AGLI
Objetivo: Llegar al 20-N
César VIDAL La Razón 3 Octubre 2011
Da hasta grima decirlo, pero el principal objetivo de no pocos gobiernos autonómicos para lo que queda de este bien poco afortunado año es no entrar en
suspensión de pagos antes de las elecciones del 20-N. La razón es más que obvia. Un partido al que salpicara una quiebra autonómica podría ver dañadas hasta
límites insospechables sus posibilidades electorales. Claro que una cosa es lo que se desea y otra lo que hay. El derroche ha sido tan disparatado durante
años y años; la deuda acumulada es tan descomunal y los gastos fijos resultan tan astronómicos que para algunos la tarea se presenta punto menos difícil que
la Misión imposible más erizada de obstáculos. Vaya por delante que el drama discurre, como la muerte, por todo tipo de barrios. En los suburbios del
socialismo, Andalucía no sólo está más que quebrada en la práctica sino que, por añadidura, nadie sabe a ciencia cierta hasta dónde llega la insondable
hondura de un foso de deuda que debe estar rozando el mismísimo centro de la tierra al que viajaron los personajes de una conocida novela de Julio Verne.
Como los socialistas andaluces andan a la greña y no les cautiva la idea de facilitar el camino a Javier Arenas, y como además pinta en bastos para
Rubalcaba, es de suponer que harán todo lo posible por evitar la quiebra manifiesta. Cuestión bien distinta es que lo consigan. En el centro del poder
autonómico popular, la Comunidad valenciana está con el agua al cuello y no me refiero al Mediterráneo a su paso por el Grao de Gandía. No digo yo que no se
pueda entender a Rita Barberá indignada porque las compañías eléctricas pretenden cobrar el recibo de la luz, pero cuando se gasta el dinero del
contribuyente en impulsar en distantes repúblicas hispano-americanas una lengua que ni siquiera es el valenciano y se interpretan las críticas como perversas
maniobras del PSOE acaba pasando lo que ya está pasando.
Finalmente, paradigma del nacionalismo y de la desgracia económica que surge indefectiblemente de él, nos encontramos a Cataluña. Con casi el treinta por ciento de la deuda de las CCAA a sus espaldas, con no menos de once mil millones de euros que ha de abonar antes del 31 de diciembre y con un gasto fijo en embajadas fantasmales y difusión del catalán que no piensa reducir, ese aprendiz con tupé llamado Artur Mas no tiene como preocupación la cuesta de enero si no las correspondientes a todos y cada uno de los meses anteriores. Y en medio de ese maremágnum que nos han dejado ZP y sus acólitos nacionalistas – y al que han contribuido algunas administraciones del PP como la regida por Ruiz Gallardón ahora y por Camps antaño– el todavía presidente del Gobierno tiene como única meta apurar el vino frío y dulce de los últimos días en La Moncloa. En otras palabras, cuando más arrecia la tempestad económica, el primer causante de la calamidad se va a su marfileño camarote a lamentarse de que los españoles no hayamos comprendido su genialidad. Todo esto sucede mientras tenemos por delante dos meses sin Gobierno y casi medio año antes de los próximos Presupuestos. Si salimos con bien de ésta es para que hasta el ateo más recalcitrante reconozca la existencia de Dios.
La izquierda estupenda
Antonio Pérez Henares Periodista Digital 3 Octubre 2011
Lo más estupendo de ser de la estupenda izquierda es que uno siempre tiene razón y además queda del lado de los buenos. En caso de derrota, aunque sea por
“suscripción” popular, ello será debido a)no lo hemos explicado bien b)las malas artes del perverso enemigo o c)el pueblo se ha equivocado. Nosotros
seguiremos siendo estupendos, teniendo la exclusividad de la razón, poseyendo el corazón de la bondad y siendo los depositarios de la ética, el progreso y el
futuro. Fuera solo queda la tiniebla exterior, el lado oscuro de la fuerza en el que circulan los malos y al que caen los débiles y los vendidos.
La izquierda más estupenda que uno ha conocido, y soportado, ha sido la del PSOE desde sus comienzos de aluvión y su llegada al paraíso del poder y la gloria
desde apenas la nada y aún menos el paso por ningún infierno. Pero dentro de lo estupendos que siempre han sido los socialistas españoles de estos tiempos, o
sea esos que son de toda la vida que es lo que llevan en el cargo que es cuando entraron en el PSOE ya muy muertecito Franco, el zapaterismo ha sido el grado
sumo, el más colorido y resplandeciente del estupendismo, el espécimen más deslumbrante, la quintaesencia del progre, la más refulgente mariposa de las
apariencias. Y hoy lo sigue siendo. Aunque les hayan pasado las urnas por encima el 22-M hasta dejarlos sin una almena y hasta sin alas. Y lo seguirán siendo
después del 20-M aunque la ciudadanía los trate cada vez más como a moscas.
La campaña de Rubalcaba es ante todo y sobre todo ese mismo principio esencial. Ninguna culpa es suya. Lo hicieron bien cuando hicieron una cosa y aún mejor
cuando hicieron la contraria. Que el país este cayéndose a cacho, las familias con el agua al cuello y el paro ruga siniestramente en todas las casas es cosa
que ellos han hecho todo lo posible por resolver, aunque fuera negando el grito de todos los ojos, y que sin ellos aún hubiera sido mucho peor. Que partieron
de una situación envidiable y que estamos en la angustia es responsabilidad de cualquiera: llámese destino, sistema, el mundo mundial, la crisis planetaria,
Bush y la pérfida herencia del pérfido Aznar, el mas malo de la derecha universal. ¿Que podían hacer ellos que tan solo gobernaban, que simplemente se
limitaban a mandar sobre el país?.
Han tenido que sacar de la pista a quien hasta ayer era el maravilloso timonel, la sonrisa de la rosa y si pudieran lo harían desaparecer, igual que harían
desaparecer la memoria de si mismos, de su propio candidato y de sus poderes y sus obras bien recientes. Nada de ello les puede ser imputado, ni reprochado
ni siquiera recordado. Vade retro, Satanas.
Ese es el eje esencial de la campaña, el principio que fundamenta todo el discurso. Nada hay ni habrá un rastro de humildad, ninguna disculpa y menos aún el
reconocimiento de un error. Aunque se enuncie un balbuceo este no será concretado jamás y lo que prevalecerá en el fondo y asomara a nada que se apriete en
las formas es que quienes deberían de hacer penitencia y rasgarse las vestiduras son aquellos que han cometido la maldad de criticarlo y la traición de
abandonarlos.
Eso es lo que nos está diciendo Rubalcaba en la campaña y los que dicen los derrocados barones por sus antiguos feudos. A ese toque concitan a los “buenos”.
A que lo peor son los otros. Como poco, tontos, como calificación, enemigos de la humanidad y como lugar común para andar por casa: todos unos fachas.
La Convención Socialista del pasado fin de semana es el fiel reflejo de ese acto fallido que fue el zapaterismo, de ese presente asustado y amnésico por
donde navega Rubalcaba y de ese arrebato de pasados al que pretenden aferrarse. Una encuesta , otra de las todas que les pronostican la hecatombe, la
clausuró. Su respuesta fue idéntica a cuando hace unos meses les auguraron la catástrofe. “Este partido está acostumbrado a conseguir buenos resultados con
pronósticos que no le son favorables"” dijo el triste Iglesias, lo mismo que antes del terremoto anterior. Porque como había dicho el abuelo Felipe, que una
de los suyos le llamo Cebolleta, esto “se arregla en un telediario” o como mucho en dos , que terció Pachi López. Solo falta ahora que remate el genio
demoscópico Pepe Blanco: “Nosotros no celebramos encuestas, celebramos resultados”. Pues nada, que sigan celebrando estupendamente el funeral.
El voto informado
La dualidad que lleva a Rubalcaba a negarse a sí mismo y a su pasado ya no engaña a nadie.
Juan Van-Halen GCT
El 20 de noviembre el pueblo tendrá la palabra. Suele decirse, desde un buenismo a mi juicio mal entendido, que “el pueblo nunca se equivoca”. Pero no es
siempre así. Hitler llegó al poder por unas elecciones, y ya sabemos en qué dio. La democracia sólo es “el menos malo de los sistemas políticos”, según la
definición de Churchill. Nada más y nada menos.
Recuerdo aquella ironía de Agustín de Foxá, un heterodoxo de derechas, en su novela Madrid de Corte a checa, cuando cuenta que en una reunión de médicos
ateos, picapleitos y boticarios masones se somete a votación la existencia de Dios y deciden que no existe por una mayoría de siete votos. El resultado del
esperpéntico acto hubiese sido otro con votantes distintos, más objetivos y más informados. Y nada tenía que ver, en todo caso, con la existencia de Dios.
En el voto pesa el índice de información de los votantes. Si no cuentan con una información veraz o, peor, son interesadamente desinformados, no podrán
formar un juicio sobre lo que más conviene al interés general. Por ejemplo, si en las elecciones generales de 2008 los electores hubiesen contado con una
información veraz sobre la grave situación económica que ya avanzaba, es probable que el veredicto de las urnas hubiese sido distinto. Pero la realidad fue
manipulada. Los electores recibieron machacona y desvergonzadamente el mensaje de que España iba bien, que estábamos en la champions league de la economía
mundial, que nuestro sistema financiero era fuerte, que la crisis iniciada en Estados Unidos no saldría de allí. Y acusaron de antipatriotas y agoreros a
quienes anunciaban lo contrario. Basta ver ahora el célebre debate Solbes-Pizarro en televisión para comprender hasta qué punto ya había quienes veían que la
crisis económica golpearía a España mientras otros se aferraban a la idea de una España sin riesgo de crisis, rica y feliz. La demagogia y la mentira son la
desinformación misma.
Y no puede aducirse que el Gobierno no sabía entonces lo que se avecinaba, porque en su día se conoció un informe del Banco de España, de antes de las
elecciones, en el que se anunciaba que la crisis económica afectaría a Europa y con mayor virulencia a nuestro país.
Lo vivido desde la segunda elección de Zapatero evidencia que, por desgracia, los electores se equivocaron en 2008. No habían recibido una información veraz
previa. Lo que cuenta ahora, en vísperas electorales, es si estamos recibiendo una información veraz.
Todos o casi todos los partidos proclaman que hay que apretarse el cinturón, pero entre unas y otras proclamaciones hay diferencias y no de matiz. El PSOE
lleva diciendo desde hace mucho que estamos saliendo de la crisis; el propio Rubalcaba declaró el pasado 2 de agosto que son evidentes los síntomas de
mejoría económica y acabo de escucharle de nuevo asegurar algo parecido. Otras formaciones, como IU, nos anuncian que la salida de la crisis está en lo que,
generalizando, supone apostar por “lo público”. Lo llaman “una salida a la crisis desde la izquierda”. Las experiencias enseñan que lo que puede entenderse
como tal salida supondría la felicidad de los sindicatos, el engaño de los ciudadanos, la dimensión exagerada del sector público, más déficit, más deuda, la
huida de capitales al exterior, la parálisis inversora, y, en definitiva, más paro.
El Gobierno de Zapatero no creyó nunca en las medidas correctoras de la crisis, porque, además de liberales, eran impopulares, y por eso no las tomó o las
tomó tarde y acuciado por la Unión Europea, el BCE y el FMI. El Partido Popular propone sus fórmulas para salir de la crisis, que se han reflejado en decenas
y decenas de iniciativas parlamentarias votadas en contra por el PSOE y sus ocasionales –y carísimos– socios en el Congreso de los Diputados y en el Senado.
No es cierto que no exista una alternativa palmaria a la política económica del dúo Zapatero-Rubalcaba. Los ejes de la fórmula de Rajoy son similares a los
que su partido puso en marcha en 1996 cuando se encontró España con una tasa de paro del 22,1%, aún superior a la actual, y la dejó con un 10,7% en 2004,
creando cinco millones de empleos frente a los actuales cinco millones de parados.
Grecia, con un Gobierno socialista, tampoco creyó en medidas impopulares, y ha acabado en el hoyo más profundo. Vive de lo que le dan. Las últimas medidas
griegas son drásticas. No quiso tomar decisiones impopulares hace dos años y ahora se ve obligado a decidir medidas dramáticas y a la desesperada. Si
trasladamos la experiencia a España, si hubiésemos empezado a tomar medidas cuando se apuntaba la crisis, completándolas y fortaleciéndolas paulatinamente,
no estaríamos como estamos.
¿Vamos a llegar a las elecciones con una información de la calle suficiente y veraz? Esta vez creo que sí; por lo menos ya estamos escaldados. Esa dualidad
del candidato Rubalcaba que le lleva a negarse a sí mismo y a su pasado ya no tiene capacidad de engaño. O era un miembro muy infeliz del Gobierno de
Zapatero que asistía a las decisiones de los Consejos de Ministros con enfado y distancia, que es lo que quiere que nos creamos aunque sea inaceptable, o es
un cínico de tomo y lomo.
El 20 de noviembre conoceremos el veredicto de las urnas. Sería muy grave que los electores se volvieran a equivocar. Más tiempo perdido, más sufrimiento y
más debilidad.
*Juan Van-Halen es académico correspondiente de la Historia y de Bellas Artes de San Fernando.
La indefensión de un pueblo gobernado por sátrapas injustos
Francisco Rubiales Periodista Digital 3 Octubre 2011
En estos tiempos de crisis, quizás la peor tragedia para el ciudadano es estar gobernado por incompetentes que se consideran con derecho a decidir sobre la
vida ajena, algo que suelen hacer siempre sin eficacia, con injusticia y sin tocar sus propios privilegios. La experiencia está demostrando que lo peor de la
crisis son, sin duda, los políticos que malgobiernan la nave.
¿Quien restituye a la atleta Marta Dominguez su honor y su fama, destruidos por una falsa acusación policial y por un politizado y partidista despliegue
mediático, con las cámaras del telediario previamente convocadas? España es un país donde el abuso y la injusticia campean y dominan la existencia de los
ciudadanos, que se sienten abandonados por un poder político arbitrario y despreciados por la Justicia y las fuerzas de seguridad.
Las cámaras de televisión fueron previamente avisadas para que cubrieran con detalle y prioridad la detención de Marta Dominguez, a la que el mismo
Rubalcaba, hoy esperanza de los socialistas y candidato a presidir el gobierno de España, acusó falsamente de haberse dopado. Después, la Justicia le exime
de toda culpa, pero la atleta queda marcada y dañada por las acusaciones, sin que nadie le haya pedido disculpas.
¿Cuantos han sido detenidos por la policía ante las cámaras de televisión y después dejados en libertad porque eran inocentes? Muchos, demasiados, mientras
que los políticos y altos mandos policiales que avisaron a ETA de que iba a sufrir una redada permanecen sin castigo. Los que han endeudado a España por tres
o cuatro generaciones, los que han sembrado las calles de pobres y desempleados, los que se han enriquecido sin poder justificarlo, los que han cobrado
comisiones en nombre de los partidos, los que han beneficiado a su familia y a sus amigos con dinero público, los que han marginado al adversario, los que
han trucado concursos y oposiciones para beneficiar a los suyos y los que han comprado votos y voluntades con el dinero de todos permanecen sin castigo en un
país claramente dominado por sátrapas.
Hay decenas de miles de casos de indefensión y de injusticia que atraviesan el mapa de España, llenando de desasosiego y dolor a una ciudadanía desprotegida
y despreciada por la clase política gobernante. Pongamos algunos ejemplos simples:
El gobierno, presionado por el candidato Rubalcaba, acaba de imponer a los españoles un impuesto injusto y obsoleto como el del Patrimonio, sin que a los
ciudadanos les quede otra salida que pagarlo y acumular odio contra los opresores.
Las administraciones públicas exhiben su condición delictiva al esconder en los cajones facturas que no pagan, causando con esa actitud la ruina a miles de
empresas y provocando destrucción de empleo y del tejido productivo español.
El nacionalismo catalán prohibe las corridas de toros sin otra explicación que desligar a Cataluña de todo lo que tenga sabor español, despreciando el
criterio de los amantes de la tauromaquia y a pesar de que es probable que los alto tribunales anulen la decisión caprichosa de la Generalitat.
En los cuarteles de la policía se acumulan miles de denuncias, mientras que decenas de miles de ciudadanos ya no denuncian los delitos y agresiones que
padecen porque la misma policía les disuade y les dice que no pueden hacer nada contra los delincuentes porque los jueces los sueltan. Quizás lo hacen porque
las cárceles ya están llenas o porque alimentar a los presos es un lujo en estos tiempos de crisis.
El papa Benedicto XVII acaba de calificar de "cuadrillas de bandidos" a aquellos políticos que se consideran fuentes del derecho, que gobiernan y lesgislan
según su capricho, sin tener en cuenta los dictados de la naturaleza y la razón.
Los delitos de los servidores del Estado permanecen sin castigo y cada día son más impunes los políticos corruptos que no pueden justificar su riqueza,
mientras que un simple ciudadano es condenado a prisión por robar un jamón, acuciado por el hambre.
El pueblo está indefenso y sometido ante un poder político que ha olvidado que está al servicio del ciudadano. Las calles se llenan de gente que deambula
entre la pobreza, la tristeza y la desesperación, mientras que los políticos continúan con sus altos sueldos y privilegios intocables.
El que nos construyen nuestros políticos es un mundo injusto que no merece respeto y cuyos dirigentes han contraído una enorme deuda con la Justicia, la
equidad y la decencia, una deuda que el pueblo cada día tiene más ganas de cobrarse, cueste lo que cueste.
A pesar de la profunda e inmensa injusticia que rige en la sociedad española, donde el foso que separa a ricos y pobres es cada día más amplio y en la que
los políticos son poderosos, ricos e impunes, muchos ciudadanos, esclavos e imbéciles, se disponen a acudir a las urnas para renovar su "confianza" en los
mismos que nos han envuelto en la miseria, la podredumbre, la pobreza y la indignidad.
El próximo 20 de noviembre, más que una jornada electoral, España protagonizará una solemne jornada de ratificación de la esclavitud ante la casta dominante.
Voto en Blanco
Elecciones
ETA al faisán
Pedro de Tena Libertad Digital 3 Octubre 2011
Decían que la intuición no existía y ahora se revisa el dicho. Bergson, el pobre, que soportó las iras del positivismo, se remueve de felicidad en su tumba.
Y hace bien, porque acabo de tener una intuición pasmosa. No pasmosa porque me deje pasmado. Ya lo espero todo de este equipo de malvados. Pasmosa, de pasma,
porque pasma que en las cocinas de Rubalcaba sea un sector de "la pasma" la que cocina un final de ETA a la carta para este PSOE sin horizonte. Dentro de mi
corazón suena cada vez más un tambor que anuncia que la banda terrorista va a hacer gestos, tal vez EL GESTO, en favor de la mejora electoral del PSOE. Pachi
López, el helador de las sangres nobles, ha oficiado una vez más de sumo sacerdote.
Hay quien cree en ese extraño seno del PP que el pescado está todo vendido. Y siguen las encuestas sumando puntos a su favor. Ya van por el 47 por ciento y
más de 190 escaños. Pero quedan poco menos de dos meses y la diferencia entre los perversos y los malos –en esta historia, buenos buenos, no hay –, es que
los malos sienten en los momentos decisivos un ataque de duda, incluso de moral. Craso error. Los perversos lo son por no haber experimentado nunca tamaña
debilidad. Te pegan dos tiros y se toman un café. O ponen un paquete bomba y se ponen a mirar desde la ventana cómo unos niños lo recogen y explotan.
Lamentablemente, la oligarquía que gobierna el PSOE en España es capaz de cualquier cosa. Lo ha sido en el pasado y a menos que sufra una revolución ética y
estética –algo estadísticamente muy improbable–, lo volverá a ser en estos comicios y después. Recuerden el chiste sobre el carácter del escorpión.
Las palabras de López, el asentimiento de Rubalcaba, las piruetas de Pumpido y sus fiscales, las hipocresías evidentes de Pepiño, el sacapecho de González y
las oportunas pleitesías de ETA en los últimos días arropan la intuición que me posee. Recuerden cómo Bergson explicaba la intuición: es el impulso de la
mano cuando acude al picor del brazo, certero, directo, preciso, eficaz, exacto. No estudia trayectorias ni discute caminos, ni probabilidades.
Sencillamente, sabe, va, rasca y resuelve el desequilibrio. Sí, aquí se está cocinando el plato que hay que presentar en el menú electoral para que el PSOE,
al menos, no pierda por goleada. ETA al faisán rociado con lágrimas de víctimas. En otra España, en otra democracia, en otra sociedad, el plato no hubiera
llegado siquiera a la carta. Pero si donde no hay harina, todo es mohína, donde no hay valores, todos son horrores. Y me pica. Mucho.
Por ello, mi mano va a rascarse con una papeleta electoral para tratar de impedir que se consume lo que intuyo ya ocurre. Lo prometo.
Educación y sanidad, una gestión desastrosa
Roberto Centeno. El Confidencial 3 Octubre 2011
La gran constante histórica del socialismo español es que siempre que ha gobernado este desgraciado país lo ha llevado indefectiblemente a la ruina. Sin
embargo, esta vez se han superado a sí mismos y el daño causado tardará generaciones en repararse. Han destruido literalmente el Estado de Bienestar –es
obsceno que Rubalcaba nos insulte diciendo que quiere defender lo que ha aniquilado, y una canallada que afirme que siempre estará con los parados, después
de haber creado dos millones y medio y seguir destruyendo decenas de miles de empleos mensuales-, una destrucción que abarca desde el sistema de pensiones,
del que los socialistas expoliaron 245.000 millones de euros de las cotizaciones sociales en el periodo 1982-96 para financiar el gasto del Estado, a la
Educación y la Sanidad, cuya desastrosa gestión, es objeto de la crítica y el asombro internacional, desde el The Economist a la OCDE.
En el caso de la Educación, además de su desastrosa gestión, los socialistas han convertido la otrora excelente educación pública en una basura
tercermundista; en la Sanidad, el desastre es solo de gestión, pero el despilfarro en ambas resulta brutal. En Educación, cuyo costo supone el 4% del PIB, el
despilfarro estimado es de unos 9.000 millones de euros, y en Sanidad, que representa el 6,4% del PIB, de unos 11.000 millones, algo que cuando España
necesita obtener 18.000 millones de euros mensuales en los mercados para sobrevivir, ya no nos podemos permitir.
La Educación pública
“Confieso no saber nada sobre las leyes que rigen nuestra enseñanza, de cualquier grado que sea. Pero conozco sus escalofriantes resultados. Los alumnos de
instituto son prácticamente analfabetos. Brillantes universitarios, defraudados por su profesorado al que desprecian. Algo ha sucedido, para que los
estudiantes aprendan tan poco y tan mal”. (1)
Y así las cosas, unos docentes, o más bien indecentes, en Madrid y otras comunidades gobernadas por el PP abandonan las clases, amenazan a los profesores
decentes y salen a la calle a gritos por tener que dedicar dos horas semanales más a impartir clases. Es de vergüenza. Viendo la que está cayendo, estos
privilegiados, muchos de los cuales ni siquiera han hecho una oposición, con sueldos que se encuentran entre los más elevados de Europa, y un 33% más que los
de la enseñanza privada -que dan 25 horas de clase frente a 18 en la pública-, no están dispuestos a esforzarse. Debería caérseles la cara de vergüenza:
cobran mucho más, trabajan mucho menos y sus resultados académicos son desastrosos.
¿Qué cultura de esfuerzo y de solidaridad pueden enseñar a sus alumnos estos impresentables? Unos sectarios que cuando Zapatero les bajó el sueldo un 5%, o
en Andalucía donde los socialistas les obligan a dar 20 horas, les han bajado el sueldo y reducido 1.000 millones de euros su presupuesto, lo aceptan sin
rechistar. Y ocurre que esta enseñanza infecta, que nos hace estar en niveles tercermundistas en todos los rankings mundiales, cuesta a los españoles un 62%
más que la enseñanza concertada; 3.400 euros por alumno y año, frente a 2.100 euros por alumno la concertada, que además es de muchísima mayor calidad. Y en
relación al resto del mundo desarrollado, el coste salarial por estudiante es un 47% superior a la media de la OCDE, y la de peor calidad de este grupo de 34
países.
Y la solución es sencilla. Entréguese un cheque de 2.500 euros por alumno, solo utilizable para este fin, y que las familias envíen a sus hijos donde
consideren que recibirán una mejor educación. Y los colegios que se queden sin alumnos, que cierren. ¿O es que vamos a tener que mantener a unos ineptos solo
porque lo digan los socialistas? Los españoles tenemos derecho a una enseñanza de calidad y no a la basura en que los socialistas la han convertido.
Y luego la enseñanza superior, un 25% del total en términos económicos, donde gracias a Maravall, Solana y Rubalcaba, la universidad española se ha
desplomado en términos académicos, queda un resto de un 10 o 15% de profesores excelentes del pasado, que poco a poco se van jubilando, y el resto oscila
entre mediocre y profundamente ignorante. Un sistema endogámico altamente politizado para cubrir los puestos de profesorado, donde lo único importante no son
los conocimientos sino las amistades y la filiación política de izquierdas. Una caída tal de calidad que no existe ninguna universidad pública española entre
las 300 primeras del mundo, algo que no se justifica por el estado de España ni en términos históricos, ni económicos, ni sociales.
El desastre es tan brutal que la universidad pública ha dejado de ser el ascensor social que fue en el pasado para convertirse en un gigantesco aparcamiento
de parados, y donde con la coartada de la autonomía universitaria nadie sabe cómo se gasta nuestro dinero, lo que está produciendo agujeros descomunales de
los que nadie responde de nada. ¿Para qué se necesitan más de 50 universidades públicas, con escasísimos alumnos y con tan poco prestigio que ningún graduado
encuentra trabajo? Hay que cerrar las que no lleguen a un mínimo de alumnos y de calidad, o sea, la mitad. Luego la utilización de los recursos. Miles de
aulas y medios de todo tipo infrautilizados porque solo se utilizan parcialmente. ¿Y qué hacen los intocables y sectarios rectores? Empeorar la situación
cada día y dedicarse a conspirar, promocionar a los suyos y despilfarrar.
Para ello es imprescindible auditar todas las Universidades y sus Fundaciones, acabar con el despilfarro y pedir responsabilidades, pero no podemos hacerlo
solos. El gobierno que salga del 20-N tiene que pedir al FMI que, al igual que el sistema financiero, se auditen la enseñanza y la sanidad. La trama de
intereses, de incompetencia, de despilfarro, es tan brutal, que o se arregla desde fuera o no se arregla. Cualquier propuesta sería tildada por los
izquierdistas radicales que las controlan de fascismo y de querer destruir (??) la enseñanza. O auditoría del FMI, o continuidad del desastre mientras quede
dinero, que no será mucho tiempo.
El Sistema Nacional de Salud
El gasto público en Sanidad es del 6,4% del PIB. Si se tiene en cuenta el gasto total –pública y privada-, España invierte el 9% en conjunto, que compara con
el 11% en los países centrales de la UE, pero no porque la asistencia sea mejor allí. Es solo porque médicos y personal auxiliar cobran mucho más, justo lo
contrario que en la enseñanza.
Las CCAA, tras la culminación de las transferencias sanitarias en 2002, un error histórico de Aznar, realizan más del 90% del gasto sanitario público. Como
media, las CCAA destinan aproximadamente un 35% de su presupuesto a sanidad, pero el despilfarro de recursos es inmenso; con mucho meno dinero se puede tener
una sanidad de mucha mejor calidad. Para empezar, tenemos el gasto en medicamentos, casi 20.000 millones de euros, un desastre sin paliativos; como
denunciaba The Economist hace tres semanas, pagamos por los medicamentos un 40% más que en Reino Unido. Es decir, una buena gestión de compras, algo de lo
que las señoritas Trini y Pajín -cuya única competencia era la farmacia- han sido incapaces, supondría un ahorro de 6.000 millones de euros
Luego las compras de todo tipo. En lugar de hacerlo centralizadamente, cada una de las 17 taifas lo hace a su aire, con lo que la corrupción y la ineficacia
se multiplican por 17. Los sistemas informáticos, todos diferentes y perfectamente incompatibles entre sí. Es de juzgado de guardia. Luego los liberados
sindicales, más de 10.000 zánganos inexistentes en el resto de Europa, 400 millones de euros tirados por la fregadera. Y mientras tanto, hay que cerrar
quirófanos, cerrar consultas o bajar sus míseros sueldos a médicos y personal sanitario.
Y luego la utilización de los medios existentes. Pongo el caso de Madrid, con seis grandes hospitales de referencia construidos en los años 50 y 60, centros
excelentes todos ellos, pero que trabajan solo de mañana. Y por favor no me digan memeces como que a los enfermos también se les cuida por la tarde. Las
consultas, los análisis, las pruebas con material carísimo, excepto urgencias, solo se realizan por la mañana. Por las tardes, y esto es un despilfarro que
denuncian muchos médicos, hay miles de metros cuadrados de consultas vacías, cientos de millones de material de primera clase no utilizado. ¿Acaso las
clínicas privadas funcionan solo de mañanas infrautilizando instalaciones y equipos?
Y mientras tanto se gastan miles de millones construyendo hospitales innecesarios por razones políticas y electoralistas, en lugar de coger a esos médicos y
personal sanitario y asignarlos de tarde en los hospitales de referencia, incrementando las camas necesarias o construyendo anexos si fuera menester, y
ahorrando el 70 % del coste. La casta política parasitaria nos lleva directos a la ruina. Y mientras Bono amenaza como en febrero del 36: que si pierde el
PSOE “se inflamarán las calles”. A pesar de haber hundido el país a conciencia, todavía hay ocho millones que piensan votar socialista; realmente el grado de
irracionalidad y estupidez de los españoles no tiene parangón en Europa.
(1) Antonio Gala en El Mundo.
La risa del Faisán
Iñaki Ezkerra La Razón 3 Octubre 2011
La gran carta moral que tenemos frente a ETA es el Estado democrático de Derecho. Si sus representantes se saltan nuestras leyes, ETA obtiene una victoria
moral porque nos han puesto a su altura. Esa victoria es la que le hace reír al dueño del Faisán, cuando declara que los ocho o diez inspectores que había
en su bar cuando el «chivatazo» saben mejor que él quién le dio el móvil del delito. La risa del Faisán es la del delincuente que le dice al Estado que lo
juzga: «No eres mejor que yo porque tus policías cumplen órdenes ilegales; porque esconden a quien las dio; porque tus jueces no llegan al fondo de las
responsabilidades de unos y otros». Quizá al PSOE no le importe tener a una ETA que una y otra vez lo mira como a un igual y se ríe de esa paradoja. Pero a
los ciudadanos normales nos deben herir esas constantes insinuaciones. Y debemos hacer cuanto esté en nuestra mano para borrarle la risa a ETA; para que,
después del 20-N del 2011, no pase con la X del Faisán lo que pasó, después del 3-M de 1996, con la X de los GAL.
El PSOE muestra los colmillos
EDITORIAL Libertad Digital 3 Octubre 2011
Hace algo más de tres años, Zapatero admitía ante el periodista Gabilondo que el PSOE necesitaba generar un ambiente de tensión para revalidar su atípico
triunfo de 2004. Antes como ahora, el mejor escenario para el socialismo es aquel que le permite rehusar la confrontación de ideas para centrarse en un
combate de descalificaciones, insultos y contraposición de gestos, una dinámica que tiende a normalizar la demagogia, a hacer tabla rasa del pasado y a
presentar la campaña con unas dosis de dramatismo político que oculten el verdadero telón de fondo de España, sumergida en una crisis sin precedentes y
cuyas consecuencias más lacerantes (fundamentalmente el paro) no son sólo fruto de la situación internacional.
A Rubalcaba no le interesa un partido de guante blanco porque en esas condiciones no puede aspirar ni siquiera a recortar ligeramente la ventaja de quince
puntos que le saca Mariano Rajoy. Por eso se recurre a ETA, a un supuesto final de la banda (más certero y descriptivo resultaría el término transformación)
y a una escalada de promesas que consisten fundamentalmente en retractarse de lo perpetrado hasta ahora por un gobierno del que era vicepresidente primero
hasta hace solo unas semanas. Más que en la frágil memoria del electorado, que también, el equipo de Rubalcaba confía en alentar el miedo a la derecha, para
lo que no ha encontrado mejor estratagema que la de describir la ruina que han dejado los socialistas en las comunidades y ciudades en las que gobernaron
como una consecuencia de la voracidad recortadora del PP. Ya les ha funcionado en el pasado, por muy grosero que parezca.
No es nada descartable que el PSOE pueda tener cierto éxito con esas maniobras, pero Mariano Rajoy ha renunciado a entrar en el trapo porque ni lo necesita
ni parece que con eso, más la reaparición de Felipe, vaya a poder dar la sorpresa el candidato rival. La distancia es tal, como en 2004, que se necesitaría
una situación comparable a aquella para dar crédito a un vuelco electoral. Otra cosa es que no vayan a ocurrir aquellos desajustes democráticos que desde
hace ya muchos meses se vienen denunciando en relación a ETA, esto es su participación en campaña al servicio de los intereses socialistas. El goteo de
pequeños gestos de la banda (por llamarlos de algún modo) que los dirigentes socialistas celebran como pasos en la dirección correcta muestra hasta que punto
está dispuesto a claudicar el Gobierno saliente. Otra cosa también es que el PSOE no vaya a recurrir a sus clásicos para rebajar la victoria popular y sobre
eso, los indignados y la calle tienen mucho que decir, por lo que habrá un nuevo tipo de protesta contra el PP, la preventiva. No será, por tanto, una
campaña tranquila.
******************* Sección "bilingüe" ***********************
Camuflaje hacia el azul pálido.
Vicente A. C. M. Periodista Digital 3 Octubre 2011
Como no podía ser de otra forma, el candidato Rubalcaba ha lanzado un programa político desde la "renovación", empezando por el color que pasa del rojo
encendido al azul pálido. Y pálidos debemos quedarnos ante la ristra de pretensiones demagógicas y con el viejo lema de "cuidado que viene la derecha que nos
quiere llevar al pasado a 1996". Quien nos deja como en el año 1996 en peor situación en la que dejó al Estado el Sr. González Márquez, ha sido Zapatero y,
por supuesto, Rubalcaba, cooperador común en ambos gobiernos.
Plantea dudas sobre "si nos estamos pasando en el ahorro" y que "igual tenemos que medir los ritmos". Ya estamos ante la estrategia de querer renunciar a lo
que hizo en el Gobierno y a poner plazos para dilatar lo inevitable. Este sujeto nos quiere llevar a la misma situación que Grecia, que desoyendo los
consejos y recomendaciones de la UE, ha visto como ha tenido que ser intervenida, subvencionada y ahora en la duda de si la mejor opción sería que abandonase
la zona euro. Lo que pretende Rubalcaba es seguir gastando y dejar el ahorro como a largo plazo. Desde luego no se le puede negar que tenga ideas claras de
mantener la política de despilfarro, propuestas que en absoluto van en la línea que se nos impone desde la UE y unas cuentas que seguirán presentando
agujeros y números rojos, que no azules como quiere ahora camuflar.
Dice que el PSOE está con las Instituciones democráticas y no con los mercados. Desde luego que no está con los mercados y el resultado está siendo el
rechazo a estas políticas que han llevado a España a que nadie confíe en querer invertir. Un Gobierno que ha cambiado a mitad del partido las reglas de
juego, un partido que ha sustentado el despilfarro, la prevaricación, la corrupción y la malversación usando las Instituciones para frenar cualquier conato
de investigación a sus imputados y para refrendar la mayor de las traiciones al legalizar a una formación que representa a ETA.
Acusa al PP de ser un partido de derechas y no progresista. Su infamia y su mentira solo puede ser respondida con que el PSOE actual que él representa es el
del GAL y el del Faisán, el de la legalización de ANV y BILDU, el de la aprobación de Estatutos secesionistas y represores de la libertad como el Estatuto de
Cataluña, el del sectarismo y el totalitarismo que se unió al "cordón sanitario" contra el PP. Lo que Rubalcaba representa no es "progresismo" sino
revanchismo político, malas artes y desprecio absoluto por la democracia. Un candidato que se opuso a que su camarada Carme Chacón osara disputarle el
puesto.Ese debe ser el progresismo que predica.
Y es este sujeto cuya historia es de sobra conocida el que quiere convencer al electorado de que con él España remontará del fango al que Zapatero con su
ayuda la ha llevado. Un sujeto que no duda en apoyar ilegalidades como las concentraciones y acampadas en Madrid de un movimiento político ultra izquierdista
como el del 15M. Alguien que estando ejerciendo de Ministro de Interior hizo dejación de su deber incumpliendo la ley al no disolver lo que no era otra cosa
sino alteración del orden público.
Y como no, haciendo uso de una demagogia descomunal, se apunta a la mentira de que el PP quiere recortar la sanidad y la educación, cuando fue él mismo el
que aplaudió y refrendó en el Congreso de los Diputados el Decreto Ley que congelaba las pensiones y reducía el sueldo de todos los funcionarios y personal
contratado por la Administración. Hay que tener la cara dura de acusar a los demás de los propios defectos. Pero de este impresentable sujeto no nos podemos
esperar otro tipo de planteamientos queno sea la mentira y la mezquindad.
Lo que hay que lograr es que este candidato obtenga al menos el juicio de las urnas y sea borrado de la vida política de España. Bastante daño ha causado ya
junto a sus camaradas durante los últimos 8 años. Este camuflado PSOE se quiere vestir de azul, renunciando a su rojo original, en un vano intento de hacer
dudar de sus verdaderas intenciones. Lo del puño y la rosa ni siquiera aparece en los logos, igual adoptan la figura de la paloma de la paz blanca saliend de
unas manos abiertas sobre el fondo azul, en contrapartida a la gaviota del PP. Todo sea por sembrar la confusión y enfangar el terreno de juego.
Bildu-Eta
Refundación del terrorismo
Agapito Maestre Libertad Digital 3 Octubre 2011
La coyuntura es trágica. No se ve por ningún sitio de dónde pueden salir las fuerzas que lleven a este país a reinventarse. Todas las grandes naciones han
aprovechado los conflictos, las tensiones y las derrotas para salir reforzadas. La inteligencia de sus dirigentes siempre fue utilizada para aprovechar la
ocasión de las peripecias más desagradables de su historia para reinventarse. Refundarse. La derrota siempre fue un estímulo de las grandes sociedades. Roma,
como nos enseñara Polibio, sacó de sus múltiples derrotas las energías suficientes para refundarse; otro tanto, después de la Segunda Guerra Mundial, podría
decirse de Alemania y Japón; pero los dirigentes de todos esos países, por muchas diferencias interiores que existieran entre ellos, tenían la creencia en la
propia Roma, por decirlo con el ejemplo de Polibio, como la única condición para emerger de los peores fracasos.
¿Quién cree hoy en España como nación? Respondan sin autoengaños. Al margen de las apelaciones retóricas a España, para los españoles de hoy la situación,
por decirlo con contundencia, es mucho más difícil que la de los romanos de la época de Polibio y Cicerón. Los romanos de todos los partidos tenían un
sustrato común: Roma. Ésa es, exactamente, la gran carencia de los españoles: la base nacional parece haber desaparecido. He ahí lo que nos jugamos en estas
elecciones del 20-N: la desaparición definitiva de ese lugar común, del Estado-nacional. Estas elecciones van más allá del mantenimiento más o menos precario
del llamado Estado del bienestar. Nos jugamos la posibilidad de que un gobierno con fuerza sea capaz de plantarle cara a quienes quieren sacrificar
definitivamente a España como Estado nacional.
El día 20-N se juega la última oportunidad de lo poco que queda de democracia española. Los resultados pueden ser dramáticos para la reconstrucción de
España; dos asuntos serán decisivos: por un lado, si el PP no obtiene mayoría absoluta, olvídese de cualquier oportunidad para reconstruir el Estado nacional
desde la derrota y fracaso del actual modelo territorial de España; un gobierno sin mayoría absoluta se vería sometido a los mismos chantajes, o quizá
peores, que hasta ahora han utilizado los nacionalistas contra el gran imaginario colectivo de la democracia: que todos los ciudadanos seamos libres e
iguales antes la ley. Por otro lado, si el partido Bildu-Eta obtiene representación parlamentaria, y así lo prevén todas las encuestas que algunos analistas
políticos celebran con "alegría estúpida", entonces los asesinos de ETA habrían logrado lo que nunca tuvo un grupo criminal en el mundo: representación
parlamentaria en la "nación" que matan.
De la actitud del PP en esta campaña electoral dependerá, a pesar de lo que digan los promotores del perfil bajo del candidato Rajoy, el éxito o el fracaso
de este partido para ganar por mayoría absoluta. Naturalmente, esta hipótesis es discutible; pero, en mi opinión, lo que parece obvio es que nadie como
Rodríguez Zapatero, en los casi ocho últimos años, ha contribuido de modo decisivo a refundar políticamente ETA. Lejos de acabar con ETA, los enjuagues de
los diferentes gobiernos de Rodríguez Zapatero han conseguido algo inédito en el mundo civilizado, a saber, que un grupo terrorista gobierne instituciones
locales y autonómicas. Es deber del PP construir con precisión este relato sobre cómo el gobierno del PSOE ha promocionado, o mejor, creado la oportunidad
para que ETA, un grupo criminal, se refunde políticamente sin abandonar sus fines terroristas.
Si el PP no consiguiese hacer pedagogía política durante esta campaña electoral, sobre cómo ETA ha sido promocionada por Rodríguez Zapatero y Pérez
Rubalcaba, incluso hasta el punto de que podría obtener una representación importante en el Parlamento de España, correría un peligro aún más grave que no
alcanzar la mayoría absoluta.
A propósito de unas declaraciones
Simplemente sucede que el castellano de Sevilla o de La Coruña es diferente del que se habla en Cataluña y por eso, a veces, se entiende mal, con inmersión
lingüística o sin ella.
ÁNGEL LÓPEZ GARCÍA-MOLINS ABC Cataluña 3 Octubre 2011
Me piden de ABC que me pronuncie sobre las declaraciones del señor Mas relativas a la comprensibilidad del castellano de los niños de Sevilla y de La Coruña.
Tengo que decir que la petición me preocupa porque me atribuye un protagonismo indeseado sobre la cuestión lingüística en España, tema del que ciertamente me
he ocupado muchas veces, pero en el que hago esfuerzos inusitados por mantenerme en el justo medio. Sin embargo, no me parece honrado escurrir el bulto, así
que voy a explicar lo que pienso.
Lo primero de todo que si lo que ha dicho el señor Mas fuese cierto, habría que dar la razón a los que critican la inmersión lingüística en Cataluña. Si los niños catalanes de padres inmigrantes andaluces o gallegos hablaran un castellano desde el que ya no entienden ni son entendidos en la tierra de sus antepasados, es que la inmersión lingüística, en efecto, estaría deteriorando su competencia en castellano.
Pero no es verdad: simplemente sucede que el castellano de Sevilla o de La Coruña es diferente del que se habla en Cataluña y por eso, a veces, se entiende mal, con inmersión lingüística o sin ella. Tampoco nosotros los valencianos entendemos siempre bien del todo el catalán de un campesino del Empordà y menos aún el de uno de Eivissa.
En realidad, el problema es de otro tipo. En Cataluña, pese a la inmersión lingüística, el castellano no retrocede y no lo haría aunque la presión se incrementase, pues es una lengua mediáticamente predominante. Sin embargo, negar a los niños que lo tienen como lengua materna un suplemento formativo sobre su idioma y cultura es hurtarles algo muy íntimo, lo que a la larga acabará por crear un problema serio en Cataluña, como lo está siendo ya en muchos estados de los EEUU. Y si no al tiempo.
El objetivo de la inmersión lingüística fue evitar que Cataluña se partiera en dos comunidades antagónicas y me parece legítimo: la cuestión es si, a pesar de ella, acabará por suceder de todos modos. Afrontar este reto exige sentido común y serenidad en la política. Casi nada.
Ángel López García-Molins es Catedrático de Lingüística General en la Universidad de Valencia.
Clara ilegitimidad de la inmersión lingüística
Nota del Editor 3 Octubre 2011
No estamos hablando de un idioma cualquiera, estamos hablando del español y en España. Cualquier inmersión lingüística es contraria a los más elementales
derechos humanos y claramente anticonstitucional a pesar de los disparates que dicte el totalmente desacreditado tribunal constitucional.
En caso alguno puede ser legítimo tratar de erradicar la lengua materna española para evitar partir Cataluña en dos comunidades antagónicas. En Cataluña
siempre ha habido dos comunidades, cada una con su idioma, uno regional y otro nacional, y con buena voluntad de ambas partes se entendían. Ahora son antagónicas, después del trabajo muy bien remunerado de los profesionales de la política y de sus inmersores, comisarios lingüísticos y de todos aquellos que se han beneficiado, expulsando la competencia de los castellanohablantes a base xenofobia pura y dura para blindar sus puestos de "trabajo" catalanizados.
Arregi proclama que «nunca la paz de ETA será la nuestra»
El exconsejero de Cultura advierte, tras recibir el premio Covite, del riesgo de que «los asesinos y sus acompañantes se conviertan en héroes»
SAN SEBASTIÁN. EL CORREO 3 Octubre 2011
«El Acuerdo de Gernika ha pasado para algunos a ser la nueva Biblia de la política vasca»
«Nunca la libertad de ETA fue la nuestra ni su paz será la nuestra». Hay frases que deberían cincelarse en los muros de la Historia. Y esa es una de ellas.
La pronunció ayer el exconsejero de Cultura Joseba Arregi al reclamar que el «futuro de la sociedad vasca» no se base «en las razones que motivaron y
legitimaron el asesinato de padres, hermanos, parientes y amigos» por parte de ETA. Es decir, agregó en un emotivo discurso, «lo contrario de lo que proclama
el Acuerdo de Gernika, que ha pasado para algunos a ser la nueva Biblia de la política vasca» y parece que es la «Revolución francesa».
Arregi, que realizó estas declaraciones en San Sebastián, donde recibió el X Premio Internacional Covite por su apoyo a las víctimas del terrorismo, admitió
que recogía este galardón «cansado, aburrido, entristecido, desilusionado y bastante harto». Y lo razonó. Después de una larga trayectoria humana e
intelectual en favor de la paz y la ética, el exparlamentario guipuzcoano dijo percibir que los «asesinos y sus acompañantes se están convirtiendo en héroes;
son ellos los que nos traen la paz, como se atrevió a proclamar un líder político».
Durante su discurso, el antiguo consejero vasco, que se dio de baja en el PNV en 2004, valoró la suma de los presos etarras al Acuerdo de Gernika como una
noticia positiva, aunque esté «muy mezclada con interrogantes y preguntas». Menos importancia le concedió a la disolución de Ekin, anunciada el sábado por
dos portavoces de este colectivo que durante años se encargó de mantener la ortodoxia de la banda terrorista en las filas de Batasuna. «Es el suicidio de uno
que estaba muerto», aunque algunos lo «vendan» como un gran paso, explicó.
Arregi se quejó del discurso que la izquierda abertzale intenta implantar en la sociedad desde que iniciara su apuesta por las vías políticas, donde «son
ellos los que reflexionan, los verdaderos demócratas, los que abren el proceso democrático y tienen derecho a dirigir nuestras instituciones», ironizó.
También lamentó que este colectivo sea el que se sitúe en «la trayectoria de las víctimas de la Guerra Civil y de Franco, reclamando para sí, para ETA, la
legitimidad de esas víctimas», y que la antigua Batasuna y la propia banda terrorista se crean en «el derecho de reclamar pasos a los demás, al Estado,
porque, en su opinión, ellos ya han hecho lo suficiente».
«Siguen con la misma táctica de condicionar, al precio que se les ocurra, sus decisiones», subrayó Arregi, antes de dejar claro que «nunca la libertad de ETA
fue la nuestra ni su paz será la nuestra». Frente al hecho de que «nos repitan una y otra vez que debiéramos estar contentos porque el fin de ETA está
próximo», el exconsejero advirtió que las víctímas sólo estarán «de verdad contentas» cuando tengan «la seguridad de que la historia no se va a olvidar, de
que la narrativa correspondiente a los años del terrorismo no la escriban quienes lo han practicado, justificado y encubierto».
El «germen del asesinato»
A la ceremonia asitieron la responsable de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundua, la presidenta del Parlamento vasco, Arantza
Quiroga, la directora de Atención a Víctimas del Terrorismo del País Vasco, Maixabel Lasa, el viceconsejero de Seguridad, Miguel Buen, el delegado del
Gobierno en el País Vasco, Mikel Cabieces, y los dirigentes del PP Borja Sémper y Ramón Gómez, entre otros.
Durante su alocución, Pagazartundúa explicó que, «mientras las identidades colectivas se construyan ajenas a las más profundas convicciones democráticas,
cada construcción puede llevar explícita el germen del asesinato».
«Granaíno para extranheros»
maría jesús cañizares ABC Cataluña 3 Octubre 2011
«¿CANSADO de no entender a sus amigos granaínos? ¿Fascinado por tan maravillosa lengua? ¡No se preocupe, porque con el nuevo curso del profesor Canuterio
usted también puede hablar y aprender granaíno!» Con esta pequeña introducción comienza «Granaíno para extranheros», un diccionario que circula por Internet
en el que nativos de esta provincia abordan con humor ese vocabulario que impide al presidente catalán, Artur Mas, entender el castellano que hablan los
niños de esa comunidad. Mis «compaes» andaluces se burlan hasta de su sombra, mientras que al líder nacionalista le falta una «chispitilla» de gracia, no
para reírse de las señas de identidad ajenas, como es precisamente el acento sevillano o gallego, sino para empatizar con ellas.
La reflexión objeto de polémica, dicha en boca de otros dirigentes soberanistas, no habría sorprendido tanto, pues a Mas siempre se le había tenido por un
enemigo de la ofensa, aunque ir a celebrar la Diada de Cataluña a Madrid para subestimar la Constitución, amenazar con una transición nacional catalana y
volver a la plaza Sant Jaume en una «volá» sin alternar una «mihilla» con sus invitados no catalanes, ya apuntaba a lo contrario.
Mucho más cómplices se muestran los nacionalistas con las astracanadas a las que nos tiene acostumbrados el diputado de Solidaritat para la Independència
(SI), Alfons López Tena, a quien los parlamentarios convergentes le ríen las gracias muy probablemente para evidenciar su radicalidad, frente al supuesto
independentismo moderado de CiU. Pero esta estrategia da lugar a situaciones injustas, pues no se entiende que, en julio, la presidenta del Parlament, Núria
de Gispert (UDC), retirara la palabra al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, por asegurar que entre las filas de ERC había ex miembros de Terra Lliure, y no
hiciera lo mismo con López Tena cuando, la semana pasada, calificó a España de «banda mafiosa». Los diputados catalanes ya se han «arregostao» a las bravatas
del dirigente de SI, pero «mu malicos» se quedaron el pasado jueves cuando, a instancias del independentista, estuvieron a punto de discutir punto por punto
las 600 resoluciones presentadas en el Debate de Política General. Resoluciones que nada nuevo aportan más allá de una «panzá» de buenos propósitos sobre
pacto fiscal, empleo, inmersión o ley electoral negociados por CiU a varias bandas.
(Qué «regomello» me da que no se haya entendido alguna palabra...).
DURANTE LA RUEDA DE PRENSA
Mourinho, a un periodista: "¿Me puedes hablar en castellano?"
El técnico portugués ha evitado responder en catalán. Sí lo hacía en inglés cuando un periodista le preguntaba en esa lengua.
Libertad Digital 3 Octubre 2011
La rueda de prensa del entrenador del Real Madrid, José Mourinho, tras la goleada por 0-4 al Espanyol en Cornellá-El Prat se presumía plácida. Sin embargo,
hubo espacio para la polémica cuando un periodista de Catalunya Radio lanzó su pregunta en catalán, a lo que el técnico portugués evitó responder y le
sugirió si le podía preguntar en castellano.
Sin embargo, apenas dos minutos después otro periodista –Guillem Balagué, de Sky Sports– le cuestionó en inglés y Mourinho le respondió en la misma lengua.
Respecto al partido en sí, el técnico madridista ha asegurado que su equipo "ha cambiado una semana negativa por una fantástica", así como que "mentalmente
es muy importante salir de una situación difícil con tres partidos malos".
El portugués ha destacado la inyección de confianza "después de conseguir tres victorias y trece goles marcados". Además, el luso se ha mostrado
especialmente satisfecho "por los futbolistas que no están jugando habitualmente".
Mourinho ha apuntado además que el resultado más justo hubiera sido un 0-2. "Con este marcador el encuentro ya había terminado y el Espanyol arriesgó y fue a
por la victoria. Con espacios es más fácil para nosotros. Me quedo con los tres puntos, no con los goles. Ha sido una victoria importante contra un
adversario difícil que nos ha puesto en dificultades hasta que hemos marcado", ha dicho.
Finalmente, Mourinho ha restado importancia al liderato del Barcelona: "Un punto es un punto, no diez. Estar separados por pocos puntos no tiene mucho
significado para mí. Obviamente me gustaría estar por delante. Pero el equipo que merece todos los halagos y los respetos por lo inesperado de la situación
es el Levante".
http://www.libertadidioma.com/20111003.htm
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