exacerbación soberanista, diluye los perfiles teóricamente moderados de CiU, que compite así de manera muy arriesgada -para sus intereses en Cataluña y su posición en la política nacional- con el independentismo de Esquerra. CiU no ha enderezado su rumbo desde que perdió el poder autonómico y ni siquiera la fallida gestión del Gobierno tripartito es suficiente para que remonte su vuelo. Es un error que una coalición que aspira a la centralidad política y a ser influyente en Madrid renuncie a una diagnóstico objetivo de la situación en Cataluña y merme sus posibilidades por fijar sus opciones sólo en planteamientos nacionalistas e identitarios, declinando defender un modelo de sociedad coherente con su ideario democristiano o la eficacia en la gestión de los recursos públicos. Además, resulta simplemente descabellado que CiU se ratifique en el repudio al PP, que ya expresara de forma tan torpe como teatral con la firma de ese compromiso ante notario. No están las expectativas de CiU como para que Mas cierre la puerta a un pacto político con el PP. El experimento no le sirvió de gran cosa en las últimas elecciones autonómicas y lo lógico sería que Artur Mas mantuviera a su coalición en esa rentable ambigüedad que le ha permitido en anteriores ocasiones prestar su apoyo al partido mayoritario en las Cortes. En la senda de Ibarretxe, CiU no sólo se radicaliza, sino que renuncia al pragmatismo con que Pujol manejó la coalición durante más de veinte años.
http://www.abc.es/20071121/opinion-editorial/asume-tesis-ibarretxe_200711210246.html
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