martes, mayo 02, 2006

La crisis economica enseña la oreja

miercoles 3 de mayo de 2006
La crisis económica enseña la oreja
Santi Lucas (El semanal digital)

O CUPACIONES hoteleras masivas y multitudinarios traslados turísticos por tierra, mar y aire, durante un largo puente festivo, son síntomas de que la sociedad española, considerada en rasgos generales, disfruta de un apreciable bienestar y se desenvuelve muy lejos de las restricciones y penurias asociadas a las etapas de crisis económicas. El mismo día se anuncian casi siete millones de desplazamientos y 95.000 parados más en España. El Gobierno responde al segundo dato sin rubor (al primero ni lo intenta). El secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, dice que "la subida del paro durante el primer trimestre del año es consecuencia de un crecimiento espectacular del empleo". Sin embargo, la percepción ciudadana sobre la situación económica va siendo cada día más negativa, como reflejan las encuestas periódicas de opinión, aunque estemos viviendo todavía de las rentas y de un modelo de crecimiento heredado y sin retocar. El mismo optimismo simplón que rodea la actividad del Gobierno alcanza también a la economía. La competitividad, la inflación, los intereses crecientes, el déficit exterior y otras muchas rúbricas económicas siguen un curso preocupante y nada jubiloso en estos momentos. Los expertos creen, además, que Zapatero ha perdido el tiempo más conveniente, el de sus dos primeros años de gobierno, para corregir algunos desequilibrios y poner en marcha las reformas estructurales precisas en materia laboral, fiscal o industrial, por ejemplo. La salud de cartera de los ciudadanos es el resorte que, en términos políticos, opera con una mayor puntualidad y determinación. Los españoles conservan fresca en la retina la imagen de un gobierno manirroto, inepto, arrumbado por la corrupción, incapaz de competir, ni de alcanzar los objetivos imprescindibles para formar parte de una alianza supranacional y con mercados globalizados. Saben, con la misma nitidez que lo anterior, a quién debemos los españoles la etapa de gobierno más próspera, más seria, más rigurosa y honrada de nuestra democracia. Sucede que cuando las cosas de comer van bien, parece que van bien por sí solas, sin estímulos ni explicaciones objetivas, y no es eso. En España hay indicios ciertos de una despensa que empieza a tener algunos estantes vacíos, en la que hay que reponer productos frescos y tomar decisiones para que no cunda la escasez. Sucede que entre monadas y señuelos el gobierno de Zapatero sestea, nos entretiene y distrae, y fía todos los réditos a una tregua.

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