jueves, noviembre 22, 2007

Ignacio San Miguel, La America golfa e impertinente

jueves 22 de noviembre de 2007
La América golfa e impertinente
Ignacio San Miguel
L A desvergonzada actitud de Hugo Chávez en la última Cumbre Iberoamericana, la de Daniel Ortega, así como la indiferencia de los otros asistentes, nos hace reflexionar un poco sobre estas gentes. Pero Antes de nada hay que destacar que si no hubiese sido por la exigencia del Rey: “Si no defiendes a Aznar, me marcho”, nuestro mansísimo Presidente no se hubiera enfrentado con el venezolano. Parece que esta es información fidedigna, según comentan. Y no es extraño. Aparte de su mansedumbre sin límites, Rodríguez Zapatero está de acuerdo con muchas de las ideas de Chávez, y las opiniones de ambos sobre Aznar no pueden ser sino coincidentes. De forma que sin la exigencia del Rey, no lo hubiera defendido. Puesto en su lugar, no creo que Aznar hubiera necesitado de la advertencia real. Ha habido algunos remilgos por parte de varios analistas, desaprobando la frase del rey y el hecho de que tuteara a un Jefe de Estado. Pero hay que tener en cuenta que a Chávez no sólo se le debe juzgar como Jefe de Estado, sino también como hombre. Y como hombre, su calidad es bajísima. El rey interpeló al hombre no al jefe de Estado. Como para muestra basta un botón, diré lo que cuenta un columnista, que fue testigo. Cuando Chávez ganó las elecciones en 2001, terminó su alocución a la multitud desde el balcón del Palacio de Miraflores con el comentario de que esa noche iba a calentar a Marisabel, su mujer entonces. A los pocos días entrevistó el periodista al mandatario, y apareció un momento Marisabel para recoger a su hija, excusándose por no quedarse, ya que le dolía mucho la cabeza. No era extraño, pues tenía la cara como si hubiera servido de saco de entrenamiento para algún boxeador. Al parecer, Chávez la calentaba propinándole fuertes palizones. Poco después, el matrimonio se separó. Con estos antecedentes, no hubiera sido desajustado que el Rey hubiese proferido: “¿Por qué no te callas, animal?”. Pero estuvo discreto En cuanto al ínclito Daniel Ortega, no sé si serán muchos los que sepan o recuerden el problema que tuvo hace nueve años con su hija adoptiva Zoilamérica, de 25 años entonces, quien reveló públicamente que su padre había abusado de ella sexualmente y de forma reiterada desde que cumplió los once años, y durante muchos años. Por este motivo había renunciado al apellido Ortega y había adoptado el de Narváez. Daniel Ortega no desmintió a su hija, refugiándose en el argumento de que se trataba de “asuntos privados”. La joven solicitó a la Asamblea Nacional que desaforara a su padre para que pudiera rendir cuentas ante la Justicia por haberla violado desde que tenía 11 años. Pero Ortega se escudó en su condición de parlamentario y en que sus posibles delitos habían prescrito. Así se libró. Y a este sujeto, que se presentó en la reunión en camisa, con pinta de proletario de pega, farfullando en su lengua de trapo insensateces contra las empresas españolas ¿cómo debería haberse dirigido el Rey? ¿”Excelentísimo Señor, le ruego que no sea tan duro con nuestros empresarios. Le aseguro que haré entrar en vereda a los que cometan algún abuso?” Lo que hizo fue levantarse y marcharse. E hizo muy bien. El ambiente había de resultar apestoso. En arremeter contra los empresarios españoles destacó mucho Kirchner, el Presidente de Argentina, no en esta reunión, sino cuando hace unos años estuvo en España. Reunió a los empresarios y los puso de chupa de dómine. Debe de resultar muy agradecido eso de venir de Argentina a España y portarse en plan jaquetón. Gusta mucho a los argentinos. Satisface mucho su complejo de superioridad. O de inferioridad, vaya usted a saber. Naturalmente, acusó a los empresarios de que habían ido a Argentina para robar. Es un lugar común en toda América: los empresarios españoles van allí a robarles. Hay que comprenderlos. Al ser países de gran corrupción, de los más corruptos del planeta, no conciben que nadie vaya a invertir y, naturalmente, a ganar dinero. No, van a robar. Kirchner sabe mucho de eso. Dicen que se enriqueció en gran medida durante su etapa de gobernador de la provincia patagona de Santa Cruz. Más se estará enriqueciendo ahora. De seguro que cuando el matrimonio se retire de la política, su posición económica distará mucho de ser modesta. En los juzgados federales hay denuncias penales contra un centenar de altos cargos de la Administración Kirchner. Está incluida la mismísima Cristina Kirchner. Ahora, esta honorable dama, presidenta electa por un pueblo que odia a los ladrones españoles, ha confirmado a la mayor parte de los ministros del actual Gobierno. La oposición ha lamentado la permanencia de “los más corruptos”, incluida la cuñada de Cristina Kirchner. Pero esto no le importa nada al pueblo argentino, porque ahora come algo mejor que hace cinco años, y eso es lo que importa. Además, están completamente acostumbrados a que les roben. Lo que no les gusta es que vengan de fuera a hacerlo. Sobre todo, los españoles. Han votado masivamente a Cristina Kirchner. Y el tándem funcionará indefinidamente turnándose en el poder, a poco que la economía no falle en exceso. Y esta es la gente que abomina de la colonización española, clamando contra sus excesos. Según Chávez, los españoles degollaban a los indígenas y los cortaban en trozos. Así les hacían callar. Pero a él no le hará callar el Rey. En eso tiene razón. Es difícil hacerle callar a un charlatán de feria. Es mejor marcharse. Y habrá que repetir una vez más que a nosotros no nos tienen que pedir cuentas de las verdaderas o supuestas atrocidades de los españoles durante la colonización de América. Deben pedírsela a sus antepasados. Los nuestros se quedaron en la Península. Fueron sus antepasados quienes cometieron esas atrocidades que cuentan. Y si se necesitara alguna confirmación complementaria, ahí está la mala sangre que exhiben con sus chulerías, sus victimismos y sus ridículas y falsas vindicaciones.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4278
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