viernes 6 de junio de 2008
Oposición necesaria
Germán Yanke
Como en el PP va habiendo —al menos hasta el siguiente susto— una cierta tranquilidad, se atisba levemente una cierta actividad opositora. Quizá el más grave de los problemas para la dirección del partido, y para Mariano Rajoy en concreto, no han sido las críticas de algunos de sus correligionarios y el acoso de otros (o de los mismos), sino la coincidencia de esa crisis con la paralización del partido. Si un grupo de personas de su confianza se hubieran dedicado al seguimiento y control del Gobierno, la marabunta habría sido menor y hasta se podría haber visualizado el modo de hacer oposición que Rajoy dice querer inaugurar.
Pero no ha ocurrido así y el Gobierno, a falta de una oposición vigorosa, ha tenido unos meses de propaganda y vacaciones que parecen terminar. Más por la realidad que por el PP, ha de reconocerse, y habrá que ver si este partido la aprovecha. No para salirse con la suya, que habría sido uno de los fallos de las maneras de la anterior legislatura, sino para conformar y hacer visible una alternativa. Ha de tenerse en cuenta, también como enseñanza del primer mandato socialista, que el partido opositor no puede recuperar en el último tramo, o solamente en la campaña electoral, el terreno que no se ha avanzado durante toda la legislatura.
Una de las noticias de más impacto de esta semana ha sido la subida de las tarifas eléctricas. Aunque, como dijo el presidente Rodríguez Zapatero, está más cerca del IPC que de otras cifras con las que se especulaba, la subida es superior al IPC y, salvo los hogares con muy bajo consumo, se notará sin duda en las economías familiares. Además, no será la última subida. Es cierto que hay un “déficit tarifario” difícilmente justificable, pero la situación plantea, incluso más allá de la oportunidad del momento, la existencia de un bien escaso en el que tenemos una dependencia exterior exagerada. Convendría, por tanto, que el PP expusiera su modelo, abriera razonablemente el debate de la energía nuclear, etc. Asimismo, ayer fue aprobada en Bruselas, pendiente ahora del Parlamento europeo, una normativa sobre inmigración que está más cerca de las posiciones de la derecha que de los socialistas. El PP no puede dejar pasar una cuestión en la que ha insistido tanto, y no porque sea un punto de debilidad del Gobierno, sino porque es una de las grandes cuestiones políticas y sociales del momento presente.
Son dos ejemplos entre los muchos que, ahora, la realidad opone al optimismo antropológico del Gobierno y su presidente. El contraste de las soluciones, que corresponde a la razonable confrontación democrática, es una responsabilidad de la oposición y el PP no debería olvidarla a causa de sus problemas e incertidumbres internas. Incluso atenderla puede hacer estos últimos más digeribles o, al menos, menos nocivos para su futuro.
http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=06/06/2008&name=german
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