Nos toman por idiotas

miercoles 16 de mayo de 2007
Nos toman por idiotas
LO peor no es que ETA/Batasuna, que sigue usando y abusando del Estado de Derecho, pueda volver a estar presente en los ayuntamientos del País Vasco y Navarra, y lo haga sin disimulo alguno bajo el maquillaje de Acción Nacionalista Vasca. No, peor es que, además de eso, el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido; el portavoz del grupo socialista en el Congreso de los Diputados, Diego López Garrido; y el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que lo consiente y ampara, nos tomen a los ciudadanos por idiotas. Pues nos toman y, por si no fuese suficiente, hacen mofa y befa de nuestra limitada capacidad de respuesta.
El pasado domingo Conde-Pumpido declaraba cuanto sigue: «La Fiscalía va a estar muy atenta respecto a cuál es el comportamiento de los líderes más notorios de Batasuna durante la campaña electoral y con posterioridad, habida cuenta de que esos dirigentes han dejado claro que ANV no era su opción. Pero si se manifiestan de manera que ANV es su opción, naturalmente este comportamiento podría ser un indicio adicional para su futura ilegalización o incluso para su suspensión por la vía penal, que puede hacerse (...) incluso antes de las elecciones». Puro farfullo. Huera y hueca palabrería.
Esa forzada realidad gubernamental -o sea, el proceso de paz- terminó por imponer su cretino criterio. El mismo día en que Conde decía cuanto antecede, un batasuno desafiante y chulesco, no de otro modo se exhibió Pernando Barrena, mostraba a los periodistas una papeleta para las municipales del próximo día 27 con la candidatura y siglas de ANV, para la que de modo explicito y sin ningún tipo de ambages pidió el voto.
En cualquier otro país democrático que no fuese España e incluso aquí, con cualquier otro gobierno que no fuese el presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, la actuación del fiscal general del Estado habría ido directamente contra la ilegalizada Batasuna y sus nauseabundas recomendaciones, nada disimuladas, de burlar su ilegalización por medio de la contramarca de ANV. La palabrería vacua y propagandística de la antedicha declaración de Conde-Pumpido se reencarnaba, a la hora de la verdad, en la complaciente comprensión, solidaridad y afecto que muestra con y para el proceso. Para Conde-Pumpido no es suficiente el blanco y en botella, código de barras incluido, mostrado por Barrena. Necesita más indicios, dice, para poder actuar. Para él un indicio, pero qué indicio, por sí solo no sirve para sustentar una demanda de ilegalización por la vía administrativa, ni tampoco para pedir la suspensión cautelar de las actividades de Acción Nacionalista Vasca, por la vía penal dentro del sumario abierto contra Batasuna, que dirige Baltasar Garzón.
De modo que Conde-Pumpido ha dicho en poco más de veinticuatro horas aquello tan sabido de donde dije digo digo diego, que no es otro que Diego López Garrido, cuya desfachatez a la hora de justificar las actuaciones del Gobierno, o del propio fiscal general del Estado, no tienen parangón posible. Al hilo argumental de lo excretado por Parrena, respondía López Garrido, con el descaro que le caracteriza, «que lo que hay que ver es si Batasuna estará en las instituciones». «Y no va a estar - añadía sin pestañear- porque el Gobierno lo ha impedido con una estrategia certera que ha recibido el apoyo unánime de los magistrados del Supremo y del Constitucional».
Después de maniatar a los jueces para que no actuasen contra Otegui, lo que le libro de ingresar en prisión; de conceder a De Juan Chaos un trato de excepcional privilegio sacándole de prisión; de la parodia de ilegalizar aquellas listas de ANV, justo las de las poblaciones con menores posibilidades de obtener representación; y ahora con el trágala del fiscal ante el desafío de Batasuna, lo que quieren es que comulguemos con ciclópeas piedras de molino. Dado que una importante parte de la población asiente y calla, desde el poder han llegado a la conclusión -no del todo errónea- de que pueden tomarnos por idiotas en el momento que quieran. Y en ello están.