La batalla por Iberdrola
Lorenzo Bernaldo de Quirós
26 de febrero de 2007. La pelea entre Unión FENOSA-ACS e Iberdrola trasciende al sector eléctrico y/o energético para convertirse en un ejemplo paradigmático de las malas prácticas públicas y privadas que empiezan a enseñorearse del mapa empresarial español. Ahora sí es posible comenzar a hablar de un capitalismo salvaje en el cual el Gobierno y sus amigos del mundo privado se saltan a la torera las reglas para conseguir sus fines. España va camino de configurar un crony capitalism, un capitalismo de amiguetes en el cual no existe otra norma que la que el Gobierno considera oportuna en cada momento. De nuevo, el PSOE reinante se pasa a la torera la opinión del regulador, la Comisión Nacional de la Energía (CNE), en la cual un puñado de consejeros han resuelto en contra de una operación ilegal y anti-competitiva. ¿Qué ha pasado? El Gobierno del PP estableció en el Decreto Ley 6/2000 que cualquier persona física y/o jurídica tuviese limitados sus derechos políticos si alcanzaba una cuota de capital significativa en una empresa competidora, especialmente en los sectores regulados. Esta normativa era de una lógica aplastante. Se trataba de evitar que una compañía controlase a un competidor por la puerta de atrás y/o se realizasen procesos de concentración encubiertos. Si ACS quiere controlar a la vez Fenosa e Iberdrola debe lanzar una OPA sobre la segunda y someter esa operación a la CNE. De lo contrario, tiene que elegir si mantiene sus acciones en Fenosa o en Iberdrola o abstenerse de participar en la toma de decisiones estratégicas de la compañía presidida por el señor Sánchez Galán. La CNE ha hecho valer esa doctrina apoyada en la vigente legislación y el Gobierno, una vez más, se ha saltado a la torera la opinión del organismo regulador. Tenemos el Gobierno más intervencionista de la historia democrática. Sólo respeta las decisiones de los organismos reguladores cuando le dan la razón. El gabinete Zetapé juega con las empresas y sectores como un adicto al Monopoly y con un desprecio absoluto a los derechos de las sociedades que no se pliegan a sus deseos. Detrás del intento de entregar Iberdrola a Unión Fenosa-ACS se encuentra la voluntad de construir un "campeón nacional" energético afín al poder. Como le salió mal la operación de Gas Natural sobre Endesa, Zetapé pretende ahora resarcirse a costa de Iberdrola. Un desastre.
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