martes 3 de junio de 2008
Cuenta atrás para el PP
EL Partido Popular sigue acercándose al congreso de este mes sin que la situación varíe sustancialmente. Mariano Rajoy sigue siendo el único candidato a la presidencia del partido y sus críticos no logran agruparse en torno a un liderazgo y a unos postulados comunes. La confusión persiste a la hora de saber cuántos son y qué proponen como alternativa aquellos que, con toda legitimidad, discrepan de Rajoy por la forma y el fondo del proceso de renovación que inició tras las elecciones generales de 9 de marzo. El tiempo pasa y quien hace valer sus apoyos es el propio Rajoy, como hizo en el acto de Valladolid el pasado fin de semana. Ayer, durante el Comité Ejecutivo, la dirección popular se sometió más a una terapia de grupo -muy propia de estas situaciones- que a un debate político de fondo. Quizá esta terapia fuera suficiente para ayer, pero de quedar las cosas sólo en eso, en adelante volvería a evidenciarse la desproporción entre la intensidad de las críticas a Rajoy y el respaldo real de quienes las formulan.
Desde estas páginas se ha defendido la conveniencia de que Rajoy promueva, si es preciso, un cambio estatutario al inicio del congreso nacional que permita a cualquier militante presentar su candidatura. Todos ganarían en legitimidad y, sobre todo, en representatividad. Aun así, las condiciones establecidas desde hace años para la presentación de candidaturas no deberían servir como excusa de que nadie manifieste su voluntad de disputarle la presidencia del partido a Rajoy. Si efectivamente hay una «crisis de ilusión» imputable al líder del Partido Popular, nada habría más coherente que ofrecer a los militantes de este partido una alternativa. Y lo correcto tanto en el plano político como táctico sería ofrecerla ahora, mejor que en 2011, porque resultaría ingenuo y muy arriesgado diferir la batalla final sobre el liderazgo de este partido a poco más de un año de las próximas elecciones, poniendo en bandeja a Zapatero la posibilidad de abortar las expectativas del nuevo candidato con una convocatoria anticipada de los comicios.
Al margen de los errores que haya podido cometer Mariano Rajoy en la gestión política de su propia idea de renovación del PP, lo cierto es que la «crisis de ilusión» se produce el 9-M porque, a pesar de lograr el segundo mejor resultado de su historia (diez millones trescientos mil votos) los populares no ganaron las elecciones al PSOE. Y todos los dirigentes del PP estaban de acuerdo en que la causa de la derrota no fue de principios ni de valores, sino de estrategias políticas para sumar a los votantes -a más electores, cabría decir, porque Rajoy ganó 700.000 votos- que aún necesita la oposición para desbancar a Rodríguez Zapatero. El error del PP, en su conjunto, es que en vez de centrarse en este guión para su debate, se ha embarcado en polémicas que tienen mucho de artificioso -salvo en consecuencias tan dolorosas como la desafección de María San Gil-, como las posiciones enfrentadas sobre posibles pactos con los nacionalistas. Más aún, cuando se trata de una hipótesis imposible de realizar ahora y durante bastante tiempo, pese a que siempre ha estado presente en el horizonte del PP, y que por su propia imposibilidad no merece provocar el desgaste que está causando a la cohesión del partido.
Por otro lado, la heterogeneidad de los críticos -difícilmente reducible a un programa común- refuerza, aunque sólo sea por contraste, la posición de Rajoy, quien ayer aprovechó también para poner en valor la actitud de quienes, habiendo renunciado a cualquier protagonismo en la nueva etapa, siguen demostrando, con su discreción y saber estar, una lealtad encomiable hacia el partido. En concreto, Rajoy aludió personalmente a Ángel Acebes, a quien reconoció su abnegada dedicación al PP durante muchos años y quien ha acreditado su capacidad para mantener la unidad del partido en situaciones difíciles. Por responsabilidad política, el PP debe zanjar sus disputas en el congreso y asumir el mandato electoral de ser la oposición al gobierno de Zapatero.
http://www.abc.es/20080603/opinion-editorial/cuenta-atras-para_200806030400.html
lunes, junio 02, 2008
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