jueves, febrero 01, 2007

Demetrio, Prietas las filas con el mandilon

jueves 1 de febrero de 2007
DEMETRIO PELÁEZ CASAL
AILOLAILO
Prietas las filas con el mandilón
Aver en qué queda, cuando se aplique, el pomposo plan para evitar la violencia en los institutos de Galicia y cortar el acoso que sufren infinidad de profesores por culpa de alumnos cabroncetes a los que no se les puede ni soplar encima, salvo que quieras encontrarte con una denuncia del copón por maltratar a un menor (menores, por cierto, que a veces miden más de 1,80 y podrían dejarte KO antes del primer asalto). Habrá que ver en qué quedan esos observatorios de conducta, esos test y esos seguimientos especializados de los alumnos problemáticos, pero a algunos escépticos el asunto nos huele a milonga que ira patrás. Los docentes han perdido definitivamente la autoridad en las aulas, como los padres en sus propias casas, tras haber pasado rápidamente de un extremo a otro sin preocuparnos siquiera de encontrar la virtud, que suele estar en el medio.
De esta forma, los profesores aficionados a dar manitas de collejas para imponer su asqueroso orden de filas prietas y silenciosas han pasado, por fortuna, a la historia, lo mismo que los padres que tiraban de correa, pero en los colegios e institutos ha surgido una nueva dictadura impuesta por mocosos que se saben intocables por muchas cafradas que cometan, desde hacer la vida imposible a sus compañeros a minar tanto la moral de sus maestros que no pocos acaban largándose a casa con la depre galopante encima y la penosa sensación de no servir absolutamente para nada.
De todo esto, por cierto, saben bastante en algún centro de enseñanza compostelano en el que la administración, por miedo, pasotismo o vagancia vil, no acaba de actuar pese a las presiones de la APA.
De todas formas, no debemos preocuparnos, porque el futuro se presenta muy esperanzador, jue, jue, gracias a Anxo Quintana y su proyecto de uniformar, con mandilones de diseño que reflejen la identidad propia de la nación de Breogán, a todos los niños y docentes de las nuevas galescolas. Manda huevos: tantos años luchando contra la uniformidad, que en teoría, cuando la imponía la derechona, coartaba la personalidad del individuo, y ahora son los supuestos progres quienes quieren volver al antiguo régimen. ¿Veremos pronto a los infantes de las gaslescolas desfilando al son de los tambores nacionalistas? ¿Será esa su forma de imponer orden? Virgensita, virgensita, que nos quedemos como estamos.

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