viernes, septiembre 28, 2007

Xavier Navaza, Asi opina la vieja guardia del PSOE

viernes 28 de septiembre de 2007
XAVIER NAVAZA
corresponsal en galicia
Así opina la vieja guardia del PSOE
Todos supimos enseguida cómo sentaron en Génova, 13, sede central del Partido Popular en Madrid, aquellas declaraciones de Manuel Fraga sobre la idoneidad del alcalde de Madrid -Alberto Ruiz Gallardón- para engrosar las listas electorales de la próxima primavera como número dos, inmediatamente después de Mariano Rajoy. Los más avispados enseguida intuyeron que Ruiz Gallardón se estaba postulando como sucesor de Mariano y desde el Partido Socialista se trasladó la cuestión hacia un sentimiento de derrota anticipada de la derecha ante la cita de marzo con las urnas. Y eso sí que eran idus, no los de la antigua Roma.
Nos faltaba por saber, ahora, qué se mueve en la vieja guardia del PSOE: ¿qué opinan, quienes durante décadas lideraron el socialismo español, sobre el extraordinario sesgo electoralista que ha adquirido este año el debate sobre los Presupuestos Generales del Estado? Y no se trata de una pregunta baladí, porque en su respuesta va incluida la sorda crítica que desde hace algún tiempo -y desde ámbitos muy notables del Partido Socialista- se establece hacia José Luis Rodríguez Zapatero y su forma de gestionar el profundo e histórico debate territorial que ha llevado al actual pulso entre Madrid y los nacionalismos periféricos, a la caza del dinero que nutre la exhuberante caja general de la nación española.
Teníamos conocimiento de las misivas que, como correos del zar, envía periódicamente el ex alcalde de A Coruña Francisco Vázquez a quienes compartieron con él los laureles del edilato. Sabíamos, también, que figuras como el ex ministro José Bono, el ex presidente extremeño José Luis Rodríguez Ibarra y algunos más -Alfonso Guerra, ex vicepresidente, no sabe no contesta: sigue de oyente en la fronda del ruedo ibérico- mantienen en privado criterios muy parecidos al del actual embajador de España ante la Santa Sede. Pero nos faltaba por conocer la opinión del ex presidente Felipe González. Pues bien, ya hemos despejado la incógnita.
Lo curioso es que, tal y como se expresó ayer a través de las páginas de El País, en palabras que recogía la agencia Efe, González coincide con una idea que estos días circula con intensidad en ámbitos de la derecha española: que antes de sucumbir a la presión de los nacionalismos vasco y catalán -de modo especial- Zapatero debería prorrogar los actuales Presupuestos y dejar que las urnas de marzo decidan qué habría de hacerse después. Según Felipe, el Gobierno central "debería dejar claro que no se dejará arrastrar por unos o por otros en este tironeo preelectoral, porque, a fin de cuentas, y de cuentas hablamos, si no hubiera acuerdo presupuestario, la tragedia no sería mayor. Con una prórroga de lo que hay y la decisión de los ciudadanos a las puertas del próximo año, asunto arreglado". Y añade: "...si los excesos se acumulan y todos se sienten con derecho a abusar de sus supuestas (que no reales) posiciones de fuerza, más vale contárselo a los ciudadanos para que decidan en marzo lo que quieren". De hecho, González identifica la extrema presión que Barcelona y Gasteiz, entre otras capitales autonómicas, ejercen sobre el Gabinete de Zapatero en este caliente y disparatado otoño de 2007, poniendo gravemente en almoneda los principios de la solidaridad interterritorial que hace tres décadas dieron pie al nacimiento del Estado de las Autonomías.
AS BURGAS
La ciudad y los duendes
Alexandre Sánchez Vidal, teniente de alcalde en Ourense, sostiene que el gobierno de coalición establecido allí entre PSdeG y BNG "funciona muy bien acompasado". Y ello se debe, dice, a que "el espíritu del bipartito lo marca el Benegá". Sus palabras llegan después de que el alcalde, el socialista Francisco Rodríguez, hiciese en solitario el balance de los cien primeros días de coalición. Y tal vez explican la existencia de duendes en la casa grande de aquella ciudad .
ARENA DE RONDÓN
El capote de Núñez Feijóo
Causa estupor, cada semana tras el Consejo de Ministros de la nación galaica, ver al presidente del Gobierno yéndole al trapo al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. No es su papel. Para esas cosas que trae consigo el vitriolo de la acción directa, el PSdeG-PSOE cuenta con picos de oro más que suficientes para evitarle a Emilio Pérez Touriño esa insufrible y periódica bajada a la arena del rondón. Piensen en Ismael Rego, portavoz del grupo socialista en la Casona del Hórreo. O en Xaquín Fernández Leiceaga, por poner otro ejemplo destacado. Con ellos y algún lanzarote más a pleno rendimiento, don Emilio debería estar en condiciones de escabullirse de un cuerpo a cuerpo que en ocasiones adquiere las dimensiones de un callejón sin salida. La salud de la más alta institución de nuestra tierra se lo agradecería y nosotros contaríamos con la presencia de un presidente más templado, capaz de resistir la tentación de irle cada día al capote del diestro Feijóo .

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