jueves, febrero 01, 2007

Luis Pousa, Los mas rapidos de Galicia

jueves 1 de febrero de 2007
LUIS POUSA
CELTAS SIn FILTRO
Los más rápidos de Galicia
La ciencia no está entre las principales preferencias de los españoles y una parte considera que no resulta imprescindible, según se desprende del sondeo llevado a cabo por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología y el CIS. Algo así como si no tuviera mucho que ver con nuestras vidas y no hubiese una relación directa, por ejemplo, entre el progreso científico y tecnológico, el desarrollo de la medicina o una mayor atención al medioambiente. Cuando lo cierto es que nunca como hasta ahora el destino humano ha dependido de la ciencia y de la tecnología, en su conjunto.
Esta es la realidad, en la que todavía parecen tener cierto poso percepciones tan desdichadas como aquel reaccionario "¡Qué inventen ellos!" de don Miguel de Unamuno.
Probablemente son varios los factores que intervienen en conformar ese desinterés ciudadano, pero el desapego por los saberes, y en general por el saber, el hecho de que la consideración sobre lo que da prestigio social haya ido históricamente por otros derroteros y en esos derroteros aún, en cierta medida, permanezca, es fruto seminal de la incultura y de su prima hermana, la ignorancia. Y eso que estamos en la era de la sociedad del conocimiento y que las inversiones en I+D+i empiezan a ganar peso en los presupuestos públicos. Pues de ello depende que la gente viva mejor y más tiempo.
Dicho sea esto al margen de otras consideraciones, en torno a los riesgos que entraña el avance científico para el ser humano, que nos llevarían a preguntarnos en qué medida no serán ciertas afirmaciones como la de Noam Chomsky de que somos "una especie de mutación letal". Pero eso es ya miga de otro debate y, además, se las trae.
Pese este panorama agreste, hay signos de esperanza de que la situación mejore sustancialmente a medio plazo. Veamos tres.
A raíz de la cumbre de Lisboa, la Unión Europea ha dado un giro, en las prioridades de sus políticas, hacia todo lo que tenga relación con la ciencia y las nuevas tecnologías, y dentro de ese giro el VII Programa Marco 2007-2013, que depende directamente del director general de Investigación de la Comisión, el gallego José Manuel Silva Rodríguez, intenta abarcar todo el campo de juego científico con distintas iniciativas.
En España, el Gobierno central se ha comprometido a trabajar en esa línea, y así aparece ya reflejado en los presupuestos generales del Estado. Y otro tanto se puede decir de la Xunta, que ha hecho del triángulo I+D+i una de las geometrías dominantes de su estrategia de política económica. Ya en 2006, los datos del INE reflejan una reducción apreciable de la brecha tecnológica entre Galicia y las comunidades autónomas punteras, de manera que al final de la legislatura podría estar a la altura de la media española.
Y, de manera singular, es de destacar que el municipio pontevedrés de A Estrada se haya convertido en un referente español y europeo (sólo hay iniciativas similares en Finlandia e Irlanda) al haber unido sus 473 núcleos rurales mediante una sofisticada red de banda ancha (WiFi) sin hilos.
Una auténtica revolución que tanto afecta a las familias como a las empresas estradenses, situándolas, al menos de momento, a la vanguardia de una nueva manera, mucho más rápida, de gestionar su tiempo y sus intereses. Han entrado en el futuro.

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