jueves, septiembre 27, 2007

Garcia Brera, En desagravio de Allmuñecar

viernes 28 de septiembre de 2007
En desagravio de Almuñecar
Miguel Ángel García Brera
V IENDO las escenas que la televisión ha mostrado estos días, o yo me dejo influir muy fácilmente o el drama de Almuñécar es de primera magnitud. Sin embargo, no me ha parecido que haya tenido el eco solidario que alcanzaron, en el pasado, otros avatares sufridos por ciudades o comarcas. La inundación de Valencia, cuando el Turia se desbordó hace años, produjo una explosión de solidaridad surgida desde todos los rincones de España en cada una de sus regiones. La radio, que era el primer medio de comunicación masiva de la época, se mostró receptiva e impulsó y canalizó la actividad fraterna que surgía de todos los españoles de aquí o de allá. Podría decirse que aquella inundación fue mil veces más dañina que ésta, pero, al margen de la magnitud –probablemente no se requiera tanta ayuda como en aquella ocasión-, lo que he echado en falta son parecidas voces de acompañamiento y acercamiento a los habitantes. Incluso, más recientemente, el asunto del Prestige concitó el apoyo de mucha gente, capaz de llenarse de chapapote hasta los ojos, por ayudar a limpiar un litoral que, no por ser más gallego que andaluz o catalán, era menos español que todo el que bordea España. Pero que yo sepa, no se han dado traslados de gente animosa que se haya acercado a quitar barro y poner orden en las calles de la ciudad, granadina, invadida por las aguas. Almuñécar es una bello lugar, con gran predicamento entre los veraneantes, que pueden bañarse en 26 playas y disponer de variados cursos de verano de distintas Universidades, de un buen muestrario museístico y monumental, y de numerosas oportunidades de diversión. Con asentamientos de la Edad del Bronce y recuerdos fenicios, de cuyas épocas quedan algunas necrópolis, la ocupación romana dejó evidencias importantes de un tiempo en el que se edificó el acueducto, todavía en uso, y se construyeron factorías de salazones, cuya pasta, el “garum”, podría equipararse a un primer “caviar” conocido en nuestro territorio. Los árabes también se enamoraron de la ciudad y dejaron su huella importante en las técnicas agrarias, así como en algunas construcciones defensivas, antecedente en parte, del hoy Castillo de San Miguel. Abderramán I desembarcó en Almuñécar, el año 755, para iniciar la conquista de Al Andalus y fundar el califato de Córdoba, y el Ayuntamiento, en 1984, le levantó una gran estatua, expresión de una memoria histórica serena y objetiva, resultando pionero en el entendimiento, sin retórica, de lo que es una auténtica alianza de civilizaciones. Ya, en el siglo XX, y, muy especialmente, desde que hace unos 25 años llegó al Ayuntamiento un alcalde, Juan Carlos Benavides, médico de profesión, pero enamorado del quehacer municipal, reelegido, con distintas alternancias en el cargo, pues, al probar con otros en algún mandato, parece que se echó en falta al que cito, y los vecinos volvieron a llamarle con sus votos en los comicios siguientes, un gran desarrollo se ha manifestado en torno al turismo y a las plantaciones de frutas y vegetales como la chirimoya, el mango y el aguacate, retomando así, aunque con cultivos diferentes, la pasión agrícola árabe que había sido largos siglos olvidada. Parece que se ha solicitado la ayuda derivada de la declaración de zona catastrófica para Almuñécar, pero, con ser de justicia que le sea concedida con la máxima generosidad, seguiré pensando que, en esta ocasión, los españoles no hemos estado a la altura de una ciudad marinera bellísima, con yacimientos arqueológicos y un Museo de la especialidad, del máximo interés; poblada por gentes acogedoras y alegres, capaces de luchar por su tierra para embellecerla y ofrecerla con la máxima apertura a todo visitante. ¿Será que los españoles empezamos a ser más regionalistas, más provincianos, más comarcales, mas pueblerinos, más entecos y obtusos en un mundo que, por el contrario, va hacia lo supranacional y no hacia el aldeanismo que es una individualista y antisolidaria señal de identidad?

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