El trapo del PP

jueves 17 de mayo de 2007
El trapo del PP
Dice Gaspar Llamazares que José Luis Rodríguez Zapatero se equivoca entrando al trapo del PP. Que hablar, como hizo el martes el presidente en Vitoria, de las listas de ANV o de la negociación con ETA es caer en la trampa de los populares. Que no estamos, vaya, ante unas generales. Lleva razón Llamazares. Estamos donde estamos, eso es, en la campaña de unas elecciones locales y autonómicas.
Pero resulta que este trapo al que acudió presto Rodríguez Zapatero, y al que no han hecho ascos ni el ministro de Justicia ni el fiscal general -aunque este último pidiera ayer, con la boca pequeña y falsa, unas elecciones en paz-, tiene un origen, una causa primera: el toro, el toro socialista. Y a ese toro hay que lidiarlo, no queda más remedio. Por tradición, porque así lo exige la fiesta electoral, pero, sobre todo, porque este toro anda completamente desquiciado, a merced de una banda de criminales con la que parece haber cerrado un trato inconfesable cuyo primer punto es la presencia de los amigos de esta banda en más de un centenar de listas electorales.
Ante semejante barbaridad, el PP no puede echarse atrás. Debe rematar la faena. Ver en ello una mera estrategia partidista es tener en muy baja estima el propio sistema democrático. Porque la denuncia de lo que está ocurriendo con las listas bendecidas por Batasuna constituye precisamente la única certeza de que puedan seguir celebrándose en España -cuando menos en la España actual-, con plenas garantías, elecciones generales, locales y autonómicas. Es decir, elecciones