viernes 28 de septeimbre de 2007
El PSC-PSOE contra la Corona Pablo Sebastián
Al presidente Zapatero este país, España, se le va de las manos como un chorro de agua mientras esboza, con su pasmosa sonrisa, su desconcierto, como el que brilló el pasado 29 de diciembre cuando anunció un final feliz en la lucha contra ETA y al día siguiente estalló la bomba de Barajas. Así de sorprendido, por sus colegas del PSC y sus compañeros de viaje de IU y de la Esquerra, apareció ayer el presidente del Gobierno, quien se ha visto obligado, tarde y mal y con el daño hecho, a hacer rectificar al PSC para retirar del Senado un propuesta con la que se pretendía apartar al Rey del mando de las Fuerzas Armadas que le otorga la Constitución.
Al presidente del Gobierno, poco a poco, con su complicidad y simpleza, o por incapacidad política, se le escapa todo de las manos, como se pretenden escabullir de la unidad de España, pasito a paso, los gobiernos nacionalistas de Cataluña y el País Vasco —hoy se espera un nuevo desafío de Ibarretxe en Vitoria convocando un referéndum- de la unidad nacional— siguiendo la senda y condición “discutida y discutible” de la nación española, según las palabras del presidente. Y agarrándose a los estatutos soberanistas que emanan de los pactos hallados con el palacio de la Moncloa, en pos de un inédito modelo confederal del Estado por el que también se dan a la fuga en el PSOE, las federaciones de su propio partido —ayer José Montilla dijo en el parlamento catalán que si fuera por el PSOE él no sería el presidente de la Generalitat—, el histórico Partido Socialista donde algunos emblemáticos dirigentes no salen de su asombro por el desvarío de su líder.
Pruebas de todo esto las ha habido a lo largo de toda la legislatura y, por si alguna faltara, ahora desde el PSC-PSOE y desde sus socios de Gobierno en Cataluña y en el parlamento de España —ERC e IU— están proponiendo una serie de iniciativas políticas y parlamentarias que tienen por objetivo jalear y calentar los últimos ataques públicos lanzados contra el Rey quien, como dice la Constitución Española, es “símbolo de la unidad del Estado”.
Ahí está la propuesta presentada en el Senado por el grupo de la Entesa de Cataluña donde se integran el PSC-PSOE, Esquerra Republicana e IU-ICV, en la que se solicita que en la nueva Ley de la Carrera Militar se otorgue el mando del Ejército al Presidente del Gobierno, en contra de lo que dice la Constitución (artículo 62 apartado. H, “corresponde al Rey el mando de las Fuerzas Armadas”), y que además se suprima la regulación por el Gobierno de la carrera militar del Príncipe de Asturias. Otro partido socio del PSOE, el BNG —con el que gobiernan en Galicia— Zapatero, solicita la suspensión del juramento a la bandera española en las Fuerzas Armadas.
Propuestas todas ellas inconstitucionales con las que el PSC-PSOE y los compañeros y los socios políticos del Presidente Zapatero y del PSOE pretenden aumentar y dar alas a los ataques que la Corona y el Rey están sufriendo, en estos días, por los sectores radicales del nacionalismo vasco y catalán y que se extienden al público desprecio a la bandera española.
Sin olvidar que estas provocadoras invectivas, que el Gobierno pretende reducir a cuestiones que considera banales y sin alcance político, que todo ello ya forma parte del gran jolgorio que en torno a la Familia Real están organizando conocidos programas basura y del corazón de grandes cadenas de televisión nacionales.
A los que hay que añadir otros ataques contra la figura del Rey que, en los últimos días, han emanado de la extrema derecha española, donde se ubica la cadena nacional de radio COPE, propiedad de la Conferencia Episcopal, donde su primer comunicador, Federico Jiménez Losantos (el protegido de la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre), ha pedido la abdicación del Rey, mientras daba pábulo al libelo en forma de libro que, contra el monarca y el ex presidente Adolfo Suárez, ha lanzado el eurodiputado del PP, Luis Herrero. Y a no olvidar, en todo ello, la infame campaña que la emisora episcopal está orquestando contra el diario monárquico ABC.
Sabemos que España no se rompe, que el Estado es fuerte y que la Corona, como todas sus instituciones están donde deben, pero esta escandalera que cuenta con el visto bueno del presidente del Gobierno y del PSOE, no va a traer nada bueno para la convivencia de los españoles. Como tampoco van a encontrar, estos temerarios payasos del entorno gubernamental y de los nacionalistas apoyos ni reconocimiento por parte de quienes defienden con dignidad la causa de la República, porque esta última estará siempre de lado de la democracia y a la libertad, y nunca de semejante conglomerado de fantoches e irresponsables que no saben a dónde van.
jueves, septiembre 27, 2007
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