¡Esos liberales de boquilla que solo viven del presupuesto...¡

EL ANÁLISIS

¡Esos liberales de boquilla que sólo viven del presupuesto...!
Graciano Palomo

Quitar el de abajo y descomentar el del economista

Claman contra el Estado, pero no dejan escapar un solo euro del erario público que puedan embolsarse. Legalmente, sí, pero ¿éticamente? Como dos conocidos catedráticos de la Juan Carlos I.

3 de mayo de 2006. Leonardo F. Silva me manda un e-mail revelador: dos catedráticos de la Universidad Pública Rey Juan Carlos, la que el PP creó para sus amiguetes, Victoriano Martín, y su cuate Fernando Bécker, anuncian un curso de verano, esto es, algo para llevarse unos buenos euros, titulado La economía de la Comunidad de Madrid. Hasta ahí nada que objetar.Lo que resulta en sí obsceno, máxime en personajes universitarios, es lo que sigue, que a ver si lo averiguan ustedes porque no tiene desperdicio: ¿quién patrocina el evento que tiene paralizados a todos los grandes cerebros de la macro y la microeconomía del mundo mundial? ¡Pues la Consejería de Empleo de la Comunidad de Madrid! ¡Bingo!No sé lo que realmente llama más la atención. Si que dos "catedráticos" hechos y derechos –quizá con oposiciones ad hoc, para qué engañarse- tengan el escaso pudor de anunciar un curso sobre una entidad que lo financia -¿dónde queda la mínima decencia universitaria y su rigor intelectual?- o el propio descaro y la falta de escrúpulos a la hora de publicitarlo.El historial de Fernando BéckerNo creo que la presidenta de la Comunidad, a la que sirven, esté precisamente feliz con ese tipo de iniciativas. No lo creo. Ella va de liberal auténtica. Tampoco ha sorprendido a nadie el hecho de que Bécker ande en esos menesteres.Rodrigo Rato le conocía muy bien y le mandó al Averno cuando el PP alcanzó el poder en 1996. Le dió un pesebrito en forma de ICO (Instituto de Crédito Oficial) y al poco tiempo se largó a Iberdrola, donde según sus enemigos, que los tiene y muchos, le dieron el carguete de director de Relaciones Institucionales a cambio de los mismos favores que había hecho a la eléctrica de Íñigo Oriol cuando era consejero de Economía en Castilla y León. Juan José Lucas y otros altos dirigentes del PP siempre hablaron pestes del yerno de Carlos Robles Piquer, que se venían a sustanciar en el apodo "el argentino", esto es: compradle en lo que vale y vendedle en lo que dice que vale. Punto. Con eso está todo dicho.En fin, cada uno tiene derecho a ganarse el pan donde puede y quiera, pero siempre dentro de un orden. Liberales de pacotillaAdemás del caso flagrante y sangrante de estos dos catedráticos en la universidad "privada" del PP (había que compensar la Carlos III, la otra privada de Peces-Barba... pero claro, todo esos ejercicios de vanidad personal, pagados con los impuestos del sufrido pueblo español), está lo de los liberales de pacotilla. Conozco ciento de ellos. Periodistas que van de liberales y en cuanto ven un céntimo publico se lanzan en plancha; politicos que se envuelven en la celofán de Milton Friedman y trincan todo lo que vuela en el erario público; y estos dos grandes cerebros de la mundialmente famosa Universidad Rey Juan Carlos, que pregonan un curso sobre la economía de Madrid pagado con dinero de los que van a enjuiciar.¡Esto no resiste un análisis! Es un gol clamoroso que alguien ha metido a doña Esperanza Aguirre Gil de Biedma, que ella sí es liberal. Cuando se entere van a temblar los paredones del viejo caserón de la Puerta del Sol y a alguien se le van a ver las facturitas.Victoriano Martín es un buen tipo, outsider y superviviente, al que hay que perdonar que quiera agarrar unos euros del presupuesto público. Fernando Bécker, en cambio, es un tipo acaudalado, que está ganando dinero, aunque despreciado en su propio partido, al que le tomaron el número a la primera, y que al final quiere hacer carrera publicitando, por precio supongo, a los que le pagan.Pero, señores catedráticos, un mínimo de decencia, hombre. Guarden siquiera las formas.En cualquier caso, gritemos todos a una, fuerte y sin desafinar: ¡Viva el liberalismo… de pacotilla!